Patrimonio (heb. mimkâr). Propiedad que uno hereda de su padre. La expresión aparece una sola vez (Deu 18:8) en un pasaje cuyo texto hebreo es oscuro. El tema allí tiene que ver con un levita que se muda de un lugar a otro, quien en su nuevo lugar de residencia debía recibir una parte igual de los dones que los levitas residentes recibían. También se le permitía retener los resultados de la venta de su «patrimonio» (vs 6-8), si ésta es la interpretación correcta del pasaje oscuro. Cuando se dividió la tierra de Canaán entre las tribus de Israel, los levitas no tendrían «heredad entre sus hermanos; Jehová es su heredad» (v 2). Sin embargo, la gente debía llevar ciertos regalos a los sacerdotes levíticos (vs 3, 4). 906 LOS PATRIARCAS Y SUS Aí‘OS DE VIDA SEGÚN LAS LISTAS GENELí“GICAS DEL AT 907
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
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Bienes y posesiones que provienen de la herencia paterna. Por extensión alude a los bienes materiales que constituyen la riqueza estable de una familia o persona y que ordinariamente son soporte de su existencia (patris y munium, oficio).
En los bienes patrimoniales existe la referencia a los padres que los originaron. No son producto de la propia inteligencia o habilidad. No deben ser malgastados, aunque esa referencia piadosa no se aprecia en la pragmática moderna.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa