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Centro de «reforma». Se llamó así durante muchos centros a los centros educativos o «reeducativos» en los que se agrupaba a los escolares o adultos díscolos que, por sus condiciones especiales de indisciplina o vicio, reclamaban procedimientos especiales.
Los reformatorios juveniles fueron en muchos países, y bajo legislaciones adecuadas, prisiones mitigadas organizadas para rectificar las conductas insociales de los delincuentes juveniles. Y muchos países los fueron estableciendo como medio de solucionar el problema de la delincuencia prematura.
También la Iglesia tuvo sus movimientos de ayuda a los delincuentes juveniles y conoció instituciones especializadas en este tipo de educandos, tanto femeninos como masculinos.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa