nombre de varón y de un sitio en el A. T. 1. Amorreo, junto con sus hermanos Escol y Aner, fue aliado de Abraham, Gn 14, 13-24. 2. Sitio cerca de Hebrón, donde Abraham se estableció, tras separarse de su hermano Lot, Gn 13, 18; aquí se le apareció Dios y le anunció que su mujer Sara, ya anciana como Abraham, tendría un hijo, Gn 18, 1-10.
Frente a M. estaba la cueva de ® Makpelá tumba de los patriarcas.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
(-> acoger, Abrahán, comida). Encinar sagrado, de la zona de Hebrón, vinculado a la memoria de Abrahán (Gn 13,18; 14,13) y de Isaac (Gn 25,26). Famoso por una teofanía que ha tenido mucha importancia en la teología posterior de judíos y cristianos: «Yahvé se apareció a Abrahán en la encina de Mambré, mientras estaba sentado a la puerta de su tienda en lo más caluroso del día. Levantó los ojos y vio tres hombres parados a su vera. Al verlos venir, acudió desde la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor mío, si he hallado gracia ante ti, no pases de largo ante tu servidor. Que traigan un poco de agua y lavaos los pies y recostaos bajo este árbol, que yo iré a traer un bocado de pan, y repondréis fuerzas. Luego seguiréis, que para eso habéis acertado a pasar ante vuestro servidor. Ellos dijeron: Hazlo como has dicho. Abrahán se dirigió presuroso a la tienda, a donde Sara, y le dijo: Prepara tres medidas de flor de harina, amasa y haz tortas. Abrahán, por su parte, corrió a la vacada y apartó un novillo tierno y hermoso… Luego tomó cuajada y leche, junto con el novillo que había aderezado, y se los presentó… Así que hubieron comido…» (Gn 18,1-8). Es un texto enigmático, que la tradición cristiana ha vinculado al misterio trinitario (dios es uno y tres) y a la eucaristía (comida), como muestra un famoso icono de A. Rublev.
(1) Hospitalidad. Abrahán recibe amistosamente a los huéspedes (que aparecen después como divinos), ofreciéndoles un banquete, comida de Dios, que puede compararse con otros banquetes del mismo contexto patriarcal (cf. Gn 26,30-31: pacto de Isaac con Abimélec). Pero Abrahán no se sienta y come con los caminantes, sino que les ofrece la comida y les sirve mientras comen. La ofrenda básica es el novillo, pero hay también pan de flor de harina (¿de sémola, de trigo?) y leche. Junto al pan suele incluirse el vino, que aquí falta, pero en su lugar está la leche, que es la bebida que ofrecen los nómadas (cf. Je 4,19; 5,25) y que puede tener valor sacrificial (cf. en Ex 21,19: prohibición de cocer el cabrito en la leche de su madre). Abrahán, trashumante de estepa, ofrece a los seres sagrados los dones de su rebaño (carne, leche), con el pan de la tierra donde peregrina. Quizá cultiva algunos campos de forma esporádica, como hará Isaac, que sembró en aquella tierra y cosechó el ciento por uno (cf. Gn 26,12). Probablemente compra el grano a los agricultores sedentarios, con quienes convive en simbiosis laboral y alimenticia (como destaca la historia de Isaac: Gn 26). Pero Abrahán y sus hijos no son aún agricultores israelitas, herederos de la tierra prometida, sino pastores que caminan por ella en deseo y esperanza. La tradición bíblica les recuerda como iniciadores de una historia creyente.
(2) Comida sagrada. Esa comida de Mambré tiene un carácter sagrado. El lugar está vinculado a una antigua tradición que habla de dioses que visitan a los hombres, que comparten con ellos la comida, que residen por un tiempo en su casa. En el fondo del relato aparecían quizá tres dioses, adorados posiblemente en el entorno de Edom o de Moab. Pero el texto bíblico ha cambiado el sentido de esos dioses, que ahora se muestran como manifestaciones del Dios único o, quizá, como tres ángeles o espíritus visibles que expresan el misterio de Yahvé invisible. En ese sentido, el texto supone que Abrahán acoge a tres «ángeles» pero habla con el único Dios que ellos expresan y representan. Así se destacan los dos rasgos del misterio divino, (a) Por un lado, Dios camina entre los hombres, se hospeda en su casa, recibe la comida que le ofrecen y puede presentar tres rostros divinos o angélicos, que la tradición cristiana ha interpretado desde antiguo como referencia trinitaria, (b) Por otro lado, Dios se encuentra siempre más allá, de manera que nadie puede encerrarle en su mente ni en su casa. Este Dios de Mambré, que es uno y múltiple, está vinculado al hospedaje: allí donde Abrahán acoge a los que pasan por la estepa, ante el borde de su tienda, recibe y acoge al mismo Dios. Este es un Dios que está vinculado al pan y a la palabra, es decir, a la conversación y a la comida compartida. En el fondo del relato hay una experiencia universal de hospitalidad: acoger y alimentar al peregrino es alimentar al mismo Dios, como sabe Mt 25,31-46. Dios no come, pero se revela allí donde se da de comer a los humanos. Así lo sigue afirmando la eucaristía: Dios aparece vinculado a la comunidad alimenticia; ellos, los tres seres divinos, comen juntos; se sientan en conversación y comparten la comida; son signo de Dios.
Cf. J. Moingt, LOS tres que visitaron a Abrahatn: conversaciones con Marc Leboucher sobre la Trinidad, Mensajero, Bilbao 2000.
PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007
Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra