[509]
Raíz que significa falso y se aplica a multitud de conceptos. Se aplica a objetos, a personas, a acciones, según uso generalizado entre los historiadores y los sociológicos.
– Pseudoepígrafos. Los teólogos protestantes suelen llamar así a los libros deuterocanónicos o que tuvieron algunas dudas en la primitiva Iglesia sobre su autenticidad o inspiración. Tal es la Epístola de Santiago.
– Pseudohemafroditismo. Falsa apariencia que parece ser hemafrodita (dobles órganos genitales) y no responden a una configuración completa de tal apariencia
– Pseudoneurosis. Apariencia de neurosis, que no procede de desequilibrio nervioso, sino de simple mal carácter, el cual es preciso rectificar con una conveniente educación.
– Pseudónimo. Nombre falso, o firma disimulada con la que muchos literatos han ocultado la paternidad de sus escritos, por diversos motivos.
– PseudoDionisio. Alude al que durante cierto tiempo se valoró como Dionisio Aeropagita y hoy, con pruebas y juicios suficientes, se rechaza como filósofo del siglo I, según defendía la tradición. Son numerosos los Pseudos que la crítica y la investigación histórica han generado: PsedoHipólito, PseudoMacario, PseudoAtanasio, etc.
– Pseudopaganismo. Del mismo modo se aplica el prefijo a situaciones, ideologías o criterios que no son auténticos, como es el falso paganismo. Del mismo modo se habla de pseudocapitalismo, de pseudoespiritualidad o de pseudoliturgia.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa