MORAVOS

Los moravos deben su origen a dos perí­odos distintos de fundación, uno anterior a la Reforma y el otro durante el pietismo alemán del siglo XVIll. Los primeros moravos eran conocidos como la Unitas fratrum, uno de los muchos grupos que seguí­an el espí­ritu de Jan Hus (1369-1415). Hus era un reformador checo, algunas de cuyas concepciones personales sobre la naturaleza espiritual de la Iglesia fueron condenadas por el concilio de Constanza.

Fue quemado en la hoguera en Basilea el 1415. Los hermanos moravos (Fratres) siguieron a Hus en la opinión de que gran parte del culto y de la doctrina de la Iglesia católica romana era una corrupción de la verdadera cristiandad. Según ellos, la Biblia es la única norma para la fe y para la práctica. Los seres humanos son totalmente pecadores y encuentran la redención solamente en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Afirmaban que los verdaderos cristianos deberí­an dar pruebas de su nueva vida en Cristo, siguiendo la lí­nea trazada en los Hechos de los Apóstoles.

Después de la reforma y especialmente después de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), la mavor parte de los moravos fueron absorbidos por Iglesias de tradición luterana o calvinista. Sin embargo, a comienzos del siglo XVIIl, algunos grupos de Bohemia y de Moravia emigraron a las posesiones sajonas del conde Nikolaus Ludwig von Zinzendorf (1700-1760), con la ayuda del cual fundaron la comunidad Herrnhut, subrayando la importancia de la piedad sobre la doctrina y comprometiéndose a «caminar según la regla apostólica». La situación polí­tica en Sajonia obligó a los moravos a aceptar, al menos en parte, la confesión luterana de Augsburgo (1530), aunque sosteniendo que esas expresiones de la fe cristiana eran útiles, pero no vinculantes. Zinzendorf creí­a que las pequeñas comunidades fervorosas podí­an servir de levadura para difundir la renovación de toda la Iglesia. Se habí­a comprometido por la unidad de los cristianos, proponiendo que las diferencias reflejadas en la vida de las diversas comunidades cristianas representan modos legí­timos (Tropen) de una vida cristiana genuina.

Los moravos establecieron misiones en Groenlandia, ífrica, Oriente Medio, India y América del Norte Y del Sur, llegando a la creación de 18 provincias de la Iglesia morava con medio millón de miembros, la mitad de los cuales pertenecen a las cuatro provincias de Tanzania. Los moravos se han comprometido con frecuencia en contactos ecuménicos con otros grupos cristianos, como en su intento de unir a las diversas Iglesias en Pensilvania por el año 1740 y sus discusiones sobre la validez de la ordenación morava con los anglicanos por el 1880. Su acentuación de la piedad influyó en John Weslev (1703-1791), el fundador de los metodistas, y en Friedrich Schleiermacher (1768-1834), el padre de la teologí­a liberal protestante.

W. Henn

Bibl.: Bohemios o Moravos, en ERC 11, 4850; p, Damboriena, Fe católica e Iglesias y sectas de la Reforma, Razón y Fe, Madrid 1961, 280s, 694s.

PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995

Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico