Las cortinas (BA) del tabernáculo y de su atrio que preservaban la privacidad y la santidad de lo que estaba dentro. Algunas eran más o menos permanentes, pero otras podían ser removidas para permitir el paso a la persona. Del primer tipo eran las mamparas de lino torcido alrededor del atrio (Exo 27:9-19) y las cortinas (tapices en la RVA) del mismo tabernáculo (Exo 26:1-14). Del segundo tipo eran las que protegían el atrio (Exo 27:14-16), la cortina que servía de puerta al tabernáculo (Exo 26:36), y el velo que no permitía que nadie, excepto el sumo sacerdote, viera el interior del lugar santísimo (Exo 26:31-35). Este fue el velo que Dios rompió de arriba abajo cuando Jesús murió (Mat 27:51; Heb 9:8; Heb 10:19-20).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano