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Muñecos que se mueven hábilmente con hilos y mediante la habilidad de los dedos y de las manos del que lo lleva y en ocasiones con otros efectos e apoyo. Se produce un efecto interesante de vida y de realismo, que convierte este teatro simulado con figuras una forma interesante de comunicación en la que se combina la habilidad y la fantasía, el mensaje con el lenguaje. Es actividad representativa y entretenida, capaz de interesar a niños y a mayores, sobretodo si se sabe diseñar acciones con contenido de valor.
Se presta a múltiples representaciones también religiosas (dramatizaciones, diálogos, juegos) y a organizar una catequesis bonita y novedosa, haciendo decir a las figuras lo que el educador quiere transmitir por su medio.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa