NEFTALI (TRIBU)

tip, TRIB TR12

sit, a6, 334, 95

vet, = «mi combate». La tribu procedente de Neftalí­; se dividí­a en cuatro grandes familias surgidas de los cuatro hijos de Neftalí­ (Gn. 46:24; Nm. 26:48, 49). Al comienzo de las marchas por el desierto, el prí­ncipe de Neftalí­ era Ahira hijo de Enán (Nm. 1:15; 2:29; 7:78, 83; 10:27); le sucedió Pedael, hijo de Amiud (Nm. 34:28); el espí­a enviado a Canaán por la tribu de Neftalí­ era Nahbi hijo de Vapsi (Nm. 13:14). Durante el primer censo en el desierto, la tribu contaba con 53.400 hombres capaces de llevar armas (Nm. 2:29, 30). En el segundo tení­a 45.400 hombres (Nm. 26:50). La tribu de Neftalí­ acampaba al norte del Tabernáculo, al lado de Dan y de Aser (Nm. 2:29). Neftalí­ era una de las seis tribus que estuvo sobre el monte Ebal para maldecir a los transgresores de la Ley (Dt. 27:13; cfr. Jos. 8:33). Le fue atribuida una región del norte de la tierra de Canaán. Lí­mites de Neftalí­: al este, el Alto Jordán y el lago de Galilea; al sur, Isacar y Zabulón; al oeste, Zabulón y Aser (Jos. 19:34). Era una estrecha banda de territorio que medí­a alrededor de 80 Km. de norte a sur y su anchura de este a oeste variaba entre los 16 y los 24 Km. Era un territorio accidentado en su mayor parte (Jos. 20:7) pero muy fértil. Su limite pasaba cerca del Tabor (Jos. 19:34). Ramá, Hazor, Cedes, Irón, Bet-anat y Bet-semes se hallaban entre las ciudades fortificadas de Neftalí­ (Jos. 19:36-38). Los levitas de la familia de Gersón recibieron tres ciudades en Neftalí­: Cedes, Hamot-dor y Cartán. La primera serví­a asimismo como ciudad de refugio (Jos. 20:7; 21:6, 32; 1 Cr. 6:62, 76). Hasta el mismo inicio del periodo de los Jueces, los miembros de la tribu de Neftalí­ no consiguieron arrojar a los cananeos de Bet-semes y de Bet-anat, pero les impusieron tributo. Neftalí­ participó intensamente en la lucha que emprendieron Débora y Barac. Junto con Zabulón, afrontaron la muerte sobre las alturas del paí­s (Jue. 4:6, 10; 5:18). Al llamamiento de Gedeón, los hombres de Neftalí­ empuñaron las armas (Jue. 6:35; 7:23). 1.000 jefes y 37.000 guerreros de esta tribu se unieron a David en Hebrón para ayudarle en el combate contra Is-boset (1 Cr. 12:34; cfr. v. 40). Después de esta guerra, el prí­ncipe de ellos fue Jerimot hijo de Azriel (1 Cr. 27:19; cfr. Sal. 68:28). Hiram, no el rey de Tiro, sino el artesano que ejecutó los trabajos en bronce para el Templo de Salomón, era hijo de una viuda de Neftalí­ (1 R. 7:14). Ben-adad, rey de Siria, devastó su territorio (1 R. 15:20; 2 Cr. 16:4). Tiglatpileser, rey de Asiria, deportó a una gran cantidad de miembros de la tribu (año 732 a.C., cfr. 2 R. 15:29). Isaí­as hace alusión a estos hechos y consuela al pueblo abatido prediciéndoles, en nombre de Jehová, que el paí­s devastado tendrá un especial privilegio: los que andan en tinieblas verán gran luz (Is. 8:23-9:6). Esta profecí­a se cumplió cuando Cristo hizo de este territorio el centro de sus actividades (Mt. 4:12-16). Corazí­n, Capernaum y Tiberias se hallaban dentro de la región que habí­a pertenecido a Neftalí­.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado