Una oración Bíblica. El completo consiste en rezar 15 misterios: 5 gozosos, 5 dolorosos y 5 gloriosos, ¡los más bellos del cristianismo! Mientras se medita cada «misterio», se reza un Padrenuestro, 10 Avemarías y un Gloria al Padre: El Padrenuestro es la oración que nos ensenó Jesús en el Sermón de la Montaña, cuando los discípulos le pidieron que les ensenara a orar: ( Mat 6:9-13, Luc 11:1-4.
El Avemaría, ver «Avemaría».
El Gloria, es la triple cancion de «gloria» de Ap. 4, 5 y 19. la oración que cantaremos eternamente en el Cielo, repitiéndola cada segundo: (Rev 4:8).
Es una oración recomendada y rezada por más de 20 Papas, por miles de Obispos, y por millones de sacerdotes, monjas y seglares cristianos.
El Rosario sencillo consiste en rezar los 5 misterios gozosos, dolorosos o gloriosos: La Iglesia recomienda rezar: – Los gozosos: Lunes y jueves.
– Los dolorosos: Martes y viernes.
– Los gloriosos: Miércoles, sábados y domingos.
Yo rezo de 3 a 6 rosarios diarios: Son ramos de rosas que se le entregan al Senor, con la alabanza más entranable a Jesús: ¡Bendita sea tu Madre. la más santa de todas las mujeres. y alabado seas Tú, Jesús, el fruto entranable de tu Madre!. y repetir esta alabanza, mientras se piensa en el misterio de la Encarnación, o del Nacimiento, o de la Crucifixión, o de la Resurrección . es, un poco, hacer lo que haremos en el Cielo: Repetir eternamente «Santo, Santo, Santo», en cada minuto de cada día, ¡por millones de siglos!: (Rev 4:8). hacer como el enamorado, que sólo sabe repetir y repetir las mismas palabras de alabanza y amor a su novia. y, después, «pedir» por nosotros pecadores, por los Católicos, por los Protestantes, por los Musulmanes y y Judíos y Ateos. ¡por todos!.
Diccionario Bíblico Cristiano
Dr. J. Dominguez
http://biblia.com/diccionario/
Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano
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Devoción popular a la Virgen María sobre la que tanto han insistido los Papas y los maestro de vida espiritual.
(Ver Mariana. Devoción 6; y ver Marianas. Plegarias 3)
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
Significado y evolución histórica
Se ha llamado al Rosario «compendio de todo el evangelio» (Pablo VI, MC 42, citando a Pío XII) y «salterio de la Virgen» (MC 48). Recitando repetidamente el «Ave María», se meditan los misterios de la vida del Señor, «vistos a través de aquella que estuvo más cerca de él» (MC 47). Tiene una «aptitud para desarrollar una oración contemplativa» y una «connatural eficacia para promover la vida cristiana y el empeño apostólico» (MC 42).
La forma tradicional del Rosario, después de una larga evolución, se establece con San Pío V en 1569 (la fiesta es de 1572). Este Papa le calificó de «salterio de la Bienaventurada Virgen María» y de «modo profundísimo de oración» (Bula «Consueverunt»). Su origen remoto está ligado a la práctica de la recitación frecuente del Ave María, que dio origen también al «Angelus» y a otras prácticas marianas (en Oriente y Occidente). Santo Domingo (con la Orden de Predicadores) fue el gran promotor del Rosario.
Los Papas de los siglos XIX-XX le han dedicado numerosos documentos (encíclicas, cartas apostólicas, etc.). Pablo VI le dedica un capítulo de la exhortación apostólica «Marialis cultus» (1974), indicando su valor para introducir en las celebraciones litúrgicas. Juan Pablo II, desde el inicio de su pontificado, afirmó que era su «oración predilecta» (1978) y ha dado constante testimonio de su recitación comunitaria.
Se compone básicamente de 15 decenas de Avemarías (distribuidas en tres partes), precedidas del Padre nuestro y concluidas con el Gloria Patri, con el enunciado previo del misterio de la vida de Cristo que se quiere meditar. Actualmente se suele enriquecer su estructura con componentes que ayudan a su mejor vivencia o también celebración comunitaria lecturas, cantos, intenciones, etc. Es siempre oración muy evangélica.
El Rosario rezado en familia o en comunidad, ayuda a la misma a vivir su unidad, por el hecho de ser oración en común y porque potencia para vivir la vida de santidad y de apostolado. Por esto, después de la celebración litúrgica, «debe ser considerado como una de las más excelentes y eficaces oraciones comunes que la familia cristiana está invitada a rezar» (MC 54).
Oración cristocéntrica
Es oración cristocéntrica, en cuando que se dirige a meditar los misterio de la vida, muerte y resurrección de Cristo, en relación la presencia activa y materna de María, siguiendo su ejemplo y contando con su intercesión. Es oración sencilla, de valor contemplativo. La repetición o sucesión litánica de las Avemarías es «una característica peculiar» del Rosario (MC 49); tiene el significado de «hilo conductor» (como si fuera una sola Ave María) para no perder la actitud relacional con los misterios meditados, con el Señor y con su Madre. «Constituye el tejido sobre el cual se desarrolla la contemplación de los misterios» (MC 46). El «Padre nuestro» y los «Gloria Patri» le dan una dimensión trinitaria.
La «memoria» contemplativa de los misterios, meditados con María y como ella, son una gran ayuda para preparar y celebrar la «memoria» («anámnesis») litúrgica de toda la Iglesia, en la que se actualizan y hacen presentes estos mismos misterios de manera eficaz. El Rosario tiene, pues, valor contemplativo y de preparación y vivencia litúrgica, de suerte que el creyente (y toda la Iglesia) se va capacitando para vivir y anunciar los misterios de Cristo Redentor a toda la humanidad, de la que María sigue siendo Madre (cfr. MC 48).
Referencias Anunciación, Ave María, devoción mariana, María memoria de la Iglesia, religiosidad popular.
Lectura de documentos MC 42-55; CEC 971, 2678, 2708; VC 95.
Bibliografía H.U. Von BALTHASAR, Il rosario, la salvezza del mondo nella preghiera mariana (Milano, Jaca Book, 1978); M. CUERVO, La misión integral de María en el rosario (Guadalajara 1970); J. IBAí‘EZ, F. MENDOZA, Características y elementos del santo Rosario en el magisterio pontificio de los cuatro últimos siglos Estudios Marianos 43 (1978) 259-278; T. MASSON, Le Rosaire après le Concile (Roma 19689; E.D. STAID, Rosario, en Nuevo Diccionario de Mariología (Madrid, Paulinas, 1988) 1731-1741.
(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)
Fuente: Diccionario de Evangelización