†œConsiste en dar a conocer actos sexuales, reales o simulados… exhibiéndolos ante terceras personas de manera deliberada.† Desnaturaliza la intimidad del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella (actores, comerciantes y el público). Es un pecado contra el Séptimo Mandamiento.
Libérese de la pornografía. 12 pasos por Steve Wood
He aquí doce pasos muy importantes que, si los lleva a cabo en su totalidad, le ayudarán en gran medida a erradicar su adicción:
1. Destruya todo lo que tenga de pornografía. Destruya todas las revistas pornográficas, videos, discos flexibles, y todas las referencias y archivos pornográficos en Internet de su computadora. ¡Hágalo ahora mismo!
2. Tome medidas radicales para reorientar su vida. La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana. Por lo tanto, si usted se encuentra bajo la influencia de un pecado sexual que domina su vida, como la adicción a la pornografía, necesitará tomar medidas radicales para reorientar su vida. Usted deberá desarrollar un plan de protección a fin de evitar las ocasiones remotas y próximas de pecado. Esto podría significar: ir de compras a diferentes tiendas para eludir siquiera el hecho de echar un vistazo a cualquier cuestión relacionada con la pornografía; tomar una ruta diferente con destino al hogar; romper con cualquier rutina que pudiera llevar al pecado; llevar pequeñas cantidades de efectivo; cancelar subscripciones a periódicos que contengan propagandas de lencería; cancelar ciertos canales de cable – o deshacerse completamente del cable; y/o dejar de †œrecorrer† canales. ¡Tome estas medidas ahora mismo!
3. Busque a un sacerdote que trabaje con usted. Trate de encontrar a un sacerdote que tenga experiencia en ayudar a las personas a superar las adicciones a la pornografía. Haga uso frecuente del Sacramento de la Penitencia. Sea honesto y abierto. Recuerde, un sacerdote no puede diagnosticar una cura a menos que le suministren todos los hechos.
4. Busque a un amigo responsable. Busque al menos un amigo responsable con quien pueda contar 24 horas al día si fuera necesario. El teléfono le podrá ayudar a evitar la tentación en momentos vulnerables. Esta estrategia del teléfono es similar a la de Alcohólicos Anónimos, cuando una persona tentada a volver al alcoholismo puede llamar a un amigo en cualquier momento y pedirle oración y aliento. También podría ser de utilidad obtener una llamada diaria (o inclusive una de mañana y otra de noche) de verificación de parte de su amigo responsable. Como mínimo, su amigo debería preguntarle cada semana si usted se ha mantenido libre de pecados sexuales. Esta responsabilidad es de incalculable valor para ayudarle a sobrellevar momentos de tentación.
Douglas Weiss, un adicto sexual recuperado y disertante sobre adicciones sexuales reconocido a nivel nacional, ha manifestado, †œNo he experimentado, ni he conocido a ninguna persona que haya experimentado una recuperación de la adicción sexual por si sola.† No caiga en la tentación de saltarse los pasos #3 y 4. Usted necesitará la ayuda de otros a fin de obtener una esperanza realista de erradicar su adicción.
5. Comience una vida de lectura diaria de las Sagradas Escrituras. No existe una manera rápida y fácil de borrar la pornografía de su mente. Solo le llevó unos cuantos †œclicks† involucrarse en la misma, pero le llevará cierto tiempo y disciplina mental salirse de ella. Una causa de la extrema dificultad de borrar las imágenes pornográficas de la mente es que, cuando un hombre observa pornografía, una sustancia química llamada epinefrina es liberada en el cerebro. Esta emisión de epinefrina causa una profunda impresión de la imagen visual a ser almacenada en el cerebro. Cuando un acto de auto estimulación acompaña a la observación de pornografía, ocurre una liberación de epinefrina aún mayor, haciendo de esta manera que la impresión de la imagen sea aún más marcada. Dichas imágenes pueden hostigar a un hombre por décadas. Tenga la seguridad que existe una salida para la adicción a la pornografía – pero no se engañe con la promesa de una salida fácil.
Las Sagradas Escrituras pueden transformar sobrenaturalmente su mente. Esto no es una teoría, ¡realmente funciona! †œEn efecto, la Palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo. Penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, sondeando los huesos y los tuétanos para probar los deseos y los pensamientos más íntimos† (Hebreos 4:12).
6. Aprenda a discernir y a combatir los ataques espirituales. Las adicciones sexuales y la pornografía abren a la persona a la influencia de espíritus malignos. Antes de que se inicie un ataque espiritual, usted podría estar luchando con sus propios pensamientos lujuriosos. Un ataque espiritual se inicia cuando un espíritu silenciosamente se inmiscuye en su mente, agregando intensidad a sus pensamientos lujuriosos, o inculcando pensamientos adicionales. Usted podrá detectar que esto ocurre cuando surja la lujuria humana ordinaria y luego, repentinamente, toma vida propia y parece imposible quebrantarla.
Si un episodio de pensamientos lujuriosos abrumadores incluye un ataque espiritual, usted no podrá quebrantarlo solamente con un esfuerzo mental. Es muy fácil desalentarse y sentirse completamente abrumado por la lujuria y el ataque espiritual que la acompaña. No obstante, usted podrá quebrantar rápidamente el poder del ataque primero dándose cuenta de lo que está sucediendo, y luego elevando una oración que pida protección espiritual a su ángel guardián y a San Miguel Arcángel.
Una de las partes más difíciles en la defensa de un ataque espiritual es aprender a ser consciente cuando el mismo está sucediendo. Los ataques espirituales son operaciones encubiertas que necesitan disfrazarse para lograr su cometido. Pida a Dios que le dé un continuo discernimiento. Luego de que cese un ataque espiritual, sus disciplinas mentales aún serán necesarias para controlar sus pensamientos.
7. Usted necesitará la gracia de Dios… mucha gracia. Los Sacramentos, especialmente la Eucaristía, son como ríos de agua viva que dan fortaleza a su alma. Aproveche cada oportunidad de recibir la gracia frecuentando a los Sacramentos. Además, utilice los sacramentales tales como: agua bendita y la santa cruz.
Si su trabajo requiere de viajes, entonces usted conoce las tentaciones adicionales que los hombres enfrentan cuando se hallan en camino. Yo recomiendo que utilice un crucifijo o una icono sagrado durante todo su viaje, y un uso abundante de agua bendita en la habitación de su hotel.
8. Los vicios y las virtudes se fortalecen con la práctica. Una adicción a la pornografía nunca se encuentra estática. La misma se inicia con lo que parece solamente una pequeña afición a los placeres digitales. Sin darse cuenta, ya se ha enganchado a las tentaciones tecnológicas. Luego, usted comienza a buscar más pornografía gráfica. A medida que su conciencia se desensibiliza, las imágenes que le repugnaban cuando usted comenzó a observar pornografía se volverán atractivas. El paso más peligroso (a menudo fatal para la vida matrimonial y familiar) es cuando los hombres desean llevar a la práctica las imágenes que han visto.
†œDéjenme que ajuste mis palabras a su debilidad natural: hubo un tiempo en que hicieron de sus miembros los esclavos de la impureza y de la injusticia, y con eso se hicieron malos. Lo mismo ahora, hagan de sus miembros los esclavos del bien y así llegarán a ser santos† (Romanos 6:19).
9. Rece. Rece el Rosario con frecuencia. En el plan de Dios, la Madre Santísima va a aplastar la cabeza de la serpiente. María puede tener una función vital neutralizando el veneno de la serpiente de la pornografía. †œLa súplica del justo tiene mucho poder† (Santiago 5:16).
10. Precauciones físicas prácticas. Sus defensas espirituales se debilitan cuando usted se permite perder energías por causa de poco sueño, o demasiado trabajo y tensión. Si usted se encuentra fatigado, tome ciertas precauciones adicionales contra las tentaciones hasta que usted restablezca su condición física.
Demasiado alcohol o el uso de drogas aturdirá su conciencia y disminuirá su capacidad de actuar con buen criterio. †œSean sobrios y estén despiertos, porque su enemigo, el diablo, ronda como león rugiente, buscando a quien devorar† (1 Pedro 5:8).
Una excesiva cantidad de tiempo ocioso y mucho tiempo de soledad hacen que una lucha contra la pornografía sea más difícil. Llene su tiempo de ocio con servicios edificantes y otras actividades. Usted podría necesitar efectuar otros cambios prudentes a fin de reducir la cantidad de tiempo en que se encuentra solo.
11. No se dé por vencido después de una recaída. Un arranque abrumador de culpa y desaliento podría ocurrir luego de una recaída. Si usted cayera en una falta pecaminosa, necesitará estar preparado para un ataque violento de condena. La Biblia denomina a Satanás como †œel acusador† de los cristianos (Ap 12:10). Luego de una recaída, Satanás estará listo para bombardearle con dudas acerca del amor de Dios hacia su persona. San Pablo dice †œtengan siempre en la mano el escudo de la Fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio† (Efesios 6:16). En este punto, usted necesitará recordar aquellos versículos de las Sagradas Escrituras acerca del amor inquebrantable y de la misericordia de Dios que ha memorizado. Dichos versículos le podrán preservar de la condena y la desesperación. (Vea los versículos en los Juegos de Memoria de las Sagradas Escrituras para obtener Mentes Puras, y lea el Salmo 51 y Romanos 8:31-39.)
12. Obtenga la ayuda de su esposa.
Su esposa probablemente ya esté enterada de su adicción y se encuentre emocionalmente agobiada por ello. Usted probablemente solo se está engañando a sí mismo mintiéndole a su esposa acerca de su adicción a la pornografía. Deje de mentirle.
El hecho de mentirle a su esposa acerca de donde ha estado, donde se ha gastado el dinero, o el negar el uso de pornografía destruirá la confianza y debilitará aún más su matrimonio. Muchas esposas descubren que la mentira acerca de la pornografía es tan devastadora como la adicción misma. Usted necesitará de la paciencia de su esposa, de sus oraciones, y de su perseverancia para ayudarle a superar esta adicción. La mentira puede destruir su matrimonio. Deje de mentirle y dígale la verdad, aunque sea humillante. La mayoría de las esposas están dispuestas a ayudar a sus esposos a superar una adicción – si sus esposos son honestos con ellas. Un esposo humilde y honesto descubrirá a una aliada valiosa para superar la pornografía (Ver Eclesiastés 4:12).
Deje de transferir las culpas – es una de las maneras más antiguas de evitar la responsabilidad moral. (Recuerde la inaceptable excusa que Adán dio a Dios por comer el fruto prohibido (Génesis 3). Su adicción a la pornografía no es culpa de su esposa. Mas bien es el resultado de sus opciones morales pecaminosas. El camino al arrepentimiento y a la recuperación comienza cuando usted asume la responsabilidad de sus acciones.
†œNo se nieguen el derecho del uno al otro, sino cuando lo decidan de común acuerdo, y por cierto tiempo, con el fin de dedicarse con más intensidad a la oración. Pero después vuelvan a juntarse; de otra manera, al no poder dominarse, Satanás los haría caer† (1 Corintios 7:5).
Fuente: Diccionario Apologético
[369]
Búsqueda de satisfacciones fantasiosas de tipo psicosexual por medio de imágenes gráficas o audiovisuales. Al apartarse de la naturaleza y de la finalidad de la sexualidad y, sobre todo, de su dimensión interpersonal y lanzar al individuo a un solipsismo o subjetivismo egocéntrico fronterizo con lo patológico, la pornografía es un desorden natural y moral, sobre todo en clave cristiana.
En lo natural desajusta la tendencia relacional de la sexualidad humana y, por lo tanto, impide la madurez sana en quien no ha llegado a ella o descarría la sexualidad normal en el adulto.
En moral cristiana se opone a la ley divina, que ordena el amor human. Dificulta las actitudes de altruismo, apertura, entrega, fidelidad, auntocontrol, dominio y señorío de sí en función de finalidades nobles.
El educador tiene que ser consciente de las elevadas cargas pornográficas que invaden en los tiempos actuales los medios sociales de comunicación: prensa, cine, televisión, propaganda comercial, informática, internet. En esos lenguajes, sin lugar a duda, se aprovecha los intereses sexuales naturales para conducir la atención a determinados objetivos comerciales, políticos, sociales; y se buscan rentabilidades económicas, aunque se perjudique las mentes de los videntes o de los oyentes.
No es fácil hallar en cada caso y para cada edad el mejor comportamiento ante esta situación social. Conviene huir por igual de un rigorismo antisexual exacerbante y de un laxismo pseudonaturalista distorsionante. Padres, educadores, catequistas, dirigentes y animadores juveniles tienen que hallar en la reflexión pistas para orientar el proceder mejor en cada caso y para cada persona.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
Contenido
- 1 Conceptualización
- 2 Definición de Pornografía
- 3 El objeto pornográfico, ¿Deja de serlo por la costumbre?
- 4 Enlaces internos
- 5 Enlaces externos
Conceptualización
Es preciso dar un concepto universal, objetivo y válido para todo tiempo y lugar, para salir al encuentro de una objeción siempre repetida: Nadie puede determinar cuándo es pornografía. Eso depende, se dice de las costumbres, de la época, personas, y por consiguiente hay que dejarlo al criterio y sensibilidad de cada uno. Este relativismo—como todo relativismo—es contrario al pensamiento y a la vida. Inadmisible, por tanto.
La confusión proviene del hecho de que el juicio que determina lo que es pornográfico, no proviene ni de un conocimiento puramente experimental (como la física, por ejemplo) ni puramente abstracto (como el filosófico), sino algo inteligible que se revela en algo sensible. Este componente sensible es lo que hace difícil discernir la pornografía del arte en una película; no en las que todo el mundo llama pornográficas y ni ellas mismas pretenden ser artísticas; sino en aquéllas en las que se da el doble oleaje del arte y lo pornográfico en condiciones más o menos exaltantes; por tanto donde el problema no es discernir ”lo pornográfico” sino lo “inmoral” del arte. Aquí es donde se plantea la pregunta de si todo es relativo, es decir, si lo que es inmoral para unos, no lo es para otros; si lo que es aquí y ahora, no lo es en otro lugar o no lo será mañana.
La raíz última de la última incertidumbre está en que efectivamente hay un elemento variable e histórico. La sensibilidad de los pueblos varía con las épocas y lugares, y por tanto lo que se considera ofensivo a la moral y las buenas “costumbres”. Pero también hay un elemento constante, la esencia humana idéntica en su origen y destino, y por tanto también en su desarrollo. Estos dos elementos son ciertos y no deben sacrificarse ni el uno ni el otro. Sólo así es válido un concepto de lo pornográfico. ¿Y posible? ¡Sí!
Un aspecto variable y mudable de la sociedad (y del hombre que la integra) es la propia de un ser en devenir. Pues bien, en el ser en devenir lo que llegará a ser, lo que debe hacerse, lo que será en cualquier etapa de su desarrollo, ya lo era inicialmente, estaba “en potencia”. Todo su hacerse y desarrollarse procede de un dato fundamental del hombre, lo que se mantiene a través del proceso. Ese dato fundamental en el hombre es que su ser – por serlo de una persona libre – le es dado al mismo tiempo hecho y por hacer, como tarea y misión. Su destino o meta está en su origen o punto de partida, y sin embargo debe alcanzarlo. Esta estructura fundamental es lo que se llama “naturaleza humana”. Distinta de los seres físicos, determinados unívoca y necesariamente en una dirección. En el hombre, ser espiritual y trascendente, se dan posibilidades ilimitadas de realizarse; pero también de malograrse.
Que “tal naturaleza humana existe lo prueba la filosofía, la teología y la literatura, “historia del alma popular”: Nosotros entendemos y vibramos con poemas y dramas de hace centenares de años: Su pensamiento, sentimientos, pasiones, amores, odios, etc, no son distintos fundamentalmente, y por eso nos sentimos identificados; apreciamos su arte. Pero es constante también el ideal de perfección moral. Es moral lo que es bueno; y es bueno lo que tiende a la perfección de la persona en todas sus dimensiones y relaciones (consigo, con los otros y con Dios). Todos los hombres poseen un criterio objetivo de moralidad; una norma que se les hace saber todo lo que es bueno y lo que es malo, y los inclina, como dice San Pablo (Rom. 2, 14-15).
Aplicándolo a nuestro caso, se deduce que la diversidad de costumbres y comportamientos respecto de la sexualidad se debe a la libertad que el hombre posee al hacer concordar su conducta práctica aquí y ahora, con esas normas morales constantes y universales; que pueden ser oscurecidas o trabadas por situaciones socioculturales (como sucede ahora con el cine) pero que siempre hay criterios para discernir lo moral y pornográfico de lo artístico. Tal es el criterio o norma del “Pudor” y las “Buenas Costumbres”. Las buenas costumbres son las que se fundan en lo moral natural, es decir, en la estructura y propiedad de la naturaleza humana. Dicha estructura es el pudor. El pudor es una de esas experiencias llamadas “trascendentales” que van siempre más allá de lo que se puede definir categorialmente; y por eso debe hacerse relacionándolo con sentimientos afines. Uno de estos es lo que llamamos vergüenza y honestidad, que a su vez son partes de la virtud cardinal de la templanza, como dice Santo Tomás: “Hay dos partes integrales de la templanza: Estas son la vergüenza (verecundia), por la que huimos de la torpeza contraria a la templanza; y la honestidad (honestas), por la que se ama la belleza de la templanza. Pues bien, la templanza coincide con el pudor por cuanto éste produce efectos iguales a la templanza: da mesura y dominio a los sentimientos. También el Diccionario de la Real Academia Española identifica el pudor con la modestia, la honestidad, el recato. A base de lo dicho, puede darse ya una definición más precisa de pudor: “Es la actitud del que oculta o calla cosas tenidas por vergonzosas o por demasiado íntimas, principalmente en el terrero de la sexualidad”
Queda por ver el problema más espinoso: ¿Por qué son siempre las mismas cosas son tenidas por vergonzosas? Tampoco esto se puede contestar en pocas palabras, sin aproximarlo a partir de este punto de vista dado igualmente: “El pudor – lo mismo que la virginidad- radican formalmente en el alma, materialmente en el cuerpo”. Según esto cabe responder que varía lo material, no lo formal. Y por tanto debe impresionar más que la relativa variación de las cosas que son tenidas por vergonzosas en cada época, el hecho de que en toda época hay cosas que son tenidas por vergonzosas el exhibirlas. Que el sentimiento de la vergüenza ha existido siempre, un especialista lo confirma por las raíces lingüísticas indoeuropeas que lo designara y concluye así: “Detrás de la expresión bíblica, la vergüenza de su desnudez, subyace el presupuesto de que poner a la vista lo que debe ser tapado, es cosa vergonzosa. No son únicamente las cosas relacionadas con el sexo, por supuesto, las que requieren la adecuada privacidad. Ser humano es ser a medias abierto, en parte a la vista y en parte escondido. Toda experiencia es potencialmente vulnerable y está expuesta a la violación, y de ahí que esté necesitada de protección. Ignorar o negar tal cosa, se llama “desvergüenza”.
El respeto a esa privacidad, a ese aislamiento y profundidad en el encuentro humano, es el objeto de la vergüenza. Por tanto el afán actual de rasgar todos los velos es, un acto afín al robo y al rapto. Rechazar tal sentimiento de la vergüenza equivale a rechazar al Otro, la interdependencia, la solidaridad, no obstante la superficial camaradería.
Cosa parecida sucede con el llamado no conformismo, que acaba por ser un conformismo al revés, es decir, ser conformistas del no conformismo. Con lo cual han impulsado a los directores de cine, artistas y en general a la sociedad a portarse como no conformistas. El verdadero no-conformista ahora sería más bien el que admite valores morales esenciales y permanentes.
La respuesta, pues, al problema de por qué no son siempre las mismas cosas las cosas que son tenidas por vergonzosas, es parecida a lo que sucede en estética, en arte, etc.: Los gustos cambian, pero permanecen los cánones esenciales que nos hacen conocer y experimentar el verdadero arte. Igualmente, permanecen los sentimientos esenciales del pudor aplicables en cualquier época; varía el más o menos mostrable; pero permanece aquello que lo dicta. Siempre disponemos de criterios y normas metatemporales que nos permiten discernir lo pornográfico y lo inmoral, del arte en el cine. A base de estos criterios podemos buscar una definición de pornografía.
Definición de Pornografía
Se trata de definir una realidad mudable con una definición no mudable. La pornografía como dijimos líneas arriba es una realidad en devenir, por tanto, que adquiere lo que ya (en cierta manera) posee, y cambia lo que simultáneamente permanece. Así lo expresan los términos con que siempre se ha denominado lo inmoral y pornográfico: Obsceno,lascivo ,lujurioso, morboso, vicioso,escandaloso, impúdico, etc. Así “vestir de manera impúdica” tiene un contenido permanente, aunque varíen las prendas que dan origen al vocablo: el bailar lascivamente no depende de hacerlo unidos o separados.
De una realidad compleja caben varias definiciones. Así sucede, por ejemplo, con “arte”. Lo mismo con “pornografía”. Vamos a recordar las principales. Ninguna de ellas es falsa, pero puede ser incompleta. Al final propondremos la que nos parece completa. Comencemos por las tradicionales.
- 1ª “Pornografía es lo que va contra el común sentimiento del pudor”.
- 2ª “Pornografía es la que es percibida como tal por el sentido común”. Lo que en cada época varía no es ni el “sentido común” ni el “común sentimiento del pudor”, sino los objetos que abarcan; pero esta variación estaba incluida en la definición. Por eso fueron buenas definiciones; y los jueces pudieron sentenciar correctamente. No con lo subjetivo. Lo subjetivo—¡cómo en cualquier ley!—es la aplicación a los casos concretos; no el “común sentimiento del pudor”, que es objetivo si se entiende como lo define S. Lerner: “Común sentimiento del pudor” o buenas costumbres, es aquel concreto nivel de moralidad en materia sexual que los ciudadanos de una determinada cultura consideran hic et nunc (aquí y ahora) que debe guardarse en público para que se de un ordenado comportamiento de la vida civil y para respetar la igual dignidad personal de cada uno”. Si esta definición ahora no es operativa es porque varió otro elemento, esto es, “los ciudadanos de una determinada cultura” ya no es fácil precisarlo.
- 3ª “Pornografía es la literatura o imagen cuyo objetivo deliberado y primordial o único, es excitar eróticamente al lector u observador (G. Meredith, – 1909). Es buena definición porque lo mudable es lo material, es decir, que la imagen sea estática o en movimiento ([cine]] en el cual ni se pensaba); pero lo formal, lo que hace que sea pornográfica (es tener ese “objetivo primordial o único”) es inmutable y aplicable en todo tiempo.
- 4ª “Una obra es pornográfica cuando es una incitación a los intereses y deseos sexuales morbosos, que va mucho más allá de las normas toleradas por el conjunto de la humanidad en los tiempos actuales”. Es parecida a las dos primeras. Aunque data del siglo XIX y consta en algunos Códigos Penales, “tiempos actuales” es el aspecto formal, invariable, porque se puede entender cualquier tiempo. Con todo ahora, por la que corre el tiempo socio-cultural no es tan operante.
Un argentino, Lázaro Sirling, autor de un “Diccionario Sexológico” da una definición que el doctor Andrés Flores Colombino juzga la más amplia y objetiva, y aquí ponemos como la más completa: “Pornografía es toda producción escrita, dibujada, o hablada, que tenga por objeto o resultado primordial, esencial y hasta único, el despertar o excitar en forma normal o anormal los instintos sexuales”. Es una buena definición no a pesar de que la “producción escrita, dibujada o hablada” que tenga ese resultado sea diferente en cada época, sino precisamente porque lo contiene y abarca. ¡Es la verdadera definición de un ser en devenir!
El objeto pornográfico, ¿Deja de serlo por la costumbre?
Esta es la gran dificultad que tantos oponen y que debe resolverse porque si por la costumbre lo pornográfico deja de serlo, la profilaxis sería dejarlo circular libremente. Esta conclusión es falsa, porque el mal no puede circular libremente; luego también lo debe ser la premisa, es decir, que la costumbre produce inmunidad. No hay tal. Sólo sucede que el cuerpo, que es concausa de la vida visible y emocional, no es trascendente y la acción del objeto y reacción de las facultades sensitivas procede de manera completamente distinta de las facultades espirituales, el entendimiento y la voluntad.
La duración e intensidad de la sensación y el consiguiente proceso fisiológico que la desencadena, no depende sólo del excitante (en nuestro caso del objeto pornográfico) sino también de la naturaleza del órgano. El objeto debe crecer aproximadamente en proporción geométrica (de 1 a 10) para que la reacción crezca en proporción aritmética (de 1 a 2). En las facultades espirituales, en cambio, hay siempre perfecta igualdad entre la verdad que llega al entendimiento y la posesión de dicha verdad. Asimismo, mientras el entendimiento se perfecciona y crece con la perfección o intensidad de su estímulo, y puede corromperse con la intensidad o frecuencia de estímulo, y puede entender cualquier objeto por ilimitado que sea; la sensación se agota e incluso puede corromperse con la intensidad o frecuencia del estímulo. Y es capaz de percibir cualquier objeto, no sólo por la “ley de los umbrales”, sino porque un estímulo muy intenso lo daña (por ejemplo; el Sol, a la vista). De ello resulta que, al paso que el entendimiento que acabe de entender lo más elevado y difícil, podrá entender mucho más expeditamente lo sencillo y fácil; el sentido que tuvo una sensación intensa no percibe otra—aunque sea menor—sino después de un proceso amplio de recuperación. Por la razón dicha de que depende intrínsecamente (casualmente) del cuerpo (el entendimiento sólo depende extrínsecamente del sistema nervioso)
A la luz de estas verdades, perfectamente demostrables en psicología racional, se ve fácilmente que la pornografía por su uso no deja de serlo; sino que el instinto y los sentidos, satisfechos y agotados, necesitan recuperarse para volver a experimentar la excitación y estímulo. No es, pues, que el estímulo (el objeto pornográfico) dejó de ser tal, sino que cumplió su objeto; si el estímulo persiste, deja de excitar mientras el instinto no se recupere. Lo que pasa es que no se le da este tiempo; y entonces para provocar la excitación se requiere intensificar el estímulo, en escalada incesante; cosa posible en el hombre porque sus instintos están insertos en un ser espiritual, y así no son puros instintos al servicio de sí mismos, sino agitados y susceptibles de ser pervertidos por un contexto cultural. En entendimiento y la fantasía demandarán al cuerpo e instintos más capacidad de goce, y para ello tendrán que proporcionarle estímulos (pornografía) cada vez más duros – incluso satélites, como las drogas que puede llegar al refinamiento del vicio o a la propia perversión sexual. En estos extremos todos están de acuerdo en poner freno a la pornografía. ¿Y por qué no antes? Es ilusión creer que el freno estará en la liberalización. El impulso pornográfico es insaciable.
Francisco Interdonato S.J.
Fuente: Teología y derecho, Materiales de enseñanza de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú
Transcrito por José Gálvez Krüger. 06-setiembre-213
Enlaces internos
[1] El film ideal. Pío XI.
[2] Miranda Prorsus. Pío XII
[3] Vigilanti cura.
[4] Boni Pastoris.
Enlaces externos
[5] Aquellos héroes del celuloide.
[6] Cine para católicos.
[7] Historia Crítica: la lgia de la decencia.
[8] Pornografía y violencia en los medios de comunicaciones.
[9] Comprados a gran precio. La Pornografía: un ataque al templo vivo de Dios.Carta pastoral de Monseñor Paul S. Loverde, Obispo de la Diócesis de Arlington.
Selección y revisisón de enlaces: José Gálvez Krüger.
Fuente: Enciclopedia Católica