SALTERIO

v. Arpa
Psa 33:2 aclamad .. cantadle con s y decacordio
Psa 57:8; 108:2


Salterio (aram. pesanterîn; LXX psaltesrion). El término arameo es un extranjerismo tomado del griego, y designa un instrumento triangular de cuerdas, parecido al arpa o a la lira, con una caja de resonancia arriba de las cuerdas (Dan 3:5, 7, 10, 15). Los documentos cuneiformes del tiempo de Nabucodonosor demuestran que entre los muchos extranjeros empleados en los proyectos de edificación en 1041Babilonia habí­a jonios y lidios de habla griega. Estos artesanos habrí­an introducido ciertos instrumentos musicales anteriormente desconocidos allí­. Serí­a sólo natural que, con su aceptación, también estuviera implí­cito la conservación de sus nombres griegos. Esto explicarí­a el uso de un nombre griego para cierto instrumento musical en la Babilonia del s VI a.C. Véanse Arpa; Decacordio; Lira.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

griego psalterion, del verbo psallo, pulsar. Nombre del instrumento con que se acompañaban los cantos sagrados, salmos, y los profanos en las fiestas sociales. Es la traducción del término hebreo nebel, que designa un instrumento de cuerdas, cuya forma exacta se desconoce, Sal 33 (32), 2; 57 (56), 9; 144 (143), 9. Se cree que era una especie de arpa triangular de madera, o un laúd similar al nefer egipcio o al santir persa y árabe. En arameo también existe la palabra psanterin, con la que se designa uno de los instrumentos que se ejecutaban en la corte de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Dn 3, 5/7/10/15. Con este nombre de S. se designa también el libro de los Salmos.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Ver «Salmos».

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

†¢Música e instrumentos musicales.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, MUSI

ver, MÚSICA

vet, (heb. «nebel»; gr. «psalterion», designa una lira; Is. 5:12; 14:11; Am. 5:23; 6:5). En gr., el término «nebel» vino a ser «nabla». En la LXX se encuentra ordinariamente la transcripción «nabla» (1 S. 10:5; 2 S. 6:5; 1 Cr. 13:8; 15:16, 20). El cuerpo de este instrumento, que al principio fue de madera (2 S. 6:5; 2 Cr. 9:11) se hizo más tarde metálico (Ant. 8:3, 8). Se desconoce el número de cuerdas; eran de tripa; se mencionan diez cuerdas para un tipo de salterio concreto (el decacordio; Sal. 33:2; 92:4). Acompañaba a la voz de soprano (1 Cr. 15:20), y era portátil (1 S. 10:5). Josefo dice que la «kinnura» (heb. «kinnõr», lira, arpa) tení­a diez cuerdas, y que se tañí­a con el plectro, en tanto que la nabla tení­a doce notas y se pulsaba con los dedos (Ant. 7:12, 3). Según Eusebio, el salterio recibí­a en Israel el nombre de nabla y tení­a la tabla de resonancia arriba. Agustí­n de Hipona, comentando el Sal. 42, dice que el salterio tiene la tabla de resonancia por encima de las cuerdas, al revés de la cí­tara, que la tiene debajo. Saúl se encontró con un grupo de profetas tocando el salterio (1 S. 10:5), instrumento que fue también usado cuando el arca fue devuelta a Jerusalén (2 S. 6:5). Cuando David organizó el servicio musical del santuario, designó a ciertos levitas para tocar el salterio (1 Cr. 15:16, 20, 28; 16:5; 25:1, 6), perpetuándose así­ su uso para el culto público (2 Cr. 5:12). También se tocaba en las fiestas (Is. 5:12; Am. 6:5). Este instrumento acompañaba frecuentemente al arpa (1 S. 10:5; 2 S. 6:5; 2 Cr. 9:11; Sal. 81:3; 108:3). (Véase MÚSICA.)

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[013]
Se refiere el término al conjunto de los Salmos bí­blicos, los 150. Y en ocasiones también se hace referencia al los propios de cada autor de los que constan en los tí­tulos de los autores a lo que se atribuyen: Salterio de David, Salterio de los hijos de Coré, etc.

También se hace referencia a diversas versiones de los Salmos: el Salterio de los LXX, el Salterio de la Vulgata, el Salterio galicano o el Salterio romano.

Se llamaba también con este nombre al instrumento musical. Es dudoso el modo como estaba trabado, pero se sabe con seguridad que era una caja de resonancia en forma trapezoidal en donde unas cuerdas permití­an suscitar armoní­as agradables y rí­tmicas para acompañar el canto de las estrofas.

Probablemente el salterio hebreo tení­a entre 4 y 10 cuerdas y eran de tamaños diferentes. Se colocaba en forma horizontal en los tamaños pequeños; y vertical en los grandes. El salterio de la Vulgata alude al que entre los judí­os se denominaba «nebel», citado por Flavio Josefo como instrumento de doce cuerdas parecido al laúd o a la guitarra.

El Salterio de los 150 Salmos, que ha llegado a nosotros, parece que estaba fijado desde algo antes de la era cristiana. Pero los «otros» salmos encontrados en Qumram hacen suponer que el número de 150, que durante mucho tiempos se consideró como fijo (7 x 7 más 1) no debí­a ser tan cerrado en los tiempos de Cristo.

Sea de ello lo que sea, el aspecto musical no merece excesivo crédito en cuanto a conclusiones fijas, si tenemos en cuenta lo que pudieron variar los usos desde David, mil años antes de Cristo, hasta la aparición cristiana.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

El Salterio, o Libro de los Salmos, sólo nos interesa aquí en la medida en que fue transcrito y usado con propósitos litúrgicos. Como manual de devociones privadas, ya ha sido suficientemente discutido en el artículo devocionarios. En su uso litúrgico el Salterio contenía la mayor parte del Oficio Divino. Los otros libros asociados con él eran el Leccionario, el Antifonario, el Responsorial y el Himnario. El Salterio contenía principalmente todos los textos de los Salmos, y debe notarse que por algunos siglos la Iglesia Latina usó dos diferentes versiones latinas, ambas debidas a San Jerónimo. La primera de ellas fue una mera revisión de la traducción latina pre-existente la cual fue seguida cercanamente por la Versión de los Setenta. San Jerónimo emprendió esta revisión en 383 a pedidos del Papa San Dámaso I, y el texto así corregido se usó en Roma por muchos siglos después.

Sin embargo, en 392 en Belén el santo inició la misma tarea mucho más seriamente con la ayuda de la Hexapla. Produjo lo que fue casi una nueva versión, y ésta al ser circulada en Galia, a través de una copia enviada a Tours en el siglo VI, se volvió conocida comúnmente como el “Salterio Galicano”, y al final suplantó completamente al romano. Un precioso manuscrito en el Vaticano (Regin. 11), del siglo VI o VII, contiene el “Salterio Galicano” en la página de la izquierda, y una versión hecha del hebreo en la página derecha del frente. El Salterio propiamente dicho se sigue aquí, como casi siempre en los libros litúrgicos, por los principales cánticos, es decir, el Cantar de los Tres Muchachos, el Cántico de Moisés, etc. y, lo que no es un rasgo general aunque se halla a veces, por una colección de himnos o “Hymnarium”. Estos últimos comúnmente eran escritos en un libro aparte. El Salterio más antiguo en el Museo Británico, que viene de San Agustín de Canterbury, y que por largo tiempo se supuso que era uno de los libros que trajo San Agustín a Inglaterra, también contenía los Cánticos con dos o tres himnos.

En otros libros similares hallamos el Gloria, Credo, Quicumque vult, y la Letanía de los Santos, al principio usualmente hay un calendario. Muchos de los más antiguos salterios existentes, como por ejemplo el “Salterio Aureo”, de San Gall y el “Salterio Utrecht”, ambos probablemente del siglo IX, están ricamente iluminados o ilustrados—un hecho que probablemente tuvo mucho que ver con su conservación. Cierta tradición tendía a establecerlos en una fecha anterior respecto a los temas y posición de estos adornos. En particular se extendió ampliamente la costumbre de dividir el Salterio en tres partes de cincuenta salmos cada una. De ahí que el primer Salmo, el Salmo 51 y el Salmo 101 eran usualmente introducidos por una miniatura de una página completa o por una letra inicial ricamente iluminada. Así también en los códices penitenciales y en los documentos monásticos de Inglaterra e Irlanda durante la Edad Media, es común hallar alusiones a la recitación de los “dos cincuentas” o los “tres cincuentas”, denotando dos o tres de las divisiones del Salterio.

Respecto al Oficio Divino, la recitación de los Salmos estaba tan organizada en los tiempos primitivos que el Salterio se recitaba completo en el curso del domingo y el Oficio ferial cada semana. En muchos “psalteria” había notas marginales que indicaban qué Salmos pertenecían a cada día y hora. Menos comúnmente los Salmos se organizaban en orden numérico, pero, como en el Breviario moderno, según el orden de su ocurrencia en el oficio ferial. Ambas clases de libros se llamaban “psalteria feriata”. En los capítulos catedrales medievales era común asignar dos o tres salmos a cada prebendado para la recitación diaria; los Salmos se distribuían de modo que el obispo y los canónigos iban a través de todo el Salterio con ellos. La repetición del Salterio completo era, como muestran muchas necrologías y documentos monásticos, una forma favorita de sufragio por los difuntos.

Bibliografía: BRAMBACH, Psalterium, Bibliographischer Versuch über die liturgischen Bücher des christ. Abendlander (Berlín, 1887); RAHN, Das «Psalterium Aureum» von Sanct Gallen (St. Gall, 1878); WORDSWORTH Y LITTLEHALES, Los Antiguos Libros de Servicio de la Iglesia Inglesa (Londres, 1905); SWANSON en Dict. Christ. Antiq., s.v. Psalter; BEISSEL in Stimmen aus Maria-Laach (julio, 1909), 28-41; GASQUET Y BISHOP, El Salterio Bosworth (Londres, 1908); BIRCH, El Salterio Utrecht (Londres, 1876); HARDY, Informes sobre el Salterio Utrecht (Londres, 1872-74).

Fuente: Thurston, Herbert. «Psalterium.» The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911.
http://www.newadvent.org/cathen/12543b.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina.

Selección de imágenes: José Gálvez Krüger

Fuente: Comenatario de los Salmos [1]

Fuente: Enciclopedia Católica