Prosélito/a (gr. proselutos, «prosélito», «converso»). Por lo general la LXX traduce el heb. tardío gêr como proselutos. Originalmente gêr significaba un extranjero residente, pero, después de la dispersión, llegó a significar un converso; este uso ya estaba anticipado en Isa 14:1 (cf Exo 12:19, 48). En el NT, los conversos gentiles a la religión judía (Mat 23:15; Act 2:10; 6:5; 13:43). Por el tiempo del NT los judíos estaban dispersos por todo el mundo, y más vivían fuera de Palestina que en ella. Pocas ciudades había en el mundo civilizado en que ellos no tuvieran una comunidad, cuyos miembros ejercían influencia en lo político y comercial. En algunas regiones de Siria y de Babilonia constituían la mayoría de la población. Siempre que hubiera 10 varones hebreos adultos, se establecía una sinagoga. En comparación con sus vecinos gentiles, los judíos de la dispersión eran generalmente más prósperos, de moralidad incomparablemente superior, con una vida familiar más admirable y mejor educados que el promedio. Estas cualidades intrigaban a los gentiles más reflexivos, y como resultado asistían a la sinagoga, escuchaban la lectura de las Escrituras, eran atraídos por su concepto exaltado y monoteísta de Dios, y a menudo se convertían a la fe judía. Para llegar a ser judío, un prosélito al judaísmo se debía bautizar por inmersión, y el varón tenía que circuncidarse. Antes de poder participar en los cultos del templo y comer alimentos consagrados debía ofrecer un holocausto. Los así iniciados y que aceptaban sin reservas todos las demandas de la ley eran considerados judíos plenos en todo sentido, en armonía con textos como Exo 22:21, Lev 19:34, Num 9:14 y Deu 10:18, que se interpretaban como refiriéndose a los prosélitos (gêrîm), excepto que en el s I d.C. no se les permitía referirse a Dios como el «Dios de nuestros padres», a menos que la madre fuera judía o que un sacerdote se casara con una prosélito (sin embargo, estas restricciones fueron disminuidas más tarde). Aunque los prosélitos estaban al mismo nivel que los judíos naturales, a menudo la actitud hacia ellos era ambivalente, principalmente porque se sospechaba de la sinceridad o la integridad de su conversión. Su número era pequeño, principalmente porque pocos gentiles estaban dispuestos a aceptar la circuncisión. En el NT sólo se menciona a uno por nombre: «Nicolás, prosélito de Antioquía» (Act 6:5). Además de los prosélitos plenos, había conversos del paganismo que tenían una conexión más laxa con los judíos. En tiempos posteriores fueron llamados «prosélitos de la puerta». En el NT son llamados fobóumenoi tón Theón, «los temerosos de Dios», seboménou tón Theón, «los adoradores de Dios», o simplemente seboménois (Act 10:2; 13:16, 26; 16:14; 17:17; 18:7; cf 13:50; 17:4). Amaban a la nación judía y su religión (Luk 7:5), y la apoyaban financieramente (Act 10:2). Los que estaban unidos menos estrechamente asistían a la sinagoga, se abstenían de inmoralidad y de comer sangre y carnes inmundas; los que tenían conexiones más estrechas, pero no eran prosélitos completos aún, guardaban el sábado, las fiestas judías y observaban todos los ritos. Muchos nobles pertenecían a estos simpatizantes de la religión judía, especialmente mujeres. Esto aparece en el NT (16:13; 17:4, 12) y en otras fuentes. Josefo menciona a la esposa del emperador Nerón, Popea Sabina, como theosebés, «adoradora de Dios». Al ir de ciudad en ciudad, Pablo comenzaba su predicación en la sinagoga (Act 13:14), y trabajaba principalmente por los judíos. Entre los presentes en esas reuniones había prosélitos gentiles (v 43), por medio de quienes Pablo obtenía acceso a la población pagna (vs 44, 45). Estos prosélitos de la fe 955 judía formaban un puente natural por el que el cristianismo encontraba paso al mundo gentil. Hubo prosélitos gentiles en Jerusalén el día de Pentecostés (2:10). Bib.: FJ-AJ xx.8.11. Prostitución sagrada (heb. qâdêsh, qedêshâh; ugar. qdshm). Frase que se refiere a la prostitución en el templo (tanto por varones como por mujeres; Deu 23:17; 1Ki 14:24; 15:12; 22:46; 2Ki 23:7; Hos 4:14). La ejercían personas devotas de diversas divinidades que servían a quienes venían a adorar a esos dioses. Tal adoración involucraba las inmoralidades más groseras. Algunas versiones hacen una distinción al traducir qâsdêsh, «sodomita», y qedêshâh, «prostituta». Véase Afeminados; Astoret.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico