MACEDONIO / MACEDONIAN0S

Macedonio fue obispo de Constantinopla del 342 al 360. Las noticias sobre su vida y su doctrina son inciertas. Durante mucho tiempo diácono de Constantinopla, era presbí­tero por el 332335, bajo el obispo ortodoxo Pablo, a quien acusó en varias ocasiones. Desterrado Pablo por el emperador Constancio y sustituido por Eusebio de Nicomedia, al morir éste, fue elegido Macedonio como obispo de Constantinopla por el partido arriano. Se preocupó de poner en las sedes episcopales vacantes a personas de sus ideas, entre ellos a Maratonio en la sede de Nicomedia y a Eleusio en la de Cí­zico. Cayó luego en desgracia ante el emperador Constancio, probablemente por la polí­tica eclesiástica general que promovió. Macedonio fue depuesto por los acacianos en un concilio celebrado en Constantinopla en el 360. Lo encontramos en el 362 actuando contra los arrianos. Macedonio fue considerado como uno de los iniciadores de la cuestión sobre el Espí­ritu Santo, ya que junto con otros homoousianos se habrí­a negado a reconocer su carácter divino. Probablemente murió poco después, A partir del 380 empieza a ser común entre los autores ortodoxos la expresión » macedonianos «, que hasta aquel momento se daba generalmente a los pneumatómacos, es decir a los que negaban la divinidad del Espí­ritu Santo (Atanasio, Serap. 1, 32; Epifanio, Panar 74, 1). Así­ Jerónimo en su Chronicon. (desde el 380 al 342 d.C.) indicaba: «Macedonio, bordador de oficio, fue hecho obispo por los arrianos en lugar de Pablo. De él se deriva la actual herejí­a macedoniana» Dí­dimo el Ciego en su De Trinitate habla a menudo de los «macedonianos» y afirma que su heresiarca es Macedonio, ordenado obispo por los aITianos. El canon 1 del concilio de Constantinopla del año 381 condena a los pneumatómacos, pero ignora a los macedonianos. El Código teodosiano del 383 mencionaba entre los herejes a los «macedonianos» (Cod. Theod. XVI, 5, 11).

En Constantinopla floreció el pneumatomaquismo precisamente entre los homoousianos que habí­an pertenecido al grupo de Macedonio y que, según nos dice el historiador Sozomeno (Hist. Ecles. 1V, .27. VIII, 1), a pesar de formar un partido distinto, no lograron tener, por la oposición de los arrianos, un obispo oficialmente reconocido ni iglesias propias.

En un primer momento, con el nombre de » macedonianos » se indicó a un grupo de homoousianos de regiones cercanas a Constantinopla. La denominación de » macedonianos» que se dio a los pneumatómacos no tuvo, por consiguiente, hasta entonces, al parecer, la intención de hacer de Macedonio el heresiarca propiamente dicho del pneumatomaquismo. Los macedonianos se presentaron, debidamente invitados, en el concilio de Constantinopla, del año 381, guiados por Eleusio de Cí­zico y Marciano de Lampsaco; pero se negaron a firmar el credo de Nicea y por eso tuvieron que abandonar enseguida los trabajos del concilio. Entre ellos estaban los que se negaban a reconocer la identidad de substancia del Hijo con el Padre, aceptando solamente una semejanza perfecta. Por lo que se refiere al Espí­ritu Santo, parece ser que algunos de ellos lo definí­an como criatura, mientras que otros lo reconocí­an como divino, pero no como propio y verdadero Dios.

A. Tomkiel

Bibl.: M. Simonetti. Macedonio/Macedonianos, en DPAC, 11, 1334-1335; L. Ortiz de Urbina. El Espí­ritu Santo en la teologí­a del siglo 1V desde Nicea a Contantinopla, en AA, VV , El concilio de Constantinopla 1 y el Espí­ritu Santo, XVII Semana de Estudios Trinitarios, Secr. Trinitario, Salamanca 1983, 75-911 L. Perrone, El concilio de Constantinopla (381), en G. Alberigo (ed.), Historia de los concilios ecuménicos, Sí­gueme, Salamanca 1993, 55-66.

PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995

Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico