latín omnis, todo, præsentia, presencia. Dios está en todas partes.
Después de la construcción del Templo de Salomón la presencia de Dios quedaba limitada, en un principio, al Templo propiamente dicho: †œHe santificado esta Casa que me has construido para poner en ella mi Nombre para siempre; mis ojos y mi corazón estarán en ella siempre†, 1 R 9, 3. Pero, en el N. T., la presencia de Dios en la comunidad cristiana, dondequiera que ésta se encuentre, es una premisa fundamental de la fe.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital