Parálisis (gr. paralutikós, literalmente «aflojamiento»). De acuerdo con el vocablo griego, esta enfermedad tenía las mismas connotaciones que en la actualidad (Mat 4:24; Mar 2:3; Act 8:7; etc.). Según algunos eruditos, en el AT se mencionan 2 casos de parálisis parcial (1Ki 13:4; Zec 11:17). En ambos casos, el texto habla de «secarse» (heb. yâbêsh). 901
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
Pérdida parcial o completa de la fuerza muscular o de la sensibilidad en una o más partes del cuerpo. Esta enfermedad es el resultado de la lesión o el trastorno del sistema nervioso o de la atrofia de los músculos, que impide la transmisión de los impulsos nerviosos o incapacita a los músculos para reaccionar ante dichos impulsos. La parálisis tiene muchos nombres y formas, algunas de las cuales pueden ser fatales. Entre las causas están la enfermedad (como en el caso de la parálisis diftérica), las lesiones cerebrales, la lesión de la columna vertebral o la presión provocada por un tumor.
Algunas de las personas que Jesucristo curó milagrosamente estaban paralíticas. (Mt 4:24.) En una ocasión le llevaron un paralítico, al que curó después de perdonarle los pecados. Luego, por orden de Cristo, el que había sido paralítico tomó su camilla y se fue a su casa. (Mt 9:2-8; Mr 2:3-12; Lu 5:18-26.) En otra ocasión, Jesús sanó desde lejos al criado de un oficial del ejército que estaba postrado debido a parálisis y a punto de morir. (Mt 8:5-13; Lu 7:1-10.) El que el esclavo estuviera †œterriblemente atormentado† o muy afligido (Mt 8:6) no indica necesariamente que sufriera dolor intenso. Aunque la parálisis por lo general no es dolorosa, a veces sí puede serlo. En casos de parálisis agitante (enfermedad de Parkinson) se presentan calambres en la columna vertebral y en las extremidades; y en la paraplejía dolorosa —una forma de parálisis relacionada con algunos casos de cáncer en la columna vertebral—, se sufre un dolor muy intenso.
El evangelista Felipe predicó y realizó señales en la ciudad de Samaria, donde sanó a muchos paralíticos. (Hch 8:5-8.) En Lida, Pedro le dijo al paralítico Eneas, que †œllevaba ocho años de yacer postrado en su camilla†: †œ†˜Eneas, Jesucristo te sana. Levántate y haz tu cama†™. Y al instante él se levantó†. (Hch 9:32-35.)
Fuente: Diccionario de la Biblia