PASTORAL VOCACIONAL

En la pastoral general

El cuidado de las vocaciones empieza en la familia, en la parroquia, en la escuela, así­ como en el contexto eclesial y sociológico en que se encuentran las personas que pueden ser llamadas por Cristo a un campo especí­fico de consagración y de misión. La pastoral vocacional es la acción que se dirige a suscitar, discernir y ayudar las vocaciones, aún antes de que inicien su proceso de formación especí­fica. La «dimensión vocacional es connatural y esencial a la pastoral de la Iglesia» (PDV 34).

En toda comunidad eclesial, la pastoral ordinaria necesita esta perspectiva vocacional que le es intrí­nseca. La pastoral vocacional forma parte integral de toda la pastoral. Puesto que todo cristiano está llamado a una misión concreta en la Iglesia y en el mundo, habrá que presentar la vocación como encuentro, seguimiento y misión (como elementos intrí­nsecos al bautismo), instando a la disponibilidad de apertura a nuevas gracias o llamadas de Dios.

La pastoral vocacional tiene que ofrecer todo el campo posible para escoger, especialmente según los tres estados de vida (laical, consagrada, sacerdotal), sin desprestigio por ninguno de ellos. Las tres vocaciones (o estados de vida) se armonizan entre sí­ en el campo de la santificación y de la misión, teniendo todas ellas, con matices distintos, una perspectiva de Iglesia local y universal.

Campos privilegiados de acción

Los campos privilegiados de la pastoral vocacional son familia, escuela, juventud, grupos apostólicos, comunidades eclesiales (parroquias), medios de comunicación, atención a la dirección espiritual o a la consulta, sacramento de la reconciliación, retiros y Ejercicios espirituales, grupos de oración y discernimiento, publicaciones, centros de acogida… Pero lo más importante es presentar la persona viva de Jesucristo, como punto de referencia y fundamento de una actitud relacional que lleva a compartir gozosamente su misma misión «Lo llevó a Jesús» (Jn 1,42).

Las vocaciones que comiencen a brotar necesitan intuir que la comunidad de la que formarán parte es coherente con los datos básicos de la vocación contemplación, seguimiento evangélico, vida fraterna, misión. Al mismo tiempo, se podrá constatar que en el despertar de las vocaciones ha colaborado toda la comunidad eclesial con su oración, sacrificio, testimonio, acogida… Toda la comunidad se hace instrumento de promoción, discernimiento y formación, pero entre los responsables de esta pastoral destacan los padres, los educadores, los agentes de pastoral, los sacerdotes y las personas consagradas.

Contenidos y metodologí­a de acción

Es imprescindible cuidar los contenidos doctrinales sobre la vocación general y especí­fica, en relación con testimonios concretos y, especialmente, a la luz de la Palabra de Dios meditada en el corazón e insertada e las situaciones concretas. Es Cristo quien llama personalmente para entablar una relación profunda con él, que se concretará en una peculiaridad de seguimiento evangélico y de misión.

Cuando se trate de la vocación misionera, habrá que presentar la urgencia del mandato misionero, el modelo apostólico, la realidad de la Iglesia (misterio, comunión y misión) y las situaciones sociológicas y culturas de los diversos campos de evangelización «ad gentes». Debe aparecer también con claridad, en la exposición doctrinal y en el testimonio, así­ como el carisma de la institución que acoge esta posible vocación.

La metodologí­a de la pastoral vocacional necesita una animación personal y comunitaria que no sea principalmente de «impresiones», sino que tienda a adquirir unos criterios cristianos que fundamenten la recta intención, la decisión libre y el proceso de formación en las cualidades necesarias. Es, pues, una pastoral vocacional de principios evangélicos, que suscitan una actitud de libertad como verdad de la donación, por parte de quien se siente llamado, amado y enviado por Cristo.

Para conseguir estos objetivos, la programación de la pastoral vocacional se basará principalmente en oración y sacrificio (la vocación y la fidelidad a la misma es un don de Dios), presentación del mensaje y de la persona de Jesús que espera una respuesta personal, enfocar toda la pastoral vocacional hacia el encuentro y la celebración eucarí­stica, presentación de Marí­a como modelo de toda vocación.

Referencias Formación vocacional, pastoral, vocación, vocación misionera.

Lectura de documentos PO 11; PDV 34-41, 74; VC 64.

Bibliografí­a AA.VV., De hodierna actione pastorali ad vocationes fovendas Seminarium 36 (1996); AA.VV., Pastoral de las vocaciones (Salamanca, Sí­gueme, 1961); AA.VV., Pastoral de las vocaciones sacerdotales (Bogotá, SPEC, 1978); AA.VV., La vocation, éveil et formation (Paris, Cerf, 1965; AA.VV., Vocación común y vocaciones especiales (Madrid, Soc. Educación Atenas, 1983) tercera parte; R. BERZOSA, El camino de la vocación cristiana (Estella, Verbo Divino, 1991); Y. BODIN, La pastoral des vocations dans la mission de l’Eglise Seminarium (1984) 526-543; (Congregación para la Educación Católica) Desarrollos de la pastoral de las vocaciones en las Iglesias particulares (6.1.92); Idem, La pastoral de las vocaciones en las Iglesias particulares de Europa. Documento de trabajo del Congreso sobre las vocaciones al Sacerdocio y a la Vida Consagrada en Europa (Lib. Edit. Vaticana 1997; G. DHO, Pastorale e orientamento delle vocazioni (Roma, PAS, 1966); J.R. ROMO, Proyecto de pastoral vocacional. Utopí­a y programa Seminarios 33 (1987) 319-374; A. SANCHIS, Anotaciones sobre la pastoral de la vocación Studium 21 (1963) 735-748; M. VIDAL, Pastoral de la vocación (Madrid, PS, 1980). Ver también La pastoral vocacional en el magisterio episcopal español Seminarios 27 (1981) 187-203.

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización