muchas veces en las Sagradas Escrituras los números encierran simbolismos.
Uno: asociado con la unidad.
Dos: denota dualidad o ayuda mutua, Gn 1, 6; 2, 20; Hch 4, 9-12.
Tres: Dios se manifiesta en Trinidad, 1 Co 13, 13; 2 Co 13, 14; Jn 5, 8; tres hombres se aparecen a Abraham en la encina de Mambré, Gn 18, 2; la bendición sacerdotal consta de tres fórmulas, Nm 6, 24-26. El núcleo central de los Valientes de David lo forman los Tres, 2 S 23, 8 ss.; los serafines proclaman la santidad de Yahvéh Sebaot repitiendo †œsanto† por tres veces, Is 6, 3; Ap 4, 8; Jesús dijo que levantaría el Templo en tres días si era destruido, Jn 2, 19; de la misma manera que el profeta Jonás permaneció tres días y tres noches en el vientre del cetáceo, Jon 2, 1.
Cuatro: se funda en los puntos cardinales y simboliza la plenitud, Gn 2, 10-14; cuatro son los brazos del río que bañaba el Edén, Gen 2, 10. Cuatro son los evangelios, y también los azotes de Dios, Ez 14, 21; Ezequiel tuvo la visión de cuatro seres con cuatro caras y cuatro alas cada uno, Ez 1, 5 ss.; la Jerusalén mesiánica es un cuadrado, símbolo de la perfección, Ap 21, 16.
Siete: los días de la Creación, Gn 2, 3. El hombre descansará el séptimo día, Ex 23, 10-12. El pacto entre Abraham y Abimélek se selló con siete corderos, Gn 21, 30. Zacarías ve un candelabro con siete lámparas y siete boquillas cada uno, Za 4, 2. Juan ve siete candelabros de oro, Ap 1, 12. Hay siete ángeles santos, Tb 12, 15. Siete antorchas de fuego arden ante el trono de Dios, que son los siete Espíritus de Dios, Ap 4, 5. Siete son las plagas de Egipto, Ap 15, 1. El libro que Dios sostiene en la mano tiene siete sellos, Ap 5, 1. Siete son las gradas por donde se sube al nuevo Templo, Ez 40, 22.
Cualquiera que matare a Caín lo pagará siete veces, Gn 4, 15.
Diez: son los mandamientos, Ex 34, 28.
Doce: los Apóstoles de Dios, los meses del año, las tribus de Israel. La Jerusalén Mesiánica tendrá doce puertas con doce ángeles y la muralla de la ciudad se asentará sobre doce piedras que llevan los nombres de los doce apóstoles, Ap 21, 12-14.
Treinta: la edad José cuando el rey de Egipto lo nombró primer ministro, Gn 41, 46; también David tenía treinta años cuando fue ungido como rey de Israel; Jesús tenía unos treinta años cuando comenzó su ministerio público, Gn 41, 46. Para prestar el servicio de la tienda del Encuentro era necesario haber cumplido treinta años, Nm 4, 3. A la muerte de Moisés y Aarón se guardaron treinta días de duelo, Dt 34, 8; Nm 20, 29. El profeta Zacarías recibió treinta siclos de plata como jornal, Za 11, 12-13, al igual que Judas, Mt 26, 15.
Cuarenta: representa en la Biblia, como dato cronológico, el período de tiempo de toda la edad de una persona. La peregrinación de los israelitas por el desierto duró cuarenta años, Nm 32, 13. Cuarenta años duró el reinado de David, 2 S 5, 4, y el de Salomón, rey de Judá, 1 R 11, 42; cuarenta años reinó Joás, en Judá, 2 R 12, 2.
Cuarenta años duró el dominio de los filisteos Jc 13, 1. Dios hizo llover sobre la tierra, durante cuarenta días y cuarenta noches, Gn 7, 4. A los cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca y soltó un cuervo, Gn 8, 6; Moisés permaneció cuarenta días en el Sinaí, por dos veces, Ex 24, 18; 34, 28. Los israelitas exploraron la Tierra Prometida durante cuarenta días, Nm 13, 25. Jesús ayunó cuarenta días en el desierto antes de iniciar su ministerio público, Mt 4, 2, y durante cuarenta días después de su resurrección se apareció a sus discípulos, Hch 1, 3.
Setenta: son los pueblos nombrados como descendientes de Sem, Cam y Jafet, Gn 10; setenta fueron los israelitas que entraron en Egipto, Gn 46, 27; setenta ancianos representaban a los israelitas, Ex 24, 9.
Seiscientos sesenta y seis: el n. de la bestia, Ap 13, 18, cada cifra representa, aparentemente, una letra; algunos dicen: César-Nerón (hebreo).
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital