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Sacerdote encargado de una Parroquia, con responsabilidad moral, pastoral, legal y canónica de tal, según las normas de la Iglesia y las tradiciones cristianas.
El párroco es «cura» por antonomasia y posee una autoridad propia según las leyes canónicas, (C.D.C. cc 519 a 538 7757 a 783) aunque pastoral y teológicamente su autoridad es dependiente del Obispo, que es quien tiene la «misión divina» en la cual participan todos los demás con «misión eclesial».
«El Párroco es el pastor propio de la parroquia que se le confía y ejerce la cura pastoral de la comunidad que le está encomendada bajo la autoridad del Obispo diocesano, en cuyo ministerio de Cristo ha sido llamado a participar, para que en esta misma comunidad cumpla las funciones de enseñar, santificar, regir, con la cooperación de los otros presbíteros o diáconos y con la ayuda de los fieles lacios, conforme a la norma del derecho» (c. 519)
La complejidad sociológica de muchas aglomeraciones humanas de los tiempos presentes hace al párroco incapaz de atender a todas sus demandas personales y sentir la necesidad de nuevas estructuras organizativas de su parroquia.
(Ver Parroquia)
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
Siendo éste un Diccionario de Pastoral nos centraremos en una única cuestión, dejando otros aspectos más teológicos y jurídicos: hacia un estilo diferente de ser párroco o responsable de la comunidad parroquial. Remitimos también a la voz parroquia.
J. Bestard se ha atrevido a diseñar el retrato robot del parróco de hoy, con estas actitudes y características:
1. Un hombre que asuma, viva y se comprometa gozosamente con el Evangelio.
2. Que viva profundamente la comunión eclesial.
3. Encarnado en los problemas de su tiempo y de sus gentes.
4. Abierto, que sepa escuchar y se deje evangelizar.
5. En actitud de servicio, sin buscar poder ni privilegios.
6. Libre, sin dejarse atar por ideologías, ni grupos socio-económicos, ni instalaciones hedonistas.
7. Un hombre crítico frente a la realidad socio-cultural y que intenta la transformación de esa misma realidad.
8. Con profundas raíces espirituales en Jesucristo y en su seguimiento.
9. Que sea instrumento de reconciliación personal y comunitaria.
10. Que no se coloque como centro de la comunidad parroquial (el centro es Cristo) sino como su servidor y guía, que da la vida por todos.
11. Que anime e impulse a los miembros de la comunidad en la corresponsabilidad, en su participación a todos los niveles, en el descubrir sus ministerios y funciones y en su compromiso evangelizador.
Algunas anotaciones sobre los párrocos «in solidum», de los que habla el c. 517, 1. Se trata de nombramientos realizados por el obispo para que dos o más sacerdotes atiendan una o varias parroquias «solidariamente». Uno de estos sacerdotes debe coordinar la actividad conjunta y responder de ella ante el obispo. Estos nombramientos «in solidum», cuando de verdad funcionan, fomentan la fraternidad sacerdotal y los equipos de trabajo y vida sacerdotales.
BIBL. – R. BERZOSA MARTíNEZ, Para comprender y vivir la Iglesia Diocesana, Burgos 1998.
Raúl Berzosa Martínez
Vicente Mª Pedrosa – Jesús Sastre – Raúl Berzosa (Directores), Diccionario de Pastoral y Evangelización, Diccionarios «MC», Editorial Monte Carmelo, Burgos, 2001
Fuente: Diccionario de Pastoral y Evangelización