Cada cinco años, los obispos católicos de todo el mundo están llamados a visitar la tumba del apóstol Pablo (limina apostolorum) como gesto de comunión y servicio a la unidad en la verdad. Además de rezar y renovar el credo de la fe, comparten con el Papa y la Curia romana sus desvelos, se intercambian mutuamente preocupaciones y reciben respaldo a su ministerio. Normalmente esta «visita ad limina» no la hace cada obispo en solitario, sino en conjunto con los obispos que componen la provincia eclesiástica.
Raúl Berzosa Martínez
Vicente Mª Pedrosa – Jesús Sastre – Raúl Berzosa (Directores), Diccionario de Pastoral y Evangelización, Diccionarios «MC», Editorial Monte Carmelo, Burgos, 2001
Fuente: Diccionario de Pastoral y Evangelización