JUEGOS DEPORTIVOS

Los israelitas practicaban distintas actividades que hoy serí­an llamadas deportivas, como el tiro al blanco con arco y flecha (1Sa 20:20), las competencias de carreras, tanto de personas como de caballos (Jer 12:5); la esgrima (2Sa 2:14-16), etcétera. Pero es en tiempos de la dominación griega y romana que se copian en Israel las costumbres de esos pueblos y se construyen grandes estadios. El establecimiento en Jerusalén de un †œgimnasio al uso de los paganos†, como se dice en el apócrifo 1Ma 1:15, fue una de las causas de la rebelión macabea. La cultura judí­a no podí­a aceptar la veneración griega del cuerpo humano, que hací­a a los atletas competir desnudos en los juegos.

En los escritos del NT, sin embargo, se hace uso de términos relacionados con los deportes conocidos por los gentiles para enseñar con ellos asuntos espirituales. Así­, se describe la vida cristiana como un estadio con una †œgran nube de testigos†, donde debemos correr †œcon paciencia la carrera que tenemos por delante†, por lo cual hay que despojarse de todo peso o impedimento a la libertad de movimiento (Heb 12:1). En esa carrera (gr. dromos) hay que correr de manera que se obtenga el premio (1Co 9:24); Pablo querí­a acabar su carrera con gozo (Hch 20:24); y no correr en vano (Flp 2:16); sostení­a †œgran lucha† por los colosenses (Col 2:1); para ser coronado, el atleta tiene que respetar las reglas del juego (2Ti 2:5).
habla del entrenamiento y la disciplina del atleta, pues †œtodo aquel que lucha de todo se abstiene†, y del premio que recibe: †œpara recibir una corona corruptible†, y así­ él querí­a correr, sabiendo su meta, y pelear como un boxeador, pero †œno como quien golpea al aire†, sino su cuerpo (1Co 9:25-27). La expresión †œno tenemos lucha contra sangre y carne† (Efe 6:12) sale de las experiencias en los estadios, donde los gladiadores peleaban. †¢Heraldo.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano