Exo 25:23; 37:10
Mesa (heb. Mêshâ’ [1, 4], de significado incierto; heb. Mêsha’ [2, 3], «liberación», «seguridad» o «rincón»). 1. Lugar en Arabia que señalaba el límite de las tribus árabes de Joctán (Gen 10:30); no identificado con certeza. Algunos piensan que es Mesene en el extremo noroeste del Golfo Pérsico, otros lo ubican provisoriamente en otras partes de Arabia. 2. Rey de Moab, que aparece escrito Msh’ en la Piedra Moabita.* Su padre y predecesor, 777 Quemos-melek, fue vasalio de Israel cuando Omri, rey de Israel (c 885-c 874 a.C.), conquistó Moab y él mismo, rico en ganados, pagaba un tributo anual de 100.000 corderos y la lana de 100.000 carneros (2Ki 3:4). Después de la muerte de Acab (853 a.C.), Mesa negó su lealtad a Israel (1:1; 3:5). Joram, hijo de Acab, después de ascender al trono, intentó someter de nuevo a Moab. Consiguió que Josafat de Judá y un rey no especificado de Edom fueran sus aliados en esta campaña (3:6-9). En lugar de tomar la ruta ordinaria de invasión vía Galaad, los reyes aliados hicieron planes de atacar a Moab desde el sur, marchando a través de Edom, al sur del Mar Muerto. En esta área desértico sus ejércitos sufrieron de falta de agua y casi perecieron. Consultaron a Eliseo, que habría estado con el ejército, y él ordenó que cavaran zanjas y predijo que se les proveería de agua; a la mañana siguiente, ésta bajó al valle y llenó las zanjas. El Señor pudo haberles provisto agua, tal vez por milagro directo o mediante una lluvia imprevista en las montañas, hecho que a veces ocurre en forma tan repentina que los beduinos acampados en los valles han muerto ahogados. A los moabitas que los esperaban, las aguas le parecieron color sangre al sol matutino. Llegaron a la conclusión de que los aliados habían discutido entre sí y que se habían atacado mutuamente. En consecuencia avanzaron en forma descuidada sólo para ser derrotados por los confederados. Los ejércitos victoriosos entraron en la tierra de Moab, destruyeron sus ciudades y sitiaron Kir-hareset (ahora el-Kerak), adonde Mesa se había retirado con el resto de su ejército. Mesa intentó romper la línea de los sitiadores, pero fracasó. En su desesperación, sacrificó a su hijo mayor como un holocausto sobre el muro de Kir-hareset a la vista de amigos y enemigos. Los sitiadores, al ver esto, abandonaron su intento de tomar la ciudad y se volvieron a su tierra (vs 8-27). No es clara la razón por la que levantaron el sitio. Las palabras «hubo grande enojo contra Israel» (v 27) se han interpretado de diversas maneras. Una sugerencia es que el gran sacrificio hecho por Mesa habría despertado a los moabitas a tal extremo de ira que les dio fuerzas sobrehumanas para derrotar a los israelitas. Otra es que las fuerzas de los aliados habrían experimentado alguna calamidad, como una epidemia repentina, que ellos interpretaron como una señal del desagrado de Dios por su campaña. Una tercera es que fue sencillamente el miedo lo que llevó a los sitiadores a abandonar sus esfuerzos por tomar la ciudad. El registro de Mesa sobre la Piedra Moabita no se refiere a esta campaña, sino que su narración se limita a su rebelión y su éxito en ocupar territorios que habían estado en posesión de Israel. MESES DEL CALENDARIO HEBREO Poco después, parece que los moabitas, los amonitas y los edomitas invadieron Judá. 778 En respuesta a un clamor por ayuda el Señor intervino, haciendo que las naciones enemigas se destruyeran unas a otras dando la oportunidad al rey Josafat de obtener una fácil victoria (2Ch 20:22-25). 3. De acuerdo con la RVR, un descendiente de Judá por medio de Caleb y antepasado de los habitantes de Zif (1Ch 2:42). 4. Benjamita, hijo de Saharaim y de su esposa Hodes (1Ch 8:8, 9).
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
mueble de madera o de otra materia, sostenido por uno o varios pies. El término hebreo sulhan, vertido al castellano como mesa, designa la mesa oriental más primitiva, una piel que se extendía sobre el suelo.
En la Morada había una mesa de madera de acacia revestida de oro puro, de dos codos de largo, uno de ancho y codo y medio de alto, en la cual se colocaban los panes de la Presencia, Ex 25, 23-30; 37, 10-16; 39, 35.
Igualmente en el Templo de Salomón 1 R 7, 48; 2 Cro 4, 19. En las casas reales y de las personas pudientes e importantes la m. era alta y se usaban las sillas, Jc 1, 7; 1 S 20, 24-25; Mt 15, 27; Lc 16, 21. En tiempos de Jesús, ya se había adoptado la costumbre griega de tumbarse alrededor de la m. Con respecto a los ágapes o cenas del Señor y a las comidas que seguían a los sacrificios paganos, Pablo dice que no se puede participar de la m. del Señor y de la m. de los demonios, 1 Co 10, 21.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
nombre geográfico y de varón. 1. Al norte de Arabia, lugar que servía de límite a la tierra ocupada por los trece hijos de Yoqtán, descendientes de Sem, Gn 10, 30. 2. Rey de Moab, tributario de Israel, quien se rebeló a la muerte del rey Ajab, 874-853 a. C., 2 R 1, 1; 3, 4. Según una estela conmemorativa encontrada en Dibón, en 1868, M. derrotó a Judá e Israel. Pero en la Biblia, este hecho de M. no es tan afortunado, como lo celebra en la estela. Joram, rey de Israel, y Josafat, rey de Judá, junto con el vasallo de éste, el rey de Edom, emprendieron una campaña contra Moab, derrotaron a M., pero no conquistaron el territorio, 2 R 3. 3. Hijo de Caleb, 1 Cro 2, 42. 4. Benjaminita hijo de Sajaráyim, nacido en Moab, 1 Cro 8, 8.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
1. Un lugar en el sur de Arabia (Gen 10:30).
2. Un benjamita (1Ch 8:9). Incisos 1 y 2 parecen tener el significado que viene de la raíz retirarse, mientras que los 3 y 4 son deletreados en forma diferente en heb. y quieren decir bienestar.
3. Un descendiente de Judá por parte de Fares, Hesrón y Caleb (1Ch 2:42).
4. Un rey de Moab (2Ki 3:4).
Cuando se rebeló en contra de Acab, Joram, con ayuda de Josafat de Judá, lo atacó y lo derrotó (2Ki 3:4-27). Desesperado, Mesa sacrificó a su propio hijo.
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
(Libertad). Nombre de lugar y de personas del AT.
1. Lugar de Arabia mencionado como frontera para el territorio ocupado por los hijos de Joctán (Gen 10:30).
. Rey moabita. Inicialmente era tributario del rey Acab de Israel, pero muerto éste se rebeló. Joram, hijo de Acab y sucesor de su hermano †¢Ocozías, hizo alianza con Josafat, rey de Judá y el rey de Edom para atacar a M. Los ejércitos tomaron el camino del desierto y sufrieron falta de agua. Intervino Eliseo diciendo que se cavaran en el †œvalle muchos estanques†. Por la mañana M. inspeccionaba de lejos el campamento y vio esos estanques con el reflejo del sol que salía y pensó que lo que veía era sangre producida por un pleito entre los reyes aliados, por lo cual ordenó imprudentemente que sus tropas fueran a despojar, y fueron derrotados. †œCuando el rey de Moab vio que era vencido en la batalla…. arrebató a su primogénito … y lo sacrificó en holocausto sobre el muro†, lo cual causó una gran consternación aun en las fuerzas aliadas, que se retiraron †œy se volvieron a su tierra† (2Re 3:4-27). Existe una famosa piedra o estela con inscripciones, llamada la Piedra Moabita, atribuida a este rey, en la cual se narran algunas de sus hazañas.
. Primogénito de Caleb (1Cr 2:42).
. Personaje en la descendencia de Benjamín (1Cr 8:9).
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, BIOG REYE HOMB HOAT
ver, OMRI
vet, MESA (nombre geográfico y propio). (A) Lugar de Arabia, limitando con el país ocupado por los descendientes de Joctán (Gn. 10:30). Parece que se trata, por oposición a Sefar, de un territorio hacia el Oeste. Algunos autores sugieren Jebel Shammar y como alternativa plausible, la región de palmeras datileras de Gõf. (B) Benjamita hijo de Saharaim (1 Cr. 8:8-9). (C) Miembro de la tribu de Judá, de la familia de Hezrón, de la casa de Caleb. Antecesor de los habitantes de Zif (1 Cr. 2:42). (D) Rey de Moab, hijo de Quemós-melec; pagaba a Acab un tributo anual de cien mil corderos y cien mil carneros con sus vellones (2 R. 3:4). Hacia el año 853 a.C., Acab fue muerto en la batalla de Ramot de Galaad, que probablemente tuvo lugar antes de la primavera, «el tiempo en que los reyes van a la guerra»; le sucedió su hijo Ocozías. La derrota de Israel y de Judá, junto con la muerte de Acab, alentaron a Mesa a rehusar el pago del tributo el año siguiente, el segundo del reinado de Ocozías (Ant. 9:2, 1; 2 R. 1:1). Josafat, rey de Judá, volvió de Ramot de Galaad a Jerusalén, probablemente en mayo, y emprendió su reforma religiosa (2 Cr. 19). Pero poco después los amonitas y los moabitas, aliados con los edomitas, invadieron Judá (2 Cr. 20:1). Josafat los derrotó, sometió Edom, y el reino de Judá reposó (2 Cr. 20:30). Muerto Ocozías, Joram, su hermano, subió al trono de Israel (2 R. 1:17). Al año siguiente (852 a.C. o más tarde) Joram, deseoso de someter de nuevo a Moab al tributo, solicitó la ayuda de Josafat (2 R. 3:7). Este, probablemente deseoso de castigar a los moabitas por haber participado en la anterior invasión de Judá, accedió. El rey de Israel, acompañado de sus aliados, Josafat y un rey edomita cuyo nombre se desconoce, rodeó el límite meridional del mar Muerto. Los aliados corrieron el riesgo de morir de sed. El profeta Eliseo afirmó que habría agua si se hacían estanques por adelantado para recogerla; por la mañana, el valle se llenó de agua que quedó iluminada por la luz de la aurora. El rey de los moabitas (Mesa, sin duda), creyó que se trataba de sangre, y llegó a la precipitada conclusión de que los ejércitos enemigos se habían aniquilado entre sí. Intentó saquear el campamento de los israelitas, que puso a Moab en fuga y destruyó sus ciudades (2 R.. 3:24, 25). Viéndose vencido en Kir-hareset, el rey de Moab sacrificó a su hijo primogénito a su dios Quemós, quemándolo sobre la muralla. Los israelitas, horrorizados, levantaron el sitio y se volvieron a sus lugares sin haber obligado a Mesa a pagar el tributo (2 R. 3:25-27). Fue el deseo de conmemorar este suceso una de las razones que impulsaron a Mesa a levantar la famosa piedra que lleva el nombre de Estela de Mesa o Piedra de Moab. (Véase MESA [Estela de]).
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
En el N. T. el vocablo significa, en primer lugar, la mesa para comer (Mt 15,27; Mc 7,28; Lc 16,21; 22,21.30); designa también la mesa del altar, del culto (1 Cor 10,21); designa asimismo la mesa de los cambistas (Mt 21,12; Mc 11,15; Jn 2,15) e incluso la misma banca o banco (Mt 25,27; Lc 19,23).
E. M. N.
FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001
Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret
1. Primogénito de †œCaleb hijo de Hezrón† de la tribu de Judá. Fue el padre, o fundador, de Zif. (1Cr 2:18, 42.)
2. Rey de Moab durante los reinados de Jehosafat de Judá y Acab, Ocozías y Jehoram de Israel. Los moabitas estaban sometidos al reino septentrional de Israel, por lo que pagaron al rey Acab un tributo de 100.000 corderos y 100.000 carneros sin esquilar, que al parecer pertenecían a una raza conocida por la calidad de su lana. Tras la muerte de Acab, Mesá se rebeló contra el rey Ocozías de Israel. Este murió tras un reinado breve, y le sucedió su hermano Jehoram, quien consiguió una alianza con Jehosafat de Judá y un rey de Edom, al que no se identifica, con el fin de volver a someter a Mesá. Su ejército tomó una ruta difícil al S. del mar Muerto, por lo que se quedó sin agua. Sin embargo, el profeta Eliseo les aseguró que si cavaban zanjas en el valle torrencial seco, Jehová las llenaría de agua. (2Re 1:1; 3:4-19.)
Así lo hicieron, y al amanecer, el reflejo del Sol sobre el agua hizo que los moabitas creyesen que era sangre, posiblemente debido a la arcilla roja de las zanjas recién cavadas. La ilusión óptica los engañó y llegaron a la conclusión de que los ejércitos de Israel, Judá y Edom se habían vuelto unos contra otros. No era tan irrazonable que pensasen esto, pues conocían los celos que existían entre Israel y Judá. Además, los edomitas no mantenían buenas relaciones con los judaítas, que en esta ocasión se habían aliado con Israel. (2Re 3:20-23; compárese con 2Cr 20:10, 11, 24, 25.)
Convencidos de que sus enemigos se habían dado muerte unos a otros, los moabitas gritaron: †œAsí es que ahora, ¡al despojo, oh Moab!†, y entraron en el campamento de Israel, solo para que se les pusiera en fuga. A continuación Israel desoló las ciudades moabitas, cegó sus manantiales y llenó de piedras sus porciones de tierra hasta que llegaron a la ciudad de Quir-haréset (Quir de Moab). (2Re 3:23-25.)
Cuando el rey Mesá se vio atrapado, tomó 700 hombres que desenvainaban espada e intentó un contraataque para abrirse paso hasta el rey de Edom (quizás pensó que allí apenas encontraría resistencia), pero no lo consiguió. †œPor fin él tomó a su hijo primogénito, que había de reinar en lugar de él, y lo ofreció como sacrificio quemado sobre el muro.† (2Re 3:26, 27.)
La mayoría de los comentaristas están de acuerdo en que Mesá ofreció a su propio hijo como sacrificio a su dios Kemós. Los pocos que disienten afirman que sacrificó a un hijo del rey de Edom que había capturado, y citan como base Amós 2:1, donde se dice que Moab †œquemó los huesos del rey de Edom para cal†. Aunque la gramática hebrea permite esta interpretación, esta última opinión parece contradecir los demás hechos conocidos. Por ejemplo, era algo sin precedente que los moabitas y los ammonitas, vecinos de Israel, ofrecieran a sus enemigos como sacrificios a sus dioses, pero en su religión sí era frecuente ofrecer a sus propios hijos en holocausto a fin de aplacar la ira de sus dioses. (Dt 12:30, 31; Miq 6:6, 7.) Por lo tanto, es comprensible que Mesá, adorador de Kemós, recurriera a medidas tan drásticas, pues se encaraba a una derrota inminente.
La Piedra Moabita. La Piedra Moabita se descubrió en Dhiban (Dibón) en 1868. Por lo general se atribuye a Mesá, y se cree que su contenido corresponde al tiempo que abarca el tercer capítulo de Segundo de los Reyes. En esta famosa inscripción, Mesá conmemora la liberación del sometimiento a Israel, que, según él, duró cuarenta años. Se hacen también diversos comentarios sobre los lugares que Mesá capturó (Medebá, Atarot, Nebo, Jáhaz). Se jactaba de ser muy religioso, de haber edificado ciudades y construido una carretera, así como de una supuesta victoria sobre Israel, y daba todo el crédito al dios Kemós. Mesá también había oído hablar de Jehová, el Dios de Israel, pues en la decimoctava línea de este documento se halla el Tetragrámaton. Allí Mesá alardea: †œY tomé de allí los [vasos] de Yahweh, arrastrándolos ante Kemos†. (GRABADO, vol. 1, pág. 946.) Sin embargo, como sería de esperar, omite su propia derrota y el sacrificio de su hijo. La publicación Biblical Archaeology Review (mayo/junio 1986, pág. 57) comenta: †œLas inscripciones de los monumentos y las paredes de los templos se hacían con fines propagandísticos y para glorificar al dios nacional y al gobernante del país. No sorprende, pues, que Mesá no haga mención alguna de la campaña militar de los reyes de Israel, Judá y Edom contra su país, de la que la Biblia ofrece un registro detallado†.
3. (Heb. Meh·schá´.) Hijo de Saharaim y de su esposa Hodes; fue un cabeza familiar de la tribu de Benjamín. (1Cr 8:1, 8-10.)
4. (Heb. Me·schá´.) Lugar que sirvió para delimitar la región que habitaron los descendientes de Joqtán. (Gé 10:29, 30.) La Septuaginta griega traduce su nombre por Mas·se. Por eso se cree que †œMesᆠes una variante de †œMasá†, el nombre de un ismaelita cuyos descendientes al parecer se asentaron en Arabia. (Gé 25:13, 14.)
Fuente: Diccionario de la Biblia
A. NOMBRE trapeza (travpeza, 5132), se usa de: (a) mesa de comedor (Mat 15:27; Mc 7.28; Luk 16:21; 22.21,30); (b) de la mesa de los panes de la proposición (Heb 9:2); (c) por metonimia, de lo que se provee sobre la mesa, usándose el término por aquello con lo que se asocia (Act 16:34; Rom 11:9; figuradamente, de los especiales privilegios concedidos a Israel y centrándose en Cristo; 1Co 10:21, dos veces: «la mesa del Señor», denotando todo lo que se provee para los creyentes en Cristo sobre la base de su muerte, y expresando así algo más inclusivo que la Cena del Señor; «la mesa de los demonios» denota todo aquello de lo que participan los idólatras como resultado de la influencia de los demonios en relación con sus sacrificios; (d) mesa de cambista de moneda (Mat 21:12; Mc 11.15; Joh 2:15); (e) un banco (Luk 19:23; cf. trapezites; véase BANQUERO); (f) por metonimia, de la distribución de dinero (Act 6:2). Véase CONVITE, B.¶ B. Verbos 1. anapipto (ajnapivptw, 377), lit.: caer atrás (ana, atrás; pipto, ca er). Se usa de reclinarse para comer, y se traduce «se sentó a la mesa» (Luk 1:37); «siéntate a la mesa» (17.7); «se sentó a la mesa» (22.14); «volvió a la mesa» (Joh 13:12); véanse RECOSTAR, SENTAR. 2. anakeimai (ajnavkeimai, 345), reclinarse a una mesa de comida. Se traduce «Estando El sentado a la mesa» (Mat 9:10; 26.7); v. 20: «se sentó a la mesa»; Mc 6.26: «los que estaban con El a la mesa»; 14.18: «cuando se sentaron a la mesa»; Luk 7:37 (TR: «que Jesús estaba a la mesa»); 22.27: «que se sienta a la mesa», dos veces; Joh 12:2 «que estaban sentados a la mesa»; Joh 13:28 «de los que estaban a la mesa»; véanse RECOSTAR(SE), SENTAR(SE). 3. katakeimai (katavkeimai, 2621), yacer (kata, abajo, y keimai, yacer). Se usa de reclinarse para comer; «estando †¦ a la mesa» (Mc 2.15); «sentado a la mesa» (14.3); «que estaban a la mesa» (Luk 5:29); «estaba a la mesa» (7.37); «sentado a la mesa» (1Co 8:10); véanse ACOSTAR, ESTAR A LA MESA, ESTAR EN CAMA, SENTAR(SE), YA CER. 4. sunanakeimai (sunanavkeimai, 4873), reclinarse a la mesa con o juntamente (sun, con, y Nº 2), sentarse ante la comida, o a la mesa con. Se usa en Mat 9:10 «se sentaron juntamente a la mesa con»; 14.9: «que estaban con El a la mesa»; Mc 2.15: «estaban †¦ a la mesa juntamente con»; 6.22: «que estaban con †¦ a la mesa»; v. 26, ídem (TR); Luk 7:49 «que estaban juntamente sentados a la mesa»; 14.10: «que se sientan contigo a la mesa»; v. 15: «que estaban sentados con El a la mesa»; Joh 12:2 «que estaban sentados a la mesa con» (TR). Véanse ESTAR A LA MESA, SENTAR(SE).¶ 5. kataklino (kataklivnw, 2625), se usa solamente en relación con comidas: (a) en la voz activa, hacer reclinar (p.ej., Luk 9:14 «hacedlos sentar»); (b) en la voz pasiva, se traduce «estando sentado †¦ a la mesa» (Luk 24:30). Véanse RECOSTAR, SENTAR.
Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento
1. Rey de Moab, que sucedió a su padre, el que, a su vez, había reinado durante treinta años y adoraba a *Quemos (Piedra moabita, 2–3). Se rebeló después de la muerte de Acab (2 R. 1.1; 3.5). Como falló una invasión a su territorio por parte de Judá, Israel y Edom, su secesión puede haberse producido ca. 853 a.C., cuando Acab e Israel luchaban contra los asirios. Los detalles de su reinado en la *piedra moabita hablan de la construcción de ciudades y de la regulación de la provisión de agua. Su rebelión puede haber sido un intento de obtener el control directo de su considerable comercio de lanas con Tiro (2 R. 3.4–5;
2. Primogénito de Caleb (1 Cr. 2.42).
3. Benjamita nacido en Moab, hijo de Saharaim y Hodes (1 Cr. 8.9).
D.J.W.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico
Lugar que se menciona como límite del territorio de los descendientes de Joctán (Gn. 10.30), siendo *Sefar el otro límite. Algunos estudiosos entienden que se trata de maśśā, en el N de Arabia (* Masa), pero la ubicación probable de Sefar en el S de Arabia sugiere un lugar similar para Mesa, aunque no se ha sugerido ningún lugar de esa denominación en dicha región.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico
La mesa como mueble (heb. šulḥān;
D.J.W.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico
(Griego Mosá; Piedra Moabita, ms‘; Hebreo, mys‘, significa «liberación» según Gesenio).
Rey de Moab en el siglo IX a.C., cuya historia aparece en 2 Reyes 3. Él le pagaba tributo a Ajab rey de Israel, “cien mil corderos y cien mil carneros con su lana” (v. 4). Esto parece que se pagaba anualmente, y era posible que Moab fuese rico en pastos; según Mesa se le llama nqd, el cual, aunque no traducido en el texto griego, significa (dueño de ovejas” (Gesenio). Después de la muerte de Ajab, Mesa se negó a continuar pagando tributo, debido a lo cual Joram, rey de Israel, Josafat, rey de Judá y el rey de Edom entraron en alianza contra él. Se fueron por la ruta del sur pasando a través de un país árido, donde hubiesen perecido de sed si el profeta Eliseo no les hubiese suplido agua milagrosamente. Las zanjas que cavaron por orden del profeta se llenaron, y al atardecer los moabitas “vieron enfrente las aguas rojas como la sangre” (v. 22). Pensando que sus enemigos se habían matado ente sí, se apresuraron al campo con gritos de “Moab al botín” (v. 23), sólo para ser repelidos con gran matanza, y los aliados los persiguieron. Mesa trató con setecientos hombres de abrirse paso a través de los sitiadores, pero fracasó, entonces tomó a su hijo mayor, y a la vista de todos, lo sacrificó sobre la muralla de la ciudad. “Hubo gran indignación en Israel”, de modo que por razones no detalladas “se alejaron de allí”.
La Piedra Moabita, quizás el más grande descubrimiento bíblico de los tiempos modernos, arroja alguna luz sobre el período en cuestión. A través del conocimiento y carácter emprendedor de M. Clermont-Ganneau, se publicó la inscripción de la piedra, y la piedra misma es uno de los tesoros del Museo del Louvre en París. El monumento, descubierto en 1868 en Khîbán (Dibon) en la tierra de Moab, es de basalto, cerca de tres pies y ocho pulgadas de alto por dos pies y tres pulgadas de ancho y catorce pulgadas de espesor. Se asemeja a una lápida mortuoria y está inscrita con treinta y cuatro líneas de escritura, en las cuales Mesa nos da los principales eventos de su reinado. Tan pronto vieron que los europeos se interesaron en ella, los árabes desafortunadamente la rompieron, pero ya se habían obtenido facsímiles, de modo que la inscripción está casi intacta. Se reunieron los fragmentos y se rellenó con yeso las partes faltantes.
Un escritor en el “Diccionario de la Biblia” de Smith (s.v. Moab), que no conocía nada sobre la Piedra Moabita, dice “Desde el origen de la nación y otras consideraciones, podemos conjeturar que su lenguaje era más un dialecto del hebreo que una lengua diferente”. La Piedra Moabita le da certeza a esta conjetura. “Las alusiones históricas y nombres geográficos que se hallan en esta inscripción de Mesa cuadran tan bien con el Antiguo Testamento, que podrían surgir sospechas en cuanto a la autenticidad de la piedra”. (Jour. Of the Am. Or. Soc., XXII, 61). Las sospechas ya habían surgido, pero los eruditos casi unánimemente las pusieron a un lado como infundadas. Por la evidencia suministrada por la piedra, podemos concluir que Josafat, rey de Judá, y Mesa, rey de Moab, pudieron haber conversado, cada uno en su lenguaje y se entendieron entre sí. El antiguo carácter fenicio (hallado también en la inscripción de Siloé), las palabras, las formas gramaticales y peculiaridades de sintaxis en los dos lenguajes son casi idénticos. Por supuesto, no se puede estimar la diferencia en pronunciación, puesto que las vocales no se escribían.
Mientras que la piedra parece variar algo de la Escritura, aun así las dos concuerdan substancialmente: Mesa dice “Omri (Amri) rey de Israel oprimió a Moab”, menciona su propia revuelta y añade “Chemosh (Chamos) me liberó de todos los reyes”. También describe su obra de fortificar a Moab, y como esto hizo al norte muy fuerte, vemos por qué los aliados tomaron la ruta al sur del Mar Muerto para atacarlo. La Biblia da pistas sobre algún desastre a los invasores, quienes se retiraron súbitamente estando ya a punto de tomar la ciudad, mientras que Mesa, como todos los monarcas orientales en sus registros, puede haber enaltecido sus victorias, y omitido o minimizado sus derrotas. Sin embargo, las discrepancias son solo aparentes, y las dificultades cronológicas podrían ser explicadas con un mejor conocimiento de la historia de esa época.
Bibliografía: CLERMONT-GANNEAU, La Stèle de Mésa, Roi de Moab (1870): primera noticia pública sobre la piedra; GINSBURG, La Piedra Moabita (2da ed., Londres, 1871); BENNETT en HASTINGS, Dicc. de la Biblia, s.v. Moab, da la inscripción, rasgos lingüísticos, varias versiones, etc.; GEIKIE, Horas con la biblia: cap. IV, Rehoboam a Hezekiah; VIGOUROUX, La Bible et les Découvertes Modernes, 3ra ed., IV, Book II, ch. IV; SAYCE, El Alto Criticismo y del Veredicto de los Monumentos (1894); HOMMEL, La Tradición Hebrea Antigua (tr. 1897), 273 ss.; 361 ss.; DRIVER en Encic. Bib., s.v. Mesa, da historia de la inscripción, texto, referencias, etc.; JOSEFO, Ant., IX, III.
Fuente: Tierney, John. «Mesa.» The Catholic Encyclopedia. Vol. 10. New York: Robert Appleton Company, 1911.
http://www.newadvent.org/cathen/10210a.htm
Traducido por Luz María Hernández Medina
Fuente: Enciclopedia Católica