(lytrousthai, apolytrósis, rhyesthai)
En su sentido profano, apolytrósis, «redención», designa el rescate por el Estado romano de los ciudadanos romanos que habían sido esclavizados como consecuencia de una derrota militar. El término «redención» traduce varias palabras griegas: agorazein («rescatar»), lytrousthai («liberar»). La redención definitiva (apolytrósis) es una palabra propia de Pablo que designa la liberación definitiva obtenida ya en historia desde la Pascua, en la cruz (Rom 3,24). Así, en 1 Cor 1,30, Cristo Jesús es redención. La muerte de Cristo es como el sello de la transacción comercial por el que Cristo nos rescata (agorazein) para sacarnos de la esclavitud (1 Cor 6,20; 7,23). Pero la redención designa también el final de la muerte, la realización de la finalidad, la venida del mundo nuevo (Rom 8,23).
En Efesios, la liberación final lleva consigo el perdón de nuestras transgresiones (1,7; cf. igualmente Col 1,14); atestigua el dominio de Dios sobre los seres humanos desunidos para hacer de ellos un solo pueblo (1,14); permite a los que han sido marcados por el sello del Espíritu tener una esperanza plena en la liberación final (4,30). Igualmente en Tit 2,14: Cristo se entregó a sí mismo por nosotros para rescatarnos (lytrousthai) de toda iniquidad…
Finalmente, el apóstol usa a veces el verbo «arrancar» (rhyesthai) en el sentido de una liberación inmediata de un peligro arrostrado por Cristo (2 Cor 1,10), y hasta de la cólera venidera (1 Tes 1,10) o del poder de las tinieblas (Col 1,13).
M. C.
AA. VV., Vocabulario de las epístolas paulinas, Verbo Divino, Navarra, 1996
Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas