Básicamente se trata del pago por servicios prestados. La frecuencia del término en la Biblia ha quedado algo oscurecida porque los términos heb. y
En la sociedad veterotestamentaria el jornalero no era común. La familia trabajaba la granja. El grupo familiar incluía a los esclavos y parientes cuyo salario se calculaba con especie,
En las comunidades primitivas el empleador ejercía gran poder en la fijación del salario, y Jacob pudo quejarse de que Labán le cambió el salario diez veces (Gn. 31.41). Pero el
En el
Hay un sentido en el que los predicadores del evangelio reciben salario de aquellos a quienes les predican (misthos se usa en conexión con esto en Lc. 10.7; 2 Co. 11.8; 1 Ti. 5.18). El mismo Señor impuso el principio de que “a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio” 1 Co. 9.14; cf. D. L. Dungan, The Sayings of Jesus in the Churches of Paul, 1971, pp. 3–80). Esto no debe entenderse mal, sin embargo, porque tanto en el AT como en el NT los que enseñan por amor al dinero son reprendidos (Mi. 3.11; Tit. 1.7; 1 P. 5.2).
Hay muchos pasajes que hablan de que Dios premia con salario o recompensa al que obra con justicia (p. ej. Lc. 6.23, 35; 1 Co. 3.14; 2 Jn. 8). La metáfora es sorprendente, pero la Escritura deja bien en claro que no debemos pensar que las recompensas que Dios pueda darnos sean merecidas en ningún sentido estricto. Son actos de gracia de un Dios caritativo que se deleita en darle a su pueblo todas las cosas para que las disfrute ricamente. El conocimiento de estas recompensas gratuitas nos es dado a fin de fortalecer nuestra perseverancia en la senda de la justicia.
Bibliografía. J. Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jesús, 1977, pp. 130–131.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico