Eleos designa el sentimiento de piedad que se tiene ante la desgracia de alguien. En los Setenta, esta palabra suele traducir el hebreo héséd que, en un primer tiempo, significaba la fidelidad de las dos partes a la alianza. Luego, sobre todo a partir del destierro, héséd llegó a significar la misericordia de Dios, que mantiene la alianza a pesar de las infidelidades de Israel. Por eso, el término tiene una relación con gracia (charis), pero con cierto matiz de compasión, como la que se siente ante un enfermo (Flp 2,27). El término de splanchna, entrañas, traduce el hebreo rahamím (seno materno) y acentúa más aún este matiz de piedad maternal. Es sobre todo en Filipenses y en la nota a Filemón donde Pablo recurre a este vocabulario: Os quiero a todos en las entrañas de Jesucristo (Flp 1,8; cf. Flm 20). Los fieles deben tener entre sí disposiciones semejantes (Flp 2,1; Flm 7.12).
En el plano teológico, Pablo habla con frecuencia de la riqueza de la misericordia de Dios (2 Cor 1,3). Se la desea a todos los creyentes (Gal 6,16). La tradición paulina volverá a recordarlo: Dios nos salva gratuitamente (Tit 3,5), porque es rico en misericordia (Ef 2,4).
Para iluminar la incredulidad de la mayor parte de Israel, Pablo recurre a la cita de Ex 33,19: Tendré misericordia de quien quiera y me apiadaré de quien me plazca (citado en Rom 9,15). Pablo quiere subrayar así la libertad de Dios en la generosidad de sus dones. Queda excluido todo motivo de orgullo (Rom 3,27; 4,2; 1 Cor 1,29); nuestra salvación no depende ni de la voluntad ni de los esfuerzos del hombre, sino de la misericordia de Dios (Rom 9,16). Manifestada ahora a las naciones, la misericordia se extenderá luego al pueblo judío (Rom 11,25ss). Por eso es la última palabra que da cuenta del plan divino de la salvación: Dios ha permitido que todos seamos rebeldes, para tener misericordia de todos (Rom 11,32).
E. Co.
AA. VV., Vocabulario de las epístolas paulinas, Verbo Divino, Navarra, 1996
Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas