v. Lámpara, Luz
Gen 1:15 por l .. para alumbrar sobre la tierra
Psa 119:105 lámpara es a mis .. y l a mi camino
Rev 21:23 de Dios la ilumina, y el Cordero es su l
Fuente de luz; lámpara; cuerpo celeste del que la Tierra recibe luz.
El relato de Génesis informa que durante el cuarto †œdía† creativo, Dios hizo que †œ[llegase] a haber lumbreras en la expansión de los cielos†. (Gé 1:14, 19.) Esto no quiere decir que la luz (heb. ´ohr) misma se originase entonces, puesto que ya existía previamente. (Gé 1:3.) Tampoco significa que el Sol, la Luna y las estrellas se creasen en aquel momento. El versículo inicial de la Biblia dice: †œEn el principio Dios creó los cielos y la tierra†. (Gé 1:1.) Por lo tanto, los cielos —con sus cuerpos celestes, entre ellos el Sol— existían con una anterioridad indefinida a todo lo sucedido durante los seis períodos creativos descritos en los siguientes versículos del primer capítulo de Génesis.
Ha de tenerse en cuenta que mientras que Génesis 1:1 registra que Dios †œcreó† (heb. ba·rá´) los cielos y la tierra en el principio, los versículos 16 y 17 señalan que durante el cuarto †œdía† creativo, †œDios procedió a hacer [heb. una forma de `a·sáh] las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominar el día y la lumbrera menor para dominar la noche, y también las estrellas. Así las puso Dios en la expansión de los cielos para brillar sobre la tierra†. La palabra hebrea `a·sáh, frecuentemente traducida †œhacer†, puede significar establecer (2Sa 7:11), designar (Dt 15:1), formar (Jer 18:4) o preparar (Gé 21:8).
Por lo tanto, estos versículos explican la nueva relación del Sol, la Luna y las estrellas, ya existentes, con el planeta Tierra. Durante el primer †œdía†, la luz (heb. ´ohr) empezó a penetrar, probablemente de modo gradual, a través de las capas de nubes que aún envolvían la Tierra, y llegó a ser visible a un observador terrestre, si hubiera estado presente. (Gé 1:3.) Pero el cuarto †œdía† se produjeron ciertos cambios. Cuando se dice que en aquel día †œlas puso Dios en la expansión de los cielos†, debe entenderse que Dios hizo que las fuentes de luz (heb. ma·´óhr), como el Sol, la Luna y las estrellas, llegaran a ser perceptibles en la expansión con el propósito de †œhacer una división entre el día y la noche† y †œservir de señales y para estaciones y para días y años†. Además de dar prueba de la existencia de Dios y su majestuosidad, los movimientos aparentes de estas lumbreras permiten que el hombre señale con exactitud las estaciones, los días y los años. (Gé 1:14-18; Sl 74:16; 148:3.)
La misma palabra hebrea (ma·´óhr) se usa para designar los utensilios que alumbraban el tabernáculo, los cuales contenían aceite como combustible. (Ex 25:6; 27:20; 35:8, 14, 28; Le 24:2; Nú 4:9.) Este término también se usa de manera figurada en Proverbios 15:30, en la expresión †œel brillo de los ojos†. A Egipto se le advirtió de manera profética que se le retiraría toda la luz debido a que Jehová oscurecería y cubriría de nubes todas las †œlumbreras [de una forma de ma·´óhr] de luz [´ohr] de los cielos†. (Eze 32:2, 7, 8.)
Fuente: Diccionario de la Biblia
lucnos (luvcno», 3088), véase LíMPARA, Nº 2.
Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento