El hijo de Zebedeo y hermano del apóstol Santiago (o Jacobo), a quien Herodes Agripa I condenó a morir más o menos en el año 44 d. de J.C. (Mat 4:21; Act 12:1-2). Es bastante razonable inferir que su madre era Salomé (comparar Mat 27:56 y Mar 15:40), y que ella era la hermana de María, madre de Jesús. Por lo tanto, Jesús y Juan deben haber sido primos. La familia vivía en Galilea, probablemente en Betsaida. El padre y sus dos hijos se dedicaban a la pesca en el mar de Galilea (Mar 1:19-20).
Al principio se menciona a Juan como uno de los discípulos de Juan el Bautista (Joh 1:35), pero después se convirtió en uno de los discípulos de Jesús (Joh 1:35-39). Jesús lo llamó para que fuera un pescador de hombres (Mat 4:18-22; Mar 1:16-20; Luk 5:1-11). Más tarde fue escogido para el apostolado (Mat 10:2-4; Mar 3:13-19; Luk 6:12-19). A Juan y a Jacobo Jesús les dio el sobrenombre de Boanerges; es decir, hijos del trueno, obviamente a causa de su temperamento impetuoso (Mar 3:17).
Juan fue uno de los tres apóstoles que estuvieron más cerca de Jesús, los otros dos siendo Pedro y Jacobo, el hermano de Juan. Juntamente con los otros dos que conformaban el círculo íntimo de los apóstoles, se le permitió ser testigo de la resurrección de la hija de Jairo (Mar 5:37; Luk 8:51), la Transfiguración (Mat 17:1; Mar 9:2; Luk 9:28), y la agonía del Señor en el Getsemaní (Mat 26:37; Mar 14:33). Fue Juan el que le dijo a Jesús que habían visto a alguien echando fuera demonios en su nombre y que ellos se lo habían prohibido porque no era de su grupo (Mar 9:38; Luk 9:49). Ambos hermanos, Jacobo y Juan, dieron evidencia de su temperamento impetuoso cuando no se les permitió pasar por una aldea de Samaria en su paso a Jerusalén (Luk 9:54). También manifestaron falta de tacto y su extremada ambición cuando, juntamente con su madre, se acercaron a Jesús y le pidieron que en su reino venidero ellos ocuparan lugares de honor por encima de los demás (Mar 10:35). Juan estaba entre los que le preguntaron a Jesús cuándo se cumpliría su predicción sobre la destrucción del templo (Mar 13:3). El y Pedro fueron enviados por Jesús para que hicieran los preparativos para la Pascua (Luk 22:8); durante la cena pascual Juan se recostó en el pecho de Jesús y le preguntó quién era el que lo había traicionado (Joh 13:25). Cuando Jesús fue arrestado, Juan huyó juntamente con los otros apóstoles (Mat 26:56), pero recuperó el suficiente valor como para estar presente en el juicio de Jesús.
Gracias a su amistad con el sumo sacerdote logró que Pedro también pudiera acompañarlo (Joh 18:16). El estuvo cerca de la cruz sobre la cual fue crucificado Jesús y ahí recibió el encargo de Jesús de que cuidara de su madre (Joh 19:26). En la madrugada de la resurrección, cuando María Magdalena les informó que la tumba estaba vacía, Juan y Pedro fueron hasta el lugar para cercionarse de lo que había sucedido (Joh 20:2-3). En el relato donde se menciona la aparición del Señor resucitado en Galilea, los hijos de Zebedeo son mencionados de manera especial y es Juan quien primero reconoce a Jesús (Joh 21:1-7). En la escena siguiente, se corrige la falsa impresión de que Juan no moriría antes del retorno del Señor. Al final del cap. se confirma la veracidad del registro en el Evangelio (Joh 21:20-24).
Juan y Pedro sanaron a un hombre que había nacido cojo, fueron arrestados y se les prohibió que predicaran en el nombre de Jesús (Act 4:1-22).
Más tarde los encontramos orando e imponiendo las manos sobre los nuevos convertidos en Samaria a fin de que puedan recibir el Espíritu Santo (Act 8:14-15). Juan es mencionado una vez en las cartas de Pablo (Gal 2:9) y en Rev 1:1, Rev 1:4, Rev 1:9 donde se le atribuye como el autor del libro.
Cinco de los libros del NT se le atribuyen a él: el cuarto Evangelio, tres cartas y Apocalipsis. Es en este último donde realmente aparece su nombre. Según la tradición Juan pasó sus últimos años en Efeso y murió casi al cierre del primer siglo.
A Juan se le describe como el discípulo a quien Jesús amaba. Los defectos de su carácter con los cuales inició su carrera como apóstol —impetuosidad indebida, intolerancia y ambición egoísta— con el tiempo fueron controlados hasta el punto que él llegó a ser conocido especialmente por su generosidad y amabilidad.
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano