Laquis (heb. Lâkîsh, tal vez «impregnable» o «herido»; aparece en antiguos trozos de tiesto escritos en heb. de Laquis como Lksh; Cartas de Amarna, Lakisha y Lakisi; asir. Lakisu). Antigua ciudad fortificada de los cananeos en la Sefela. Se la menciona por 1ª vez en los textos cuneiformes prepatriarcales de Ebla. Cayó bajo el control egipcio, quizá durante el tiempo de Tutmosis III, pero se rebeló en el período de Amarna, como lo muestran las Cartas de Amarna.* Cuando los israelitas invadieron el país, el rey de Laquis se unió a una coalición bajo el liderazgo del rey de Jerusalén, quien chocó con las fuerzas de Josué. En la batalla murió el rey de Laquis y su ciudad fue tomada (Jos 10:3-35; 12:11), pero no fue destruida ni ocupada entonces. Más tarde fue posesión de Judá, y el rey Roboam consolidó sus fortificaciones (2Ch 11:9). El rey Amasías buscó refugio en Laquis ante una conspiración, pero allí fue asesinado (2Ki 14:19; 2Ch 25:27). Fue sitiada por Senaquerib de Asiria en el reinado de Ezequias, y escenas del asedio, ataque y captura están representadas vívidamente en relieves de piedra que se encontraron en su palacio, en Nínive (hoy en el Museo Británico; figs 308, 457). Desde Laquis, Senaquerib envió una delegación a Jerusalén para exigir la rendición de la capital. Aunque Ezequías le pagó un elevado 699 tributo, nunca le entregó la ciudad de Jerusalén (2Ki 18:14-17; 19:8; 2Ch 32:9; Is 36:2; 37:8). Cuando el profeta Miqueas acusó a Laquis de haber sido «principio de pecado» para Sion y que en ella «se hallaron las rebeliones de Israel» (Mic 1:13), se pudo haber referido al culto pagano que se rendía en el santuario hebreo excavado por Y. Aharoni en 1966 y 1968, en el que se encontraron un altar con cuernos, muchas vasijas para las ceremonias, un pilar de piedra (matstsêbâh), un montón de cenizas y los restos semicarbonizados de un tronco de árbol, que parecería proceder de una Asera quemada. 306. Laquis, de acuerdo con la concepción de un artista, basaba en evidencias arqueológicas. Durante los años finales de la historia de Judá, Nabucodonosor sitió Laquis. que resistió después que una buena parte del país había sido devastada por los ejércitos caldeos (Jer 34:7). Las excavaciones muestran que finalmente la destruyó en el 587 ó 586 a.C. Fue habitada nuevamente por los judíos después del exilio (Neh 11:30), aunque nunca recuperó su anterior importancia. El sitio de la ciudad se identificó 1º con Tell el-Hesi, a unos 24 km al este noreste de Gaza, donde en 1890 se comenzaron a aplicar los modernos métodos científicos de excavación iniciados por W. M. Flinders Petrie (durante sus exploraciones): la ciencia de la cronología cerámica palestina; es decir, un método mediante el cual las edades relativas de las ruinas se pueden determinar por el estilo de recipientes de cerámica que se encuentran en ellas. Más tarde, se reconoció que Tell el-Hesi no podía ser Laquis, y W. F. Albright la identificó con Tell ed-Duweir (fig 307), a unos 12 km al noreste del lugar anterior. Esta identificación quedó virtualmente demostrada en 1935 por el descubrimiento de documentos escritos, llamados las Cartas de Laquis,* en las ruinas del lugar. Mencionan Laquis aparentemente como el lugar al cual fueron dirigidas las cartas. Mapa VI, E-2. 307. Vista general del Tell ed-Duweir, el sitio de la Laquis antigua. Las excavaciones en Tell ed-Duweir fueron llevadas a cabo desde 1933 hasta 1938 por la Expedición de Investigación Arqueológica Wellcome-Marston al Cercano Oriente, bajo la dirección de J. L. Starkey, que encontró una muerte lamentable a manos de asesinos en enero de 1938. Después de completarse la temporada de excavaciones bajo O. Tufnell, el trabajo arqueológico en Laquis fue suspendido por unos 30 años. Las excavaciones demostraron que el sitio había sido habitado en lo que se llama la Edad Temprana del Bronce, mucho antes del tiempo de Abrahán. Durante la Edad Media del Bronce (comienzos del 2º milenio a.C.) se levantó un muro doble, al que, según los excavadores, posiblemente los hicsos le añadieron una fosa profunda. Después de la expulsión de los hicsos, la ciudad cayó bajo el dominio egipcio. De ese tiempo data un templo de cuyas ruinas se extrajeron muchos objetos de culto. Durante el período israelita, representado por los Niveles IV-III, la ciudad fue rodeada por un nuevo muro doble, construido probablemente por Roboam (fig 306). La ciudad del Nivel III fue destruida por Senaquerib de Asiria. De ese tiempo procede una tumba (Nº 120) que contenía los restos de 1.500 cuerpos humanos reducidos a una enorme masa de huesos acumulados. El excavador sugiere que este depósito representa la limpieza de la ciudad después de su captura por Senaquerib, y dicha explicación resulta plausible. Después de la destrucción de la ciudad por los asirios, fue reconstruida (Nivel II), y otra vez convertida en ruinas, esta vez por Nabucodonosor. El Nivel I, que data del período persa postexílico, reveló una mansión de un alto oficial, y aparentemente un edificio cúltico dedicado a la adoración de Ahura-Mazda, indicación que sugiere que la ciudad habría tenido una guarnición persa. Entre los objetos descubiertos durante las excavaciones hay muchos que contienen inscripciones; son los más valiosos. Se los puede clasificar en 2 categorías: 1. Objetos con palabras o textos del período más temprano de la historia de la escritura alfabética. 2. Objetos inscriptos del período clásico del antiguo hebreo. La 1ª clase está representada por 700 una daga, una fuente y un jarro, con escritura proto-semítica (o sinaítica). Esta, en su forma semipictográfica o jeroglífica, fue la antepasada de la escritura fenicia (conocida por la Piedra Moabita*) y otras inscripciones preexílicas. Estos objetos han sido datados por su contexto arqueológico como procedentes de los ss XVI al XIII a.C., lo que nos da una idea de cómo era la escritura alfabética en el tiempo de Moisés y en el período de los jueces. La 2ª clase de objetos escritos está representada por las Cartas de Laquis (fig. 309). Entre los materiales inscriptos existe la impresión de un sello: «Gedalías, que está sobre la casa» (fig 236); parece que este Gedalías fue el Gobernador de Judá después de la destrucción de Jerusalén (2Ki 25:22-25). Otro hallazgo interesante, una inscripción en piedra en la escalera de una mansión persa con las 5 primeras letras del alfabeto hebreo, indica que este orden era el mismo en el s V a.C. que ahora. Estas conclusiones han sido confirmadas por el descubrimiento posterior en Ras Shamra de un alfabeto ugarítico completo del s XIV a.C., y por un trozo de tiesto encontrado en ‘I5bet Tsartah, probablemente el sitio de la antigua Eben-ezer,* sobre el que estaba escrito (c, 1200 a.C.) el alfabeto hebreo desde la ‘=lef hasta la Tâw. En 1966 el trabajo arqueológico de campo en Laquis fue reanudado por Y. Aharoni, de la Universidad de Tel Aviv, quien en 2 temporadas (1966 y 1968) excavó un templo israelita ya mencionado. Es muchos objetos encontrados en la estructura del s VII a.C., que estaba encima del templo israelita, había un trozo de cerámica con 10 líneas de escritura y una jarrita que contenía 17 trocitos de arcilla que tenían impresiones de sellos. Representaba una antigua colección de bulas (sellos) tomadas de documentos de papiro, a los que habían estado unidos originalmente como sellado legal. Los nombres incluidos son típicamente judíos de la época del fin del reino de Judá, como Jeremías, Eliasib, Joram, Joel y Nahum. En 1973 David Ussishkin, de la Universidad de Tel Aviv, comenzó un programa de excavaciones anuales de largo alcance que ya han aclarado varios puntos controvertidos que la inoportuna muerte de Starkey habían dejado sin resolver. Por ejemplo, ahora se sabe que la destrucción de la ciudad del Nivel III fue realizada por las fuerzas de Senaquerib. Véase Escritura. Bib.: Publicaciones oficiales: O. Tufnell et al., Lachish II. The Fosse Temple [Laquis II. El foso del templo] (Londres, 1940); O. Tufnell et al., Lachish III. The Iron Age [Laquis III. La Edad de Hierro] (Londres, 1953); O. Tufnell et al., Lachish IV. The Bronze Age [Laquis IV. La Edad de Bronce] (Londres, 1958). Un informe breve y no técnico aparece en BA 18 (1955):9-17. Para informes posteriores véanse: Y. Aharoni et al., Lachish V. The Sanctuary and the Residency [Laquis V. El santuario y la residencia] (Tel Aviv, 1975); D. Ussishkin, Tel Aviv 4 (1977): 28-60; Tufnell, Aharoni y Ussishkin, EAEHL III:735-753. 308. Relieve que describe el sitio de Laquis por el ejército de Senaquerib. Laquis, Cartas de. Comprenden 21 piezas de cerámica rota sobre las que aparecen comunicaciones escritas con tinta, descubiertas durante las excavaciones de Laquis* por la expedición Wellcome-Marston al Cercano 701 Oriente. De ellas, 18 fueron encontradas en 1935 en una de las salas contiguas a la puerta de la ciudad, y 3 más aparecieron en 1938. Como en buena medida la tinta perdió su color, no se han resuelto todos los problemas de desciframiento. Parece que fueron escritas por un oficial del ejército estacionado a cierta distancia de Laquis, y dirigidas a su superior, aparentemente el comandante de fortaleza de Laquis. Su contenido y las evidencias arqueológicas aseguran que datan de los últimos días de Laquis, poco antes que la ciudad cayera ante Nabucodonosor, que la destruyó en una conflagración tan terrible que los muros de arcilla se cocieron al rojo vivo. Las Cartas de Laquis* están redactadas en la escritura del s VI a.C. y en el Lenguaje de Jeremías, que se considera hebreo clasico. Es atormentador encontrar referencias a un profeta en las cartas sin poder saber si se trata de Jeremías, Urías o alguno de los otros profetas bíblicos de Judá. Hay pasajes que muestran grandes semejanzas con el lenguaje de la Biblia. Por ejemplo, la Carta VI dice: «He aquí las palabras de los pr[íncipes] no son buenas, (sino) para debilitar nuestras manos [y para aflo]jar las manos de los hom[bres] que están informados acerca de ellas». Estas palabras se pueden comparar con la acusación dirigida contra Jeremías (Jer 38:4). La Carta IV afirma: «Y sepa (mi señor) que estamos observando para ver señales de Laquis, de acuerdo con todas las indicaciones que el señor ha dado, porque no podemos ver Azeca». Esto se refiere al tiempo del que habló Jeremías, cuando sólo 2 ciudades fuera de Jerusalén resistían todavía a Nabucodonosor, precisamente Azeca y Laquis (34:7). La Carta IV parece haber sido escrita después que Azeca hubo caído y ya no había señales desde ella, pero cuando Laquis todavía resistía. Las cartas muestran que el escritor era un siervo fiel de Yahweh, ya que cada una de ellas comienza con una apelación a él como la que sigue (de la Carta II): «A mi señor Yaosh: ¡Que Yahweh haga que mi señor escuche noticias de paz este mismo día, este mismo día! ¿Quién es tu siervo (sino) un perro para que mi señor se acuerde de su siervo? Que Yahweh aflija a los que in[forman] un (falso) rumor acerca del que no estás informado!» (Todas las citas han sido tomadas de ANET 322.) Las cartas contienen 22 nombres personales, de los cuales 14 están definidamente conectados con el nombre Yahweh y uno con El (Dios), pero ninguno con una deidad pagana. Los buenos resultados de la reforma de Josías pueden estar reflejados en estos nombres. Bib.: H. Torczyner y otros, Lachish I, The Lachish Letters [Laquis I. Las Cartas de Laquis] (Londres. 1938); W. F. Albright, BASOR 82 (Abril de 1941):18-24. 309. Carta IV de Laquis, de los tiempos de Jeremías. Arriba, anverso; abajo, reverso. Lasa. (heb. Lesha’ y Lâsha’, tal vez «grieta [abismo]»). Antiguo pueblo fronterizo de Canaán (Gen 10:19). El sitio es desconocido, pero se ubica comúnmente en el sudeste de Palestina. porque se mencionan las ciudades de Sodoma y Gomorra en relación con él. La identificación de Jerónimo con las fuentes calientes de Callirrhoë en el Wâd§ Zerq~ M~’în difícilmente puede ser correcta, ya que el valle está demasiado al norte.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
(heb., lakhish, quizá significa áspero). El nombre de una ciudad de la familia real de los cananeos y fortaleza en la frontera judea la cual ocupaba un valle estratégico a unos 42 km. al sudoeste de Jerusalén.
Su rey, Jafía, se unió a Adonisedec de Jerusalén en una alianza en contra de Josué en 1406 (Jos 10:3), aunque fue derrotado y ejecutado (Jos 10:23-26; Jos 12:11). En la redada subsiguiente del sudoeste al mando de Josué, Israel capturó Laquis, reforzada por Gezer, y aniquiló a todos sus habitantes, de acuerdo con la prohibición de Moisés (Deu 7:2; Jos 10:31-33). Las Escrituras sin embargo no contienen ningún relato de su destrucción (comparar Jos 11:13).
Laquis fue fortificada por Roboam poco después de la división del reino hebreo en 930 a. de J.C. (2Ch 11:9); y fue allí que el rey Amasías fue asesinado en 767 (2Ch 25:27). El profeta Miqueas condenó los carros de Laquis (Mic 1:13; comparar Deu 17:16; 1Ki 10:28-29).
Senaquerib asedió a Laquis con éxito en 701 (2Ch 32:9); Ezequías le envió un mensaje de sumisión allí (2Ki 18:14); y desde allá las tropas de Senaquerib marcharon para enfrentarse con Jerusalén (2Ki 18:17; 2Ki 19:8). Laquis y Azeca fueron las últimas ciudades en caer en manos de Nabucodonosor antes de Jerusalén (Jer 34:7). En los días de Nehemías fue restablecida y repoblada (Neh 11:30).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
I. Nombre y Referencias. Laquis, una de las ciudades más grandes de la antigua Judá, fue un sitio clave en el sistema de defensas judío en la Sefela en los siglos X a VI a. de J.C. El significado del nombre es desconocido, aunque se han ofrecido algunas explicaciones como †œaltura†, †œimpugnable† y †œcapturado†.
Hay una referencia a Rukisa en el papiro hierático No. 1116 A de la colección ermita, un documento contemporáneo con Thutmose III (1490–1436) y que se refiere al rey de Latisa ( ). La correspondencia de Amarna del faraón Akhenatón (1369–1353) se refiere 5 veces a la ciudad Lakisu o Lakivu (Winckler, T. A. Tablets, Nos. 217, 218, 180, 181). Es posible que las listas del Karnak se refieren a Laquis como Lagaza. Estas son las únicas referencias en materiales egipcios. Los registros asirios se refieren a la ciudad como Lakisi (véase Sch. COT, en 2 R. 18:14). La Biblia griega (LXX) llama a la ciudad Lacheis.
II. Identificación y Ubicación. La ciudad fue buscada primeramente en Umm Lakis y luego en Tell-el Hesi, ca. 53 kms. al suroeste de Jerusalén, por W. F. Petrie (1891) y F. J. Bliss (1894). Más tarde fue identificada con el imponente promontorio de Tell ed-Duweir (véase W. F. Albright, ZAW 6 (1929), pág. 3), a 48 kms. al suroeste de Jerusalén y a 24 kms. al oeste del Hebrón, por las siguientes razones:
1. Tell ed-Duweir es el sitio más prominente de la edad del bronce y del hierro en la región indicada por Eusebio como la villa contemporánea de Laquis, †œen el kilómetro once del Eleuterópolis†, es decir, ca. 8 kms. al sureste de Beit Jibrin, la antigua Eleuterópolis.
2. La excavación ha revelado semejanzas sorprendentes entre las ruinas de la edad del hierro en Tell ed-Duweir y las representaciones pictóricas de Laquis en Nínive.
3. Las fuentes literarias revelan semejanzas entre la historia de Tell ed-Duweir y Laquis.
El sitio yace en las faldas más bajas del terreno montañoso de Judea. Ha sido favorecido siempre por la presencia de aguas copiosas cerca de la superficie. La excavación fue iniciada por la Expedición Arqueológica Wellcome-Marston en 1933 bajo J. L. Starkey, hasta su asesinato por unos bandidos en 1938. Fue continuada por Charles H. Inge y Lankester Harding. La cima del tell tiene ca. 7 ha. comparada con las 5 ha. de Meguido, las 4 ha. de Ofel de Jerusalén y las 3 ha. de Debir (Tell Beit Mirsim).
III. Historia del Sitio.
A. Las Primeras Huellas. Las lomas alrededor dan evidencia de habitación humana ya para la primera parte de los tiempos paleolíticos (8000 a. de J.C. ), mientras que las habitaciones cavernarias estuvieron en uso en los tiempos calcolíticos (3000 a. de J.C. ), y la primera edad del bronce (3000–2000 a. de J.C. ).
La influencia egipcia en la edad del bronce intermedio (2000–1600 a. de J.C. ) es evidente desde la dinastía décimosegunda en adelante. Para el período de los hiksos (1720–1550 a. de J.C. ), Laquis era un sitio militar protegido por un foso (una zanja artificial) y un glacis revocado (una falda defensiva enfrente de una fortificación) que se levanta a una altura de más de 30 mts. sobre el valle y presumiblemente terminado con una muralla de ladrillo. De acuerdo con las cartas de Amarna (1375–1360), la ciudad bajo sus propios gobernantes fue favorable a la llegada de los habiru y de esta manera hizo que los elementos proegipcios apelaran a Egipto por ayuda.
B. La Ciudad de la Edad del Bronce Superior. Con la renovación del poder egipcio en Asia, las defensas de los hiksos cayeron en desuso. En la primera parte de la edad del bronce superior (1600–1200 a. de J.C. ), un pequeño templo fue construido sobre los escombros en la base de la fosa (†œel templo de la fosa†) y ensanchado dos veces, antes de ser finalmente destruido ca. 1200 a. de J.C. por los hebreos.
Originalmente construido ca. 1550 a. de J.C. , de piedras lisas colocadas con una mezcla de barro, el templo fue reemplazado por una estructura mayor en 1450 a. de J.C. Tenía paredes de piedra revocadas con cal, un piso de arcilla dura y un techo sostenido por columnas de madera. El cuarto del culto tenía un altar levantado en el que yacía la estatua o estatuas del culto. Largas bancas de barro, para poner las ofrendas, fueron colocadas a lo largo de las paredes norte, oriental y occidental. En 1350 a. de J.C. , fue añadido un cuarto al sur del templo. Alrededor del altar y en los fosos de basura conectados con el edificio se encontraron gran cantidad de huesos de aves, animales y pescado. Se encontraron huesos de ovejas, cabras, bueyes, gacelas, íbices, todos de animales jóvenes. Muchos eran de la pierna delantera derecha o del hombro, de acuerdo con Levítico 7:32.
Entre los hallazgos en el Laquis de la edad del bronce superior se encontró la hoja de una daga rota de bronce de ca. 1550 a. de J.C. , con cuatro señales, probablemente acrofónicas; un sello de pasta ostentando el nombre de Amenhotep II (1439–1406 a. de J.C. ); un escarabajo de la cacería de leones de Amenhotep III (1398–1361 a. de J.C. ), que conmemoraba su hazaña de matar 102 leones con su propia mano durante los primeros 10 años de su reino; y 5 piezas de cerámica con signos alfabéticos de tipo sinaítico de 1350–1200 a. de J.C. , que incluían el aguamanil de Duweir o Laquis y la taza de Laquis. El aguamanil estaba decorado alrededor de su cuello con líneas onduladas en pintura roja y llevaba una inscripción de 13 letras similares a las de Serabit el-Khadem (alrededor de 1500–1450 a. de J.C. ), las minas de turquesa labradas por el pueblo semita de cerca de Tanis y relacionadas con las primeras formas de las inscripciones fenicias del siglo X.
El descubrimiento más importante para fijar la fecha de la destrucción del Laquis de la edad del bronce superior fue la de una taza quebrada que había sido grabada, aparentemente por un cobrador de impuestos egipcio, un registro de cierta entrega de trigo de las cosechas locales. Había 3 fechas todas †œdel año cuarto† de cierto faraón. Los caracteres hieráticos de los siglos XIII o XII a. de J.C. , señalan al 1220 a. de J.C. , el 40 año del faraón Merneptah (1224–1214 a. de J.C. ) . Todos los 25 fragmentos de la taza fueron encontrados juntos. Indudablemente la taza fue rota cuando la ciudad cayó bajo el rey Jafía, aliado con las 4 ciudades amorreas (véase Jos. 10) cayó ante los israelitas en 1220 y fue destruida en la conflagración. Véase W. F. Albright, BASOR 68 (Dic. 1937), págs. 22–26.
Olga Tufnell fecha el nivel VIII 1567–1450 a. de J.C. , el nivel VII 1450–1350 a. de J.C. , y el nivel VI 1300–1225 a. de J.C. La gran mayoría de los arqueólogos identifican el nivel VI del tell con la ciudad de la edad del bronce superior. Los estratos V, IV y III aún no son claramente distinguibles. La señorita Tufnell identifica el nivel V con el Laquis fortificado de Roboam; data los niveles IV–II en 900–700 a. de J.C. , y el nivel II 700–586 a. de J.C. ; encuentra un período de abandono; y data el nivel I 450–150 a. de J.C.
Starkey y G. E. Wright datan los niveles IV–II de manera muy diferente. A causa de estos desacuerdos, se tratará meramente de indicar la naturaleza y la fecha de las varias ocupaciones del tell en lugar de asignarlas a algún nivel determinado.
C. La Ciudad Israelita. El promontorio fue virtualmente abandonado durante el período de los jueces, en los siglos X y XI a. de J.C. La presencia de un escarabajo sagrado de Ramesés III (1168–1137 a. de J.C. ) en la ciudad no está aún resuelto satisfactoriamente.
Probablemente el rey David dio vida a la ciudad nuevamente en la primera parte del siglo X a. de J.C. Un palacio para un oficial provincial de gobierno fue erigido sobre las ruinas de los antiguos edificios cananeos. Prácticamente no ha quedado nada de la superestructura, pero la plataforma sobre la cual fue construido puede aún verse, un podio lleno de tierra, alrededor de 1000 mts. 2 y 7 mts. de alto. Este recuerda a la ciudadela, el millo (¿†œrelleno† ) que David construyó en Jerusalén (2 S. 5:9). Adyacente a este palacio estaba un edificio de una gruesa pared de ladrillo con amplios salones paralelos y pisos altos para proteger el grano de la corrupción, probablemente un almacenaje gubernamental o un granero real. Restos similares de un palacio y del almacenaje han sido encontrados en Betsemes, a 24 kms. al norte de Laquis, también de la primera parte del siglo X. Estas †œciudades de almacenaje† ofrecen evidencia de alguna clase de administración provincial judía en el tiempo de David antes de la organización de Salomón de la parte norte del país (1 R. 4:7 y sigtes.)
Después del 922 a. de J.C. , Roboam fortificó a Laquis como uno de los 15 centros defensivos para proteger a Judá del ataque de los filisteos y egipcios (2 Cr. 11:5–12). La cima del promontorio a. 6 mts. de espesor con paneles salientes alternados y una serie regular de torres defensivas. Más de 15 mts. debajo de ésta, en la mitad de la falda del promontorio, estaba una pared exterior o revestimiento hecha de piedra y ladrillo, ca. 4 mts. de ancho, con paneles alternados en proyección y huecos y con torres ubicadas en lugares estratégicos. Las almenas fueron construidas de madera.
A lo largo del lado occidental del promontorio, había un camino que ascendía a la ciudad. La puerta estaba protegida por un gran bastión que permanecía por sí solo que en el tiempo de Nabucodonosor fue incorporado dentro de la línea de revestimiento exterior.
El podio del siglo X del palacio A del tiempo de David fue alargado de 32 a 78 mts. (= palacio B). Más tarde una franja de 3 mts. fue añadida hacia el lado oriental (= palacio C). Estas adiciones ocurrieron entre 900–750 a. de J.C. Grabadas sobre los escalones de piedra caliza en las escaleras que conducían hacia la plataforma de la ciudadela en el lado oriental del palacio C se encontraron las primeras cinco letras del alfabeto hebreo en el orden tradicional. Diringer y Albright las fechan ca. 800 a. de J.C.
Un gran número de asas de jarrones estampadas de los siglos VIII y VII con escritura similar a la de la inscripción de Siloé de ca. 700 a. de J.C. , han sido recuperadas en este nivel. Están estampadas con lmlk, †œpara el rey†, y seguido por el nombre de Hebrón Zif, Socoh, etc. véase Diringer, BA 12 (Dic. 1949).
El rey asirio Senaquerib (705–681 a. de J.C. ) atacó a Judá en el 701 a. de J.C. El sitió Laquis (2 R. 18:13–17; 2 Cr. 32:1–9; Is. 36:1 sigtes.) para cortarle a Jerusalén el apoyo de Egipto. De Laquis envió mensajeros a Ezequías demandando que se rindiera. El sitio de Laquis fue representado en las paredes del palacio de Senaquerib en Nínive. Descubierto por A. H. Layad en la campaña de 1849–51, ahora en el museo Británico, muestra a Senaquerib, rey de Asiria, sentado en su trono mientras el botín de Laquis pasa delante de él. Véase L. H. Grollenberg, Atlas of the Bible, New York, Nelson, 1956, grabado 230; véase también grabado 233 de la misma obra sobre una reconstrucción de Laquis hecha por H. H. McWilliam.
Las ruinas fuera de la muralla contienen carbón de las almenas quemadas. La cresta de un yelmo de bronce fue encontrada en una masa de escombros quemados, tales como los usados por un soldado asirio (¿o caldeo
Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico
Ciudad cananea conquistada por Josué y luego adjudicada a la tribu de Judá. Situada entre Jerusalén y Gaza, en el camino que venía de Egipto, siempre se le utilizaba para dominar la región llamada la Sefela. Es llamada actualmente Tell al-Duwayr. Cuando el rey de Jerusalén oyó lo acontecido a Jericó y Hai, así como la alianza con Gabaón, convocó una liga de los reyes de Hebrón, Jarmut, L. y Eglón para combatir a los gabaonitas. El rey de L. se llamaba †¢Jafía. Fueron derrotados por los israelitas. Los reyes de esas ciudades se escondieron en una cueva y luego Josué ordenó que los mataran (Jos 10:1-26). Es posible que L. fuera reedificada en tiempos de David o Salomón. Roboam la fortificó (2Cr 11:5-9). En tiempos de Amasías, rey de Judá, ante una conspiración en su contra, huyó hasta L., †œy allá lo mataron† (2Re 14:19). Siendo Ezequías rey, vino Senaquerib y capturó a Laquis, cosa que es conmemorada en un monumento asirio. Desde L. envió †œun gran ejército a Jerusalén† (Isa 36:2) al mando del Rabsaces, cuyas amenazas no se cumplieron, pues Dios lo impidió (2Cr 32:9-22; Is. 36, 37). Nabucodonosor destruyó a L. (Jer 34:7). Arqueólogos encontraron una serie de cartas escritas sobre pedazos de alfarería cursadas entre un militar llamado Josías, estacionado en L., y sus superiores, en las cuales se mencionan distintos asuntos que presentan gran interés para el estudio de ese acontecimiento y, además, para el entendimiento de la caligrafía hebrea de la época, especialmente la utilizada en los escritos de Jeremías. Tras el regreso del exilio algunos judíos repoblaron a L. (Neh 11:30).
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, CIUD ARQU
ver, HICSOS, AMARNA
sit, a3, 119, 210
vet, Ciudad fortificada de la llanura de Judá (Jos. 15:33, 39), identificada actualmente con Tell ed-Duweir, a 48 Km. al suroeste de Jerusalén y a 24 Km. al oeste de Hebrón. Fue ocupada por trogloditas en época muy antigua, y después los hicsos elevaron una cerca de tierra que servía de baluarte y de encierro para caballos y carros (véase HICSOS). Se han encontrado restos con inscripciones antiguas. Josué dio muerte al rey de Laquis (Jos. 10:3-35; 12:11). Roboam fortificó la ciudad (2 Cr. 11:9); Amasías, rey de Judá, se refugió en ella, pero fue capturado y muerto (2 R. 14:19; 2 Cr. 25:27). Senaquerib, rey de Asiria, habiendo asediado Laquis en el año 701 o 700 a.C., envió al Rabsaces a Jerusalén para demandar la rendición de la capital (2 R. 18:14, 17; cfr. 2 R. 19:8 y 2 Cr. 32:9; Is. 36:2; 37:8). Laquis, que había enseñado a pecar a Judá (Mi. 1:13), fue asediada por Nabucodonosor al igual que otras ciudades fortificadas de Judá (Jer. 34:7). Las excavaciones arqueológicas indican que al principio del siglo VI a.C. Nabucodonosor atacó Laquis en dos ocasiones (en el año 598 y el 587 a.C.), destruyéndola e incendiándola. La ciudad no fue nunca reedificada de nuevo de una manera total, si bien volvió a ser habitada después del retorno del cautiverio en Babilonia. Las dos destrucciones de Laquis se relacionan probablemente con los asedios de Jerusalén (2 R. 24:10; 25:1 ss.; Neh. 11:30). Laquis tenía una gran importancia estratégica; es mencionada en las cartas de Tell el-Amarna (véase AMARNA). A partir de 1933 se han llevado a cabo activas excavaciones, que han dado resultados notables. El descubrimiento de mayor importancia es el de las «cartas de Laquis», que se sitúan entre los dos asedios de Nabucodonosor. Se trata de documentos epigráficos sobre cerámica: 18 de ellos se hallaron en 1935, y otros tres en 1938 (cfr. W. F. Albright, Bull. Am. Schs. 70, 1938, PP. 11-17; 80, 1940, PP. 11-13; 82, p. 24; véase también el artículo «Lachish and Azekah…» en Biblical Archaeology Review, nov.-dic. 1982, vol. 8, nº 6).
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
Ciudad fortificada de la llanura de Judá (Jos. 15:33, 39), identificada actualmente con Tell ed-Duweir, a 48 Km. al suroeste de Jerusalén y a 24 Km. al oeste de Hebrón. Fue ocupada por trogloditas en época muy antigua, y después los hicsos elevaron una cerca de tierra que servía de baluarte y de encierro para caballos y carros (
véase HICSOS). Se han encontrado restos con inscripciones antiguas.
Josué dio muerte al rey de Laquis (Jos. 10:3-35; 12:11).
Roboam fortificó la ciudad (2 Cr. 11:9);
Amasías, rey de Judá, se refugió en ella, pero fue capturado y muerto (2 R. 14:19; 2 Cr. 25:27).
Senaquerib, rey de Asiria, habiendo asediado Laquis en el año 701 o 700 a.C., envió al Rabsaces a Jerusalén para demandar la rendición de la capital (2 R. 18:14, 17; cfr. 2 R. 19:8 y 2 Cr. 32:9; Is. 36:2; 37:8).
Laquis, que había enseñado a pecar a Judá (Mi. 1:13), fue asediada por Nabucodonosor al igual que otras ciudades fortificadas de Judá (Jer. 34:7).
Las excavaciones arqueológicas indican que al principio del siglo VI a.C. Nabucodonosor atacó Laquis en dos ocasiones (en el año 598 y el 587 a.C.), destruyéndola e incendiándola.
La ciudad no fue nunca reedificada de nuevo de una manera total, si bien volvió a ser habitada después del retorno del cautiverio en Babilonia. Las dos destrucciones de Laquis se relacionan probablemente con los asedios de Jerusalén (2 R. 24:10; 25:1 ss.; Neh. 11:30).
Laquis tenía una gran importancia estratégica; es mencionada en las cartas de Tell el-Amarna (
véase AMARNA). A partir de 1933 se han llevado a cabo activas excavaciones, que han dado resultados notables. El descubrimiento de mayor importancia es el de las «cartas de Laquis», que se sitúan entre los dos asedios de Nabucodonosor. Se trata de documentos epigráficos sobre cerámica: 18 de ellos se hallaron en 1935, y otros tres en 1938 (cfr. W. F. Albright, Bull. Am. Schs. 70, 1938, PP. 11-17; 80, 1940, PP. 11-13; 82, p. 24;
véase también el artículo «Lachish and Azekah…» en Biblical Archaeology Review, nov.-dic. 1982, vol. 8, nº 6).
– Una ciudad de Judá en la frontera de Filistea (Josué 15:39); fue sitiada y probablemente tomada por Senaquerib (2 Rey 18:13) y destruida por Nabucodonosor, Jeremías 34:7; Nehemías 11:30.
Fuente: Diccionario Geográfico de la Biblia
(heb. lāḵı̂š, LXX Lajis). Gran ciudad fortificada que se equipara con Tell ed-Duweir, 40 km a SO de Jerusalén. Excavó este lugar la expedición arqueológica Wellcome-Marston en 1932–38, y desde 1966 la Universidad de Tel Aviv.
Si bien se sabe que la zona fue habitada por pueblos cavernarios desde por lo menos el 8º milenio a.C., no fue hasta ca. 2500 a.C. que se habitó por primera vez el cerro que ahora se conoce como Tell ed-Duweir. Ya ca. 1750 a.C. la ciudad estaba fuertemente fortificada mediante un muro en la cima de un empinado terraplén con pendiente hacia un foso en la base del tell. Durante todo este período sirvieron como tumbas las cuevas que anteriormente habían sido empleadas como viviendas.
En *Amarna se encontraron cartas de dos gobernantes de Laquis, Yabni-ilu y Zimrida (Nº 328–329). En otra carta (Nº 288) de Amarna, Abdi-Heba, rey de Jerusalén, acusa a Zimrida de conspirar con los hapiru, mientras que una carta encontrada en Tell ef-Hesi dice que ha concluido un tratado con otro rey, Sipti-Balu. Las prácticas religiosas de los cananeos han sido ilustradas por una serie de templos en uso entre 1550 y 1200 a.C., situados en el foso al
Jafía, rey de Laquis, formaba parte de la coalición amorrea que luchó contra Josué en Gabaón (Jos. 10.3, 5); fue ejecutado en Maceda (Jos. 10.22–27) después de la victoria de Josué. Posteriormente Laquis cayó en poder de Josué (Jos. 10.31s), y aunque hay pruebas de la destrucción de la ciudad ca. 1200 a.C., el AT no dice explícitamente que Josué haya sido el responsable (cf. Jos. 11.13). Una posible explicación de la capa de ceniza que cubre el lugar es que se haya producido una incursión egipcia en Palestina.
Es probable que los israelitas hayan ocupado el lugar durante algún momento del período de los jueces, y aunque los indicios que proporciona el tell son escasos, se han encontrado tumbas de esa época. Una de las tumbas de ca. 1000 a.C. contenía dos cadáveres con muchos objetos; uno de ellos era un tridente de hierro que puede haber sido un ejemplo del “garfio de tres dientes” (malēḡ, 1 S. 2.13) que se usaba cuando se ofrecía un sacrificio. Se excavó una pequeña habitación de ca. 925 a.C. en el tell que contenía gran número de objetos religiosos, entre los que se incluía un altar, una maṣṣebâ e incensarios que, junto con los fragmentos de figurillas encontrados en la vecindad, indican la presencia de la religión cananea en Israel. A estas prácticas en Laquis se puede haber referido posteriormente el profeta Miqueas (1.13), quien dijo que la ciudad era “principio de pecado a la hija de Sión”.
Roboam reconstruyó la ciudad (2 Cr. 11.5–10), siguiendo un plan enteramente nuevo, como parte de un sistema completo de defensas contra los egipcios. La ciudad contaba con un gran edificio administrativo. Amasías se refugió allí cuando huyó de los rebeldes en Jerusalén, que lo persiguieron y mataron (2 R. 14.19; 2 Cr. 25.27). Dos muros circundaban la ciudad; el de más adentro había sido construido sobre la cima del tell, y tenía 6
Después de su caída, Laquis fue administrada por un gobernador asirio, una de cuyas tareas consistía en reunir la leva en Filistea. Un gran edificio, que previamente se había asignado al período persa se ha fechado posteriormente al ss. VII a.C., sobre la base de analogías arquitectónicas, y puede haber sido la residencia del gobernador. Se reconstruyeron los muros y las puertas, pero los arqueólogos han encontrado muy pocos restos de la ciudad misma. Se cree que guerreros escitas estuvieron en la ciudad en épocas posteriores, pero del mismo siglo, lo que podría explicar en parte la ausencia de restos domesticos.
Ni la Biblia ni la Crónica babilónica mencionan que Laquis haya sido destruida en las primeras campañas de Nabucodonosor en Palestina. Sin embargo, fue destruida con el resto de Judá en 588–587 a.C., cuando era el único punto fortificado fuera de Jerusalén (Jer. 34.7), además de Azeca.
Los israelitas que retornaron del exilio volvieron a ocupar Laquis (Neh. 11.30), y aunque poco se ha encontrado de las viviendas de este período, aparecieron dos templos notables por la semejanza entre sí, y con uno muy anterior en *Arad. La ciudad fue amurallada durante los períodos persa y helenístico, después de lo cual el lugar fue abandonado.
Inscripciones. En Laquis se ha encontrado una cantidad de inscripciones de la edad del bronce. Una daga de ca. 1700 a.C. tenía signos pictográficos, y en un fragmento de alfarería de ca. 1600 a.C., como también en una jarra de ca. 1250 a.C. y un cuenco de la misma época, pueden verse ejemplos de escritura protocananea.
Las inscripciones de la época de la monarquía en Judea son numerosas, y adquieren especial importancia en la historia de la escritura hebrea. Las primeras cinco letras del alfabeto heb. estaban grabadas en uno de los escalones de un gran edificio de ca. 800 a.C. La impresión de un sello aparece en una bula de Laquis que tenía restos de fibras de papiro en la parte posterior, lo que revela que había servido de sello a un documento de papiro enrollado. El sello tenía el nombre de *Gedalías, el mayordomo real (heb.”el que está sobre la casa”), y bien puede tratarse de la persona que Nabucodonosor nombró gobernador de Judá (2 R. 25.22; Jer. 40.11–12). También se encontraron alrededor de 17 bulas más de arcilla, y muchas asas de jarras con impresiones de sellos con nombres hebreos.
En la casa de la guardia se encontró un total de 21 óstraca (tiestos inscritos) escritos durante las últimas semanas anteriores a la conquista de Nabucodonosor en 588–587 a.C. Aunque el idioma es el heb. bíblico, la escritura cursiva de muchos de los óstraca ha sido casi completamente borrada, lo que imposibilita la lectura. Los ejemplares legibles revelan que la colección es la correspondencia de un subordinado, Hosayahu, encargado de un punto fortificado, a su superior, Yaus, que está a cargo de la guarnición en Laquis. Hosayahu comienza sus cartas con la salutación “que yhwh haya que mi señor reciba nuevas de paz en este día” antes de seguir adelante con los asuntos que lo llevan a escribir, que en la mayor parte de las cartas es la refutación del cargo de haber leído cartas confidenciales del rey. En la carta II responde en términos que recuerdan los de Mefiboset a David (2 S. 9.8): “¿Quién es tu sirviente (sino) un perro? … Que Yhwh mande aflicciones sobre los que trans[miten] un rumor (maligno) sobre el cual tú no estás informado”. Se ha sugerido que los óstraca se guardaban en la puerta a la espera de un juicio, pero es más probable que el comando militar al que fueron enmadas las cartas estuviera situado en el edificio de la puerta.
La carta IV concluye: “Estamos a la espera de las señales de Laquis, de acuerdo con todas las indicaciones que mi señor ha dado, porque no podemos ver Azeca”. Esto nos recuerda la situación que menciona Jeremías (34.7) cuando Azeca, Laquis, y Jerusalén eran las únicas ciudades fortificadas que quedaban en Judá. Azeca está situada 11 km al
Las cartas III y XVI se refieren al “profeta”. Se ha debatido mucho sobre la identidad del mismo. Una de las posibilidades es Jeremías. Otra sugerencia es Urías, que huyó a Egipto (Jer. 26.20–22) durante el reinado de Joacim, lo que obligaría a modificar la fecha de las cartas. Otros creen que puede tratarse de un profeta desconocido. En cualquiera de los casos, la carta da testimonio del reconocimiento de que eran objeto los profetas en el antiguo Israel, y de su participación en los asuntos de estado. La carta III también menciona una expedición a Egipto por parte del comandante del ejército, que puede haber sido un último esfuerzo desesperado de Sedequías de lograr la ayuda egipcia contra el inevitable ataque babilónico. Véase tamb. * Pesos y Medidas; * Escritura.
Bibliografía. C. F. Pfeiffer, “Laquis”, °DBA, pp. 399–406; J. Hernández-Martín, “Lakis, Cartas de”, °EBDM, t(t). IV, cols. 888–893; V. Aharoni, “Lakis”, °EBDM, t(t). IV, cols. 884–888; G. E. Wright, Arqueología bíblica, 1975, pp. 116ss.
Informes sobre excavaciones: Lachish I, H. Torczyner, The Lachish Letters, 1935; II, O. Tufnell, The Fosse Temple, 1940; III, The Iron Age; IV, The Bronze Age. Tamb. Y. Aharoni, Lachish V, 1975.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico