SANBALAT

Sanbalat (heb. Sanballat, tal vez «el dios-luna da vida», «un castaño» o «fuerza para el ejército»; papiros aram. de Elefantina, Sn’blt; ac. Sin-uballitt «[el dios lunar] Sin ha dado vida»). Gobernador de Samaria (tal como lo revelan los papiros de Elefantina*), contemporáneo y enemigo de, Nehemí­as, quien lo llama «horonita» (Neh 2:10, 19) sin mencionar su cargo oficial. No se sabe si «horonita» significa que era oriundo de una de las 2 poblaciones llamadas Bet-horón que se encontraban en el antiguo territorio de Efraí­n, o si era de la ciudad de Horonaim, en Moab, o si provení­a de Haurán, en cuyo caso habrí­a que haberlo llamado hauranita. Su nombre pagano y su origen, ya fuera de Moab o de la aramea Haurán, nos permiten sugerir que Nehemí­as lo llamaba «horonita» en forma despectiva, en vez de darle el tí­tulo de «Gobernador de Samaria». Sanbalat, junto con el amonita Tobí­as y Gesem el árabe, por medio del ridí­culo, la intimidación y las amenazas trató de impedir que Nehemí­as reconstruyera los muros de Jerusalén. Lo acusó de rebelión contra el gobierno persa, lo invitó a la llanura de Ono para celebrar una conferencia, con la idea de secuestrarlo y asesinarle, e incluso hizo preparativos para lanzar un ataque armado contra Jerusalén. Pero Nehemí­as estuvo a la altura de las circunstancias, y no cayó en ninguna de las trampas de Sanbalat. Tomo medidas eficaces para defender la Ciudad en caso de un ataque, que Sanbalat, por lo visto, no se atrevió a llevar a cabo (2:10, 19,20; 4:1-5, 7-9, 11-23; 6:1-9, 12-14). Más tarde, cuando Nehemí­as regresó a Judea para iniciar su segundo término como Gobernador, descubrió que un nieto de Eliasib, el sumo sacerdote judí­o, se habí­a casado con una hija de Sanbalat. Consciente de la amenaza potencial a la moral del pueblo implí­cita en este hecho, Nehemí­as expulsó a la pareja (13:28). El nombre Sanbalat aparece en una carta del 407 a.C., de los judí­os, de Elefantina en Egipto, dirigida a Bigvai, el gobernador persa de Judea. En esa carta los judí­os le pedí­an permiso a Bigvai para reconstruir su templo, que habí­a sido destruido por enemigos egipcios, y afirmaban que también le habí­an escrito «a Dolí­as y Selemí­as, los hijos de Sanbalat, gobernador de Samaria», con la amenaza velada de que recurrirí­an a la ayuda de los samaritanos si las autoridades de Jerusalén no accedí­an a su solicitud (fig 448). Esto demuestra que Sanbalat todaví­a estaba vivo y aparentemente en ejercicio de su cargo en el 407 a.C., 37 años después de que Nehemí­as llegó por 1ª vez como gobernador de Palestina. Pero parece que estaba tan anciano en ese entonces que sus 2 hijos se desempeñaban como administradores. Véase Patros. 448. Papiro arameo de Elefantina que menciona el sumo sacerdote Johanán de Jerusalén (véanse los 2 recuerdos en la 1a lí­nea de abajo) y Sanbalat, el gobernador de Samaria (véase el 1er recuerdo en la parte superior). Josefo menciona a Sanbalat, y se refiere a él como un cuteo a quien Darí­o III (336/35-331 a.C.) habí­a nombrado gobernador de Samaria, pero que se habí­a puesto de parte de Alejandro después de la victoria de éste sobre Darí­o. Josefo afirma más adelante que Nicaso, la hija de Sanbalat, se casó con Manasés, hermano de Jadúa (el sumo sacerdote judí­o), y que consiguientemente Manasés fue expulsado de Jerusalén pero ordenado sacerdote de un templo construido por su suegro en el monte Gerizim, con el permiso de Alejandro Magno. Si Josefo, por confundir sus informaciones, se referí­a al Sanbalat del tiempo de Nehemí­as, entonces estos hechos habrí­an ocurrido en el s V a.C. Pero si se trata de otro Sanbalat de la época de Alejandro Magno, entonces serí­a en el s IV a.C. Al examinar la relación que existe entre la historia de Josefo y la narración bí­blica, los eruditos en lo pasado han adelantado 3 opiniones: 1. Que Josefo estaba equivocado. 2. Que la historia de Josefo es correcta desde el punto de vista histórico, y que por tanto habrí­a que corregir el libro de Nehemí­as. 3. Que hubo 2 Sanbalat (el 1º, el horonita, contemporáneo de Nehemí­as; el 2º, el cuteo, quien habrí­a vivido 100 años más tarde, en la época del sumo sacerdote Jadúa y de Alejandro Magno). Los papiros de Elefantina 1051 han confirmado la corrección del registro bí­blico con respecto a la existencia de Sanbalat en los tiempos de Nehemí­as; por esta razón la opinión 2 casi no tiene valor actualmente. La opinión 3 ha recibido últimamente una confirmación parcial gracias a ciertos papiros descubiertos en 1962 en una cueva en el Wâd§-Dâliyeh, a unos 16 km hacia el nornoroeste de Jericó. Gracias a estos documentos del s IV a.C. nos hemos enterado de que Delaí­as, hijo de Sanbalat -quien de acuerdo con los papiros de Elefantina habrí­a sucedido a su padre como gobernador de Samaria-, tuvo como sucesor a otro Sanbalat (II), quizás hijo suyo, que a su vez tuvo como sucesor a su hijo Hananí­as. Puesto que ahora tenemos conocimiento de 2 Sanbalat que aparecen en los registros de la época, podemos llegar a la conclusión de que es correcta la historia de Josefo acerca de un Sanbalat (III) en tiempos de Darí­o III. Evidentemente el nombre Sanbalat se repetí­a en los nietos de acuerdo con una costumbre que prevalecí­a en el Cercano Oriente y que se conoce con el nombre de «paponimia». Bib.: FJ-AJ xi.7.2; 8.2, 4; xiii.9.1; xx.6.1; F. M. Cross, BA 26 (1963):110-121. Sandalia. Véase Calzado.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(heb., sanvallat, asir. Sin-uballit, el dios Sin ha dado vida). Fue un horonita, esto es, un hombre de Bet-jorón. Fue un samaritano muy influyente quien trató en vano de derrotar los planes de Nehemí­as de reconstruir los muros de Jerusalén (Neh 4:1 ss.). El entonces tramó con otros invitar a Nehemí­as a una conferencia a Ono con el propósito de asesinarlo, mas Nehemí­as se percató de su plan y rehusó venir. Cuando esta estratagema fracasó, él trató en vano de intimidar al gobernador judí­o (Neh 6:5-14). La hija de Sanbalat se emparentó con la familia de Eliasib, el sumo sacerdote en el tiempo de la anulación de los matrimonios mixtos prohibidos por la ley (Neh 13:28); mas su esposo rehusó abandonarla y fue con ella a Siquem, donde él llegó a ser el sumo sacerdote de un nuevo templo construido por su suegro sobre el monte Gerizim.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(Sin -diosa lunar- da vida). Personaje que se opuso a Nehemí­as en sus esfuerzos por reconstruir el muro de Jerusalén. La expresión de que era †œhoronita† y su asociación con †œTobí­as el siervo amonita† y †œGesem el árabe† parece aludir a un origen no israelita. Por fuentes extrabí­blicas sabemos que era gobernador de Samaria y que tení­a unos hijos llamados Delaí­as y Selemí­as, nombres ciertamente de origen hebreo que incluyen el término †œYahv醝. Por eso muchos piensan que era creyente en Jehová, de esa fe mezclada que caracterizarí­a a los samaritanos (2Re 17:24-33).

La restauración que hizo Nehemí­as aparece descrita en siete etapas, correspondiendo a cada una algún tipo de oposición en la cual S. tení­a parte preponderante. Así­, se pasó del disgusto (Neh 2:10), al desprecio (Neh 2:19), el escarnio (Neh 4:1-3), la amenaza militar (Neh 4:7-8), la distracción (Neh 6:1-3), el chisme (Neh 6:5-8) y el soborno (Neh 6:10-12). Aunque el sumo sacerdote †¢Eliasib apoyaba a Nehemí­as, uno de sus hijos †œera yerno de S.† Nehemí­as ahuyentó de sí­ a ese hombre, lo cual puede incluir la expulsión del sacerdocio por haberse casado con una extranjera (Neh 13:28).
descendiente de S. aparece involucrado en la reconstrucción del templo en la famosa colonia judí­a de la isla Elefantina, que imitaba al de Jerusalén.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG HOMB HOAT

vet, (ac.: «Sin [dios lunar] ha dado la vida»). Influyente samaritano (Neh. 2:10), llamado horonita, lo que no parece significar que procediera de Horonaim, ciudad de Moab, sino de Bet-horón (cfr. Neh. 4:2; 6:2). Se opuso a que Nehemí­as reconstruyera los muros de Jerusalén, pero no consiguió sus propósitos (Neh. 4:7, 8). Sanbalat y sus cómplices solicitaron una entrevista con Nehemí­as, a quien querí­an asesinar (Neh. 6:1-4). Habiendo rehusado Nehemí­as entrevistarse con ellos, intentaron en vano intimidarlo, acusándolo de sedición (Neh. 6:5-14). Sanbalat el horonita fue contemporáneo del sumo sacerdote Eliasib, que fue bisabuelo de Jadúa. Sanbalat se asoció con Tobí­as el amonita y se opuso a Nehemí­as en el año vigésimo de Artajerjes (Neh. 3:1; 4:7). Fue gobernador de Samaria poco antes del año 407 a.C., en el año decimoséptimo de Darí­o Noto (Papiros de Elefantina). Un hijo de Joiada (que era hijo del sumo sacerdote Eliasib) se casó con una hija de Sanbalat. Nehemí­as lo castigó excluyéndolo del sacerdocio (Neh. 13:4, 28). Josefo menciona a un Sanbalat, nativo de Cuta, que Darí­o, último rey de Persia (336 / 5 – 331 a.C.), envió a Samaria como gobernador Cuando Darí­o cayó, este Sanbalat dio su apoyo a Alejandro Magno en el año 331 a.C. Su hija Nicaso fue dada como esposa a Manasés, hermano del sumo sacerdote Jadúa. Este matrimonio con una mujer extranjera fue mal visto por las autoridades judí­as que expulsaron a Manasés del Templo de Jerusalén. Sanbalat, con el consentimiento de Alejandro, erigió entonces un templo sobre el monte Gerizim, e hizo de su yerno el sumo sacerdote de este santuario (Ant. 11:7, 2; 8:2 y 4). Estas declaraciones de Josefo no concuerdan bien con los datos bí­blicos acerca de Sanbalat. Los antiguos comentaristas pensaban que Josefo hablaba de algún Sanbalat posterior. Pero Josefo enlaza el Sanbalat horonita con el casamiento de Neh. 13:28. Es muy probable que el historiador judí­o situara a Sanbalat 100 años más tarde para hacer ajustar los hechos con su opinión de que el yerno de Sanbalat no sólo habí­a fundado o desarrollado la religión de los samaritanos, sino que también habí­a fundado el templo de Gerizim. Josefo creí­a que este templo habí­a sido erigido tras la conquista de Alejandro (Ant. 13:9, 1), unos dos siglos antes del año 128 a.C., y que el sumo sacerdote Jadúa y Alejandro Magno habí­an sido contemporáneos (Ant. 11:8, 5). Josefo comete un error de fecha (que desde luego no es el único) situando la misión de Nehemí­as en el año 25 de Jerjes (que sólo reinó 21 años, Ant. 11:5, 7), en lugar de situarla en el año 20 de Artajerjes, su sucesor (Neh. 2:1). Y a la llegada de Esdras a Jerusalén le asigna la fecha del año 7 de Jerjes (Ant. 11:5, 2), en lugar de situar esta fecha 21 años más tarde, en el año 7 de Artajerjes (Esd. 7:1, 8). Por último, confunde a Oní­as I con Oní­as III, que vivió un siglo más tarde (1 Mac. 12:7, 20; Ant. 12:4, 10).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

(del acadio, significa: †œSin [el dios-luna] Ha Sanado†).
Horonita (que significa residente de Bet-horón o de Horonaim) que se opuso a los esfuerzos de Nehemí­as por restaurar el muro de Jerusalén. (Ne 2:10.) Se cree que es el Sanbalat que se menciona en un papiro hallado en Elefantina (Egipto), donde se le identifica como el gobernador de Samaria y el padre de Delayá y Selemí­as.
Sanbalat, Tobí­as y Guésem se burlaron de los judí­os y los acusaron de rebelarse contra el rey de Persia. (Ne 2:19; 4:1.) Como la obra de reparación progresaba, él y otros opositores conspiraron para luchar contra Jerusalén. Pero no tuvieron éxito, porque los judí­os confiaron en Jehová y mantuvieron apostada una guardia. (Ne 4:7-9.) Después que se rellenaron las brechas en los muros de Jerusalén, Sanbalat y otros trataron repetidas veces de alejar a Nehemí­as de la ciudad. Cuando esto les falló, él y Tobí­as contrataron a un judí­o para asustar a Nehemí­as a fin de que se escondiese ilegalmente en el templo. Pero tampoco tuvieron éxito. (Ne 6:1-14.)
Posteriormente, cuando Nehemí­as regresó después de haberse ausentado de Jerusalén por un tiempo, halló que un nieto del sumo sacerdote Eliasib era yerno de Sanbalat, por lo que Nehemí­as lo expulsó. (Ne 13:6, 7, 28.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

Este nombre es bab., Sinuballiṭ, o sea, ‘Sin (el dios lunar) ha dado vida’. En Neh. 2.10, 19; 13.28 se dice que es horonita, lo que probablemente denota que era oriundo de Het-horón, alrededor de 30 km al NO de Jerusalén (cf. Jos. 10.10, etc.). Fue uno de los principales opositores de Nehemías. Los papiros elefantinos muestran que en 407 a.C. era gobernador de Samaria. Si cuando Nehemías regresó en 445 a.C. era gobernador o esperaba serlo, seguramente también quería tener el control de Judea. Los papiros elefantinos hablan de sus dos hijos, Delaías y Selemías, nombres que pueden sugerir que Sanbalat adoraba a Yahvéh. Esto significa que o descendía de una familia israelita que no había sido llevada al cautiverio en 721 a.C. o de uno de los pueblos llevados a Palestina por los reyes asirios. En cualquiera de estos casos, probablemente su religión fuese sincretista (2 R. 17.33), si bien colocaba a Yahvéh en primer término, por lo que se granjeó la simpatía de la familia del sumo sacerdote, a la que entró su hija por casamiento (Neh. 13.28). Josefo (Ant. 11.302) responsabiliza a Sanbalat por la construcción del templo samaritano, cuya fecha coloca bajo Darío III (336–331 a.C.). De ser cierto el relato, Josefo confundió la fecha, a menos que se haya referido a un segundo gobernador con el mismo nombre. (Hubo por lo menos un Sanbalat más, si no dos, entre los gobernadores de Samaria bajo el imperio persa.

Bibliografía. H. H. Rowley, “Sanballat and the Samaritan Temple”, BJRL 38, 1955–6, pp. 166ff, reimpreso en Men of God, 1965, pp. 246ss; F. M. Cross, “Discovery of Samaria Papyri”, BA 26, 1963, pp. 110ss.

J.S.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico