Las monedas más antiguas que se conocen fueron acuñadas en †¢Lidia, en el siglo VII a.C. Según Herodoto el primero que hizo esto fue el rey Creso. Pero ninguna de las m. acuñadas por él se ha encontrado en Israel. Los arqueólogos han descubierto algunas m. de los siglos VI y V a.C., mayormente griegas. En el siglo IV circulaban m. fenicias, cuando Israel estaba bajo dominio persa. En esa época aparecen también las primeras m. acuñadas allí. Durante la dominación griega, bajo el gobierno tanto de los ptolomeos como de los seléucidas, se acuñaron muchas m., utilizando oro, plata y bronce.
En el período de la dinastía asmonea (135 al 37 a.C.) los sumos sacerdotes ordenaron acuñaciones de m. en Judea, mayormente de cobre. éstas no traían ninguna imagen de seres vivientes, fuera hombre o animal, cumpliendo así con la ley judía. Se usaban cornucopias, anclas, flores, estrellas y otras figuras, todas copiadas de las m. griegas. La mayoría de las inscripciones aparecen en hebreo. Unas pocas en griego. La dinastía herodiana, sin embargo, ponía las inscripciones siempre en griego en las m. de bronce que acuñó. Los símbolos utilizados también muestran una inclinación a evitar toda ofensa a las costumbres judías, pues en la mayoría de los casos no hay figuras animales ni humanas.
procuradores romanos también acuñaron m. en Israel. Se piensa que lo hacían en †¢Cesarea, que era la capital administrativa. También evitaban el uso de figuras animales y humanas, con excepción de algunas que llevaban la figura del emperador. Posiblemente la moneda que el Señor Jesús pidió que le pasaran en ocasión de la pregunta sobre si era lícito o no pagar tributo al César contenía una imagen de †¢Tiberio César (Mar 12:14-17). Casi todas las m. eran de bronce. †¢Dinero. †¢Pesos y medidas de la Biblia.
Monedas mencionadas en la Biblia Equivalencia aproximada
La blanca (Mr. 12:42) 1/128 de denario
El cuadrante (Mt. 5:26) 1/64 de denario
El cuarto (Mt. 10:29) 1/16 de denario
El denario (Mt. 20:2; Luc 10:35) 4.0 g de plata
El didracma (Mt. 17:24) 7.2 gde plata
El dracma (AT – Neh 7:70) 8.0 g de plata
El dracma (NT – Luc 15:8, 9) 4.0 g de plata
El estatero (Mt. 17:27) 4 dracmas
La mina ?
El talento (Mt. 18:24) 21,600 kg de plata
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
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Piezas metálicas de valor variable por la hechura y por la significación social, ordinariamente avaladas por legislación adecuada. Sirven para intercambios mercantiles y sus valores son convencionales, dependiendo de la autoridad que la acuña o la autoriza.
La moneda históricamente surgió en Oriente, tal vez en China, antes del 1.500 a C. Comenzó en forma de piezas naturales: conchas, frutas. Pero ya en el siglo XV a. de C. apareció alguna pieza metálicas apta para el intercambio o transación mercantil. Luego las piezas fueron productos apetecibles: oro, plata, estaño. Y más tarde se «acuñó» y se grabó en metal signos, efigies, leyendas.
En el siglo V se extendieron por Occidente, siendo progresivamente acuñadas en metales nobles y cada vez más apreciados: cobre, plata y oro.
En el Antiguo Testamento se hablan de diversas monedas, incluso de acuñación propia del Templo de Jerusalén y de la nación judaica no antes de la restauración por los persas. De entonces se habla del dracma de oro (Esdr. 2.69 y Neh. 7.70), del dárico de oro con la imagen de Darío I (1 Cron. 29.7), de siclo de plata (Neh 5.15 y 10.33). En el Nuevo Testamento se alude a monedas romanas, griegas y judaicas: al denario romano (Mt. 26.15 y 27. 3-10; Mt. 18.28), el dracma (Lc. 15.8), el óbolo Mt 10.9 y Mc 6.8 y 12.41), la didracma (Mt. 17.24).
Es casi seguro que en tiempo de Jesús en la Palestina «romanizada» se computaba en monedas romana los impuestos, los tributos, las transaciones comerciales. Se usaba el denario (Mt. 18. 28), que tenía 16 ases. El as tenía 4 cuadrantes o cuartos (Mt. 5.26 y Mc. 12. 42), el cuarto valía dos ochavos (Mc. 12.42. Lc 21.2 y 12.59).
Con toda seguridad los tributos en el templo no se pagaban en moneda romana, con emblemas paganos como el busto del Emperador, sino en moneda especial del templo que se cambiaba antes de entrar en el recinto sagrado (Mc 11.15-19; Mt. 21.12; Lc. 19.45-48 y Jn. 2. 13-22). Por supuesto, «los cambistas» sacaban sus beneficios en las permutas de monedas. El mismo Jesús fue «comerciado» por Judas por «dinero» dice Lucas y (Lc. 22. 15). Y por «treinta monedas de plata», dice Mateo (Mt. 26.15
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa