LA SIRVIENTA JUDIA DE NAAMAN

«…y de Siria habí­an salido bandas armadas, y habí­an llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual serví­a a la mujer de Naamán» (2 de Reyes 5:2).

Léase: 2.A Reyes 5. Como nos dice el versí­culo anterior, la muchacha serví­a en calidad de cautiva, o como podrí­a decirse, de esclava. En aquellos tiempos habí­a gran cantidad de sirvientes en una casa principal, y de diversas categorí­as. Recordemos a Agar y a Zilpa, que eran como dueñas, o doncellas personales. Esta era la ocupación de la muchacha a que nos referimos.

Naamán era el comandante en jefe del ejército del rey de Siria. Habí­a ocupado una posición semejante a la de ministro de la guerra. Después de realizar campañas victoriosas en el territorio, de Israel habí­a regresado a su pueblo cargado de botí­n: entre los despojos se hallaba esta muchacha judí­a, por medio de la cual iba a recibir su curación. La naturaleza exacta de la enfermedad de Naamán no la conocemos, aunque es llamada en el libro de Reyes lepra. Sin duda, era una enfermedad de la piel muy severa, aunque no le impedí­a cumplir sus deberes militares. La muchacha, viendo en la intimidad del hogar, en que las sirvientas entonces viví­an, y han venido haciéndolo durante siglos, no pudo por menos que llegar a conocer la condición de su señor. Sin duda, sentirí­a afecto por sus amos y tení­a bastante confianza en la señora para sugerirle que en Samaria habí­a un profeta que podrí­a curar la enfermedad. La historia es de las más conocidas del Antiguo Testamento. Naamán fue a Siria y Eliseo fue instrumento de Dios para que su «lepra» fuera curada. Sólo el Dios de Israel podí­a hacer milagros así­. Su nombre, a partir de entonces, fue celebrado en Damasco. Podemos suponer que Israel no fue atacado por partidas armadas procedentes de Siria en tanto que Naamán fue el jefe supremo del ejército.

Queda un aspecto que se puede hacer notar en el relato. Es la influencia que una doncella puede tener en una casa. Aunque el número de casas con sirvientas se ha venido reduciendo, en una forma u otra, siempre hay personas que prestan sus servicios, sea a horas, o por lo menos con un cierto tipo de regularidad en otras casas. Niñeras o cuidantes de niños que ya no son tampoco muy comunes. Las posibilidades de influir en la casa de los amos, sean en los mismos señores o en los hijos, o en el ambiente total de la familia por parte de la sirviente son muy grandes. Una sirviente cristiana que teme a Dios y tiene un sentido apropiado de su responsabilidad aprovechara las numerosas oportunidades que se le presentarán para dar testimonio del Señor, como hizo esta muchacha judí­a.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1. ¿ Cómo llegó esta chica al servicio de Naamán?
2. ¿ En qué muestra esta chica su fe?
3. ¿Cuál fue el resultado del testimonio al pueblo de Israel?

Fuente: Mujeres de la Biblia