RESPONDER

Gen 43:9 yo te respondo por él: a mí me pedirás
1Ki 18:24 el Dios que respondiere por .. del fuego
18:37


>anah (hn:[; , 6030), «responder, contestar, replicar». Esta raí­z se encuentra en la mayorí­a de las lenguas semí­ticas, aunque con muchas acepciones. Con el mismo significado básico de >anah, aparece en ugarí­tico, acádico, arábigo, hebreo posbí­blico y arameo bí­blico. Hay que distinguir este término de otro >anah cuyo significado es bien diferente: «oprimir, subyugar». Se constatan unos 320 casos de >anah en hebreo bí­blico. Una de las dos acepciones de >anah es «responder», aunque no necesariamente con una respuesta verbal. Por ejemplo, en Gen 35:3 (rva) Jacob dice a su casa: «Levantémonos y subamos a Bet-el; y haré allí­ altar al Dios que me respondió en el dí­a de mi angustia». La «respuesta» que menciona Jacob se encuentra en Gen 28:10 : Basta decir que siendo Dios el que inicia el encuentro y habla con Jacob, el peso de la comunicación recae más bien sobre la visión de la escalera y la relación con Dios que representa. El significado es aun más evidente en Exo 19:18, donde Dios «responde» a una situación al pie del Sinaí­ con truenos. Encontramos otro ejemplo de «respuesta» con acciones en lugar de palabras en Deu 20:11 (rva). Dios instruye a Israel que antes de sitiar a una ciudad debe demandar su rendición. Los habitantes sobrevivirán como esclavos de Israel «si [la ciudad] te responde con paz y te abre sus puertas». En 30.20, Job dice que ha clamado a Dios, quien no le «respondió» (es decir, no le prestó atención). En Isa 49:8, Dios dice al Mesí­as: «En tiempo favorable te he respondido, y en el dí­a de salvación te he ayudado» (rva). Aquí­ responder («oí­r» rv) es un paralelismo sinónimo de ayudar, a saber, se trata de una acción (cf. Psa 69:17; Isa 41:17). La segunda acepción principal de >anah es «responder con palabras», o «contestar» o «replicar» como cuando se entabla un diálogo. En Gen 18:27 (primer caso de >anah) leemos que «Abraham replicó y dijo» al Señor con el que acababa de hablar. En esta fórmula, los dos verbos representan una sola idea (es decir, forman una hendiadis). Una simple traducción podrí­a ser «responder», ya que Dios ni preguntó ni requirió respuesta. Por otro lado, cuando los hijos de Het «respondieron a Abraham diciéndole» (Gen 23:5 rva), aquí­ sí­ se responde a una pregunta especí­fica del patriarca (v. 4). >Anah puede significar «responder» en el sentido especial de reaccionar verbalmente ante un hecho, verdad o realidad: «Y los cinco hombres que fueron a reconocer la región de Lais, respondieron y dijeron» (Jdg 18:14 lba). Puesto que no se trata de un interrogatorio, el término implica que los espí­as rindieron un informe en respuesta a lo que descubrieron. En Deu 21:7, se instruye a los hijos de Israel cómo responder al rito de la novilla: «Responderán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos han visto nada» (lba). >Anah puede además tener el sentido legal (jurí­dico) de «testificar»: «No darás falso testimonio contra tu prójimo» (Exo 20:16 rva). Leemos en Exo 23:2 (rva): «No seguirás a la mayorí­a para hacer el mal. No testificarás en un pleito». Con un significado similar, Jacob propone que su suegro Labán les deje las cabras pintadas y manchadas y «así­ responderá [testificará] por mí­ mi honradez mañana, cuando vengas a reconocer [investigar] mi salario» (Gen 30:33).

Fuente: Diccionario Vine Antiguo Testamento