LIBRO DE LA VIDA, EL

(heb. sēfer ḥayyı̂m; gr. biblos o biblion zōēs, ‘el rollo de los vivientes’).

1. Se usa en relación con la vida natural, Sal. 69.28. donde “sean raídos del libro de los vivientes” significa “que se mueran”. Cf. Ex. 32.32s, donde Moisés ora pidiendo ser borrado del libro de Dios si Israel ha de ser destruida; Sal. 139.16 (“en tu libro … mis días fueron delineados”, °vm ); Dn. 12.1, donde todos los justos que “se hallen escritos en el libro” sobrevivirán a la tribulación escatológica.

2. En el judaísmo posterior y en el NT se usa en relación con la vida futura. Así, Is. 43, donde “todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes” se refiere a la vida natural, se reinterpreta en el Tárgum como referencia a la “vida eterna”. Así también en el NT el libro de la vida es el registro de los creyentes, p. ej. Fil. 4.3; Ap. 3.5; 22.19, etc. En el juicio fínal todo el que no esté inscrito en el libro de la vida es enviado al lago de fuego (Ap. 20.12, 15); este es el libro de la vida del Cordero inmolado (Ap. 13.8; 21.27), en el que los nombres de los elegidos están escritos “desde la fundación del mundo” (17.8). La misma idea está expresada en Lc. 10.20, “vuestros nombres están escritos en los cielos”; Hch. 13.48, “y creyeron todos los que estaban ordenados (e. d. anotados) para vida eterna”.

F.F.B.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico