JOAQUIN

Joaquí­n (heb. Yehôyâkîn, Yekônyâh[û], Yôyâkîn y Konyâjû, todos significan «Yahweh establece» o «nombrado de Yahweh»; cun. de Babilonia, Ya’úkinu; sellos heb., Ywkn; gr. Iejoní­as). Aunque las raí­ces de la parte verbal hebrea de los nombres son diferentes, están emparentadas, y las 2 partes aparecen invertidas. Véanse Coní­as; Jeconí­as. Decimonoveno gobernante del reino sureño de Judá. Sólo reinó 3 meses y 10 dí­as (598-597 a.C.). Fue hijo y sucesor de Joacim, y llegó al trono a la edad de 18 años (2Ki 24:8). En 2Ch 36:9 se dice que tení­a 8 años, aunque la versión Sirí­aca y la LXX dicen 18. Que 18 es la cifra correcta lo demuestra el hecho de que tení­a suficiente edad para tener «mujeres» cuando fue llevado cautivo a Babilonia al fin de su breve reinado (2Ki 24:15). De acuerdo con tabletas cuneifonnes babilónicas fue padre de 5 hijos sólo 5 años más tarde, lo que confirma haber tenido 18 años y no 8 cuando llegó a ser rey. La Crónica Babilónica (publicada en 1956) -que trata del 7º año babilónico del reinado de Nabucodonosor (598/97 a.C.)- describe la captura de Jerusalén en el 597 a.C. y la cautividad de Joaquí­n como también el ascenso de su tí­o al trono en las siguientes breves frases: Nabucodonosor «acampó contra la ciudad de Judá y el 2º dí­a del mes de Adar tomó la ciudad y capturó al rey. Designó allí­ un rey de su elección [lit. «corazón»], recibió un pesado tributo y [los] envió a Babilonia». 645 Este texto da una fecha exacta para el comienzo de la cautividad de Joaquí­n que, en términos de nuestro calendario, serí­a aproximadamente el 16 de marzo del 597 a.C. El joven rey se rindió a Nabucodonosor y fue posteriormente llevado cautivo a Babilonia junto con su madre, sus esposas, sus cortesanos y unos 10. 000 cautivos, entre los cuales estaba el profeta Ezequiel (2Ki 24:10-16; 2Ch 36:9, 10; Eze 1:1-3; 33:21). En el trono fue puesto el tí­o de Joaquí­n: Sedequí­as (2Ki 24:17). No sólo el descubrimiento de la Crónica Babilónica, sino también otros hallazgos en Palestina y Babilonia han arrojado luz sobre el reinado de Joaquí­n. Tres impresiones sobre arcilla de un sello real fueron halladas en Tell Beit Mirsim y en Bet-semes, en Palestina, y tienen la inscripción: «Perteneciente a Eliaquim, mayordomo de Yaukin» (fig 184); Yaukin es una forma abreviada de Joaquí­n. Albright tal vez esté en lo cierto con respecto a que ellos son evidencias de que la cautividad de Joaquí­n tení­a la intención de ser sólo temporaria, y que se lo tení­a en reserva para ocupar el trono si Nabucodonosor lo encontraba ventajoso. En armoní­a con este concepto, las propiedades de Joaquí­n en Palestina no fueron confiscadas por Sedequí­as, sino que todaví­a eran administradas en nombre de Joaquí­n por el mayordomo principal. Varias tabletas cuneiformes de Babilonia apoyan esta opinión. Pertenecen a una colección de 300 que contienen el registro del otorgamiento de raciones gubernamentales a dependientes del palacio durante los años 595 a 570 a.C. En algunas de ellas, del 592 a.C., el «rey Ya’ûkinu de Judá» con 5 de sus hijos y su tutor Kenaí­as son mencionados como recipientes de las raciones reales. Parece que en ese tiempo Joaquí­n todaví­a era considerado rey, estaba en libertad y se podí­a mover libremente en la ciudad de Babilonia. Su encarcelamiento debió haber ocurrido más tarde, cuando la situación Polí­tica de Judá y la inquietud entre los gentiles (Jer_29) hicieron aconsejable ponerlo en prisión. No fue si no hasta el año 37º de su cautividad cuando Evil-merodac (Amel Marduk), hijo y sucesor de Nabucodonosor, lo liberó de la prisión y lo exoneró (2Ki 25:27-30; Jer 52:31-34). Bib.: W. F. Aibright, JBL 51 (1932):77-106; BA 5 (1942):49-55; D. J. Wiseman, ed., Chronicles of the Chaldaean Kings (626-556 a.C.) in the British Museum [Crónicas de los reyes caldeos (626-556 a.C.) en el Museo Británico] (Londres, 1956), pp 32-34, 73.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

hebreo Yahvéh exalta. Penúltimo rey de Judá, 598 a. C., hijo y sucesor de Yoyaquim; su madre era Nejustá, hija de Elnatán, de Jerusalén, 1 R 24, 6; 1 Cro 3, 16; 2 Cro 36, 8. En algunas versiones se le llama Jeconí­as; el profeta Jeremí­as lo llama Koní­as, cuando le anuncia que será llevado cautivo a Babilonia, Jr 22, 24 y 28; 37, 1. Coronado de dieciocho años de edad, reinó tres meses, al cabo de los cuales lo depuso Nabucodonosor II, rey de Babilonia, cuyo ejército asediaba a Jerusalén, y fue deportado con su familia y toda la corte a Babilonia, así­ como a la población de Jerusalén, dejando sólo a las gentes más pobres. El rey de Babilonia puso como rey de Judá, en lugar de J., al tí­o de éste, Mattaní­as, el mismo Sedecí­as, 2 R 24, 8-17; 2 Cro 36, 9-10.

Treinta y siete años estuvo cautivo J. en Babilonia hasta la muerte de Nabucodonosor, cuando fue liberado con motivo de la subida al trono de Evil Merodak, o Avil Marduk, hijo de Nabucodonosor, en el año 562 a.C., quien lo trató con benevolencia y lo puso por encima de los otros reyes que estaban con él en Babilonia, 2 R 25, 27-30.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(heb., yehoyakhin, Jehovah establece). El penúltimo de los reyes de Judá, quien reinara en Jerusalén tres meses y diez dí­as (2Ch 36:9) en 597 a. de J.C. También se le menciona tres veces con el nombre de Coní­as (Jer 22:24, Jer 22:28; Jer 37:1. Ver nota en RVA), y ocho veces con el de Jeconí­as (su nombre helenizado; Mat 1:11-12).

Joaquí­n tení­a 18 años de edad (2Ki 24:8) cuando llegó al trono.

Quemó las profecí­as de Jeremí­as (Jer 36:23, Jer 36:32), por lo cual añadió maldiciones a lo que el Señor ya habí­a pronunciado sobre Jerusalén. Se le caracteriza como un fuerte león. El aprendió a arrebatar la presa y devoró hombres (Eze 19:5-9). En sus tres meses en el poder hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, conforme a todas las cosas que habí­a hecho su padre (2Ki 24:9). Nabucodonosor lo llevó cautivo a Babilonia (2Ch 36:10), y su hijo Evil-merodac lo sacó de la cárcel después de 37 años de cautividad (2Ki 25:27-30).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

En las ruinas de un edificio abovedado cerca de la puerta de Istar de *Babilonia fueron descubiertas 300 tabletas de los años 595–570 a. de J.C. Estas mencionan las raciones como cebada y aceite pagadas a los cautivos que viví­an en o cerca de Babilonia. Entre los recipientes están gentes de Egipto, Asia Menor, Elam, Media, Persia, Fenicia, Filistea y Judea. Entre los judí­os hay nombres como Gaddiel, Semaquí­as y Selamí­as. Junto con cinco prí­ncipes reales se lee de Yahkin, rey de Judá —el mismo nombre que el Joaquí­n bí­blico. Las tabletas lo identifican como †œYaukin, rey de la tierra de Yahud†.
Las tabletas brindan evidencia de que los babilonios continuaron considerando a Joaquí­n como el legí­timo rey de Judá, aun después de que fuera reemplazado por Sedequí­as. Joaquí­n era el legí­timo rey, aunque exiliado. Los textos bí­blicos están fechados en términos de los años de su exilio. (Véanse 2 R. 25:27; Jer. 52:31).

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

(Jehová ha levantado). Rey de Judá. También llamado †¢Jeconí­as y †¢Coní­as.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG REYE

vet, = «Dios establecerá». Hijo y sucesor de Joacim sobre el trono de Judá; empezó a reinar en el año 597 a.C. Según 2 R. 24:8 tení­a entonces 18 años, en tanto que 2 Cr. 36:9 indica 8 años. Esta divergencia se encuentra en la LXX y en el texto masorético. Ello se explica asumiendo que Joaquí­n estuvo asociado diez años con su padre en el reino, y que reinó en solitario a partir de los 18 años. Su reinado duró tres meses y diez dí­as, haciendo lo malo a los ojos del Señor. Durante este breve espacio de tiempo, los generales del rey de Babilonia asediaron Jerusalén, y la ciudad se rindió (cfr. 2 R. 24:12; cfr. Jer. 52:28). Joaquí­n fue deportado con sus mujeres, su madre, los criados del rey, todos los dignatarios del paí­s y todos los artesanos (2 R. 24:8-16; 2 Cr. 36:9, 10). Joaquí­n fue encarcelado en Babilonia, pero en el año 37 de su exilio Evil-merodac accedió al trono de Babilonia y liberó a Joaquí­n, asignándole una pensión vitalicia (2 R. 25:27-30; Jer. 52:31-34). Es llamado Coní­as y Jeconí­as en los escritos de Jeremí­as.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[012]

Nombre del decimoctavo rey de Judá (608-598) depuesto por el faraón Neko de Egipto y cautivos y desterrado por los babilonios el 598.

La tradición apócrifa del siglo II da el nombre de Joaquí­n al Padre de la Virgen Marí­a. Con su esposa Ana, parece que era oriundo de Galilea, de la tribu de Judá y que vivió en Jerusalén. La devoción cristiana celebró desde antiguo su fiesta.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

(probablemente: Jehová Ha Establecido Firmemente).
Hijo de Jehoiaquim, rey de Judá, y de Nehustá. (2Re 24:6, 8; 2Cr 36:8.) También se le llama Jeconí­as (una variante de Joaquí­n) y Coní­as (un abreviamiento de Jeconí­as). (Est 2:6; Jer 28:4; 37:1.)
Joaquí­n llegó a ser rey a la edad de dieciocho años, y continuó con las malas prácticas de su padre. (2Re 24:8, 9; 2Cr 36:9, nota.) Jehoiaquim, padre de Joaquí­n, habí­a estado bajo la dominación de Nabucodonosor, el rey de Babilonia, pero se habí­a rebelado en el tercer año de ese vasallaje, es decir, en 618 a. E.C. (2Re 24:1), lo que resultó en el sitio de Jerusalén. La expresión †œdurante aquel tiempo† (2Re 24:10) tal vez no aluda al breve reinado de Joaquí­n, sino al perí­odo general en el que se encuadra su gobierno, lo que permitirí­a que el sitio comenzara durante el reinado de su padre, Jehoiaquim, como parece indicar Daniel 1:1, 2. Al parecer, Jehoiaquim murió durante este sitio y Joaquí­n ascendió al trono de Judá; no obstante, según cierta crónica babilonia, su gobernación terminó solo tres meses y diez dí­as después, cuando se rindió ante Nabucodonosor, en el mes de Adar de 617 a. E.C. (2Re 24:11, 12; 2Cr 36:9; Assyrian and Babylonian Chronicles, de A. Grayson, 1975, pág. 102.) En cumplimiento de la palabra de Jehová por medio de Jeremí­as, fue llevado al destierro en Babilonia. (Jer 22:24-27; 24:1; 27:19, 20; 29:1, 2.) También se exilió a otros miembros de la casa real, así­ como oficiales de la corte, artí­fices y guerreros. (2Re 24:14-16; véase NABUCODONOSOR.)
El registro de 2 Reyes 24:12-16 dice que Nabucodonosor llevó a estos cautivos al exilio junto con †œtodos los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey†; no obstante, el relato de Daniel 1:1, 2 menciona que solo se llevó a Babilonia †œuna parte de los utensilios†. La explicación puede ser que los tesoros a los que se alude en Segundo de los Reyes eran en particular los utensilios de oro, que reciben el énfasis en ese relato, y que se permitió que el resto de los utensilios permaneciesen allí­. Otra posibilidad que se sugiere es la siguiente: cuando Jerusalén cedió ante el sitio babilonio (que llegó como resultado de la rebelión de Jehoiaquim contra el rey de Babilonia), se trasladaron †œalgunos de los utensilios de la casa de Jehovᆝ a Babilonia, y poco después, cuando se condujo a Joaquí­n a Babilonia, se llevaron otros †œobjetos deseables de la casa de Jehovᆝ. Se contempla esta posibilidad en vista de lo que dice el registro en 2 Crónicas 36:6-10. Del relato de las Crónicas se desprende que una vez que Nabucodonosor conquistó con éxito Jerusalén, volvió a Babilonia y desde allí­ †œenvió y procedió a llevarlo [a Joaquí­n] a Babilonia con objetos deseables de la casa de Jehovᆝ. De manera similar, diez años después, en la conquista y destrucción final de Jerusalén (607 a. E.C.), Nabucodonosor se retiró a Riblá, †œen la tierra de Hamat†, y dejó los detalles posteriores a la conquista a Nebuzaradán, su jefe de la guardia de corps. (2Re 25:8-21.)
Joaquí­n engendró siete hijos mientras estuvo en Babilonia. (1Cr 3:16-18.) De esta manera se preservó el linaje real que llevaba al Mesí­as (Mt 1:11, 12); pero tal como habí­a señalado la profecí­a, ninguno de los descendientes de Joaquí­n gobernó jamás desde la Jerusalén terrestre. Por lo tanto, fue como si Joaquí­n no hubiese tenido hijos que le sucediesen como rey. (Jer 22:28-30.)
En el quinto año del exilio de Joaquí­n, Ezequiel empezó su obra profética. (Eze 1:2.) Unos treinta y dos años más tarde, por lo visto en 580 a. E.C., Evil-merodac (Awel-Marduk), el sucesor de Nabucodonosor liberó de la prisión a Joaquí­n, y se le dio una posición de favor sobre todos los demás reyes cautivos. A partir de entonces, comió en la mesa de Evil-merodac y recibió una porción asignada diaria. (2Re 25:27-30; Jer 52:31-34.)
Se han hallado documentos administrativos babilonios en los que se registran raciones para Joaquí­n y cinco de sus hijos.

Fuente: Diccionario de la Biblia

(heb. yehôyāḵı̂n, ‘Yahvéh establecerá’; “Jeconías” en 1 Cr. 3.16; cf. Mt. 1.11–12; “Conías” en Jer. 22.24, 28).

Joaquín fue nombrado rey de Judá por los babilonios después de la revuelta de su padre Joacim (6 de dic. de 598 a.C.). Su breve reinado de tres meses y diez días (2 Cr. 36.9; Jos., Ant. 10.98) está descrito en 2 R. 24.8–16; 2 Cr. 36.9–10. Se caracterizó por su maldad, y el profeta Jeremías pronosticó el fin de su reinado y dinastía (Jer. 22.24–30). Según Josefo (Ant. 10.99) Nabucodonosor cambió de idea sobre el nombramiento y regresó para sitiar a Jerusalén y llevarse al rey, de 18 años de edad, junto con su madre Nehusta, la familia, y los demás judíos, al exilio en Babilonia. Este famoso hecho histórico también está descrito en el AT y la Crónica bab. La ciudad cayó el 16 de marzo de 597, y el joven tío de Joaquín, Matanías (Sedequías), fue nombrado sucesor (2 R. 24.17; Jer. 37.1).

En Babilonia Joaquín fue tratado como rehén real. Se lo menciona (Ya˒u-kı̂n) en las tablillas bab., fechadas entre 595 y 570 a.C., haciendo referencia a que recibía naciones en la corte, en companía de sus cinco hijos (E. F. Weidner, Mélanges Siriens offerts à M. René Dussaud, 2, 1939, pp. 923ss; DOTT, pp. 84–86). Es posible que mientras estuvo en el exilio, un mayordomo, *Eliaquim, haya continuado la administración de sus propiedades en Judá, si el sello con la inscripción “Eliaquim, sirviente de Yaukín”, se ha interpretado correctamente (DOTT, pp. 224). Los judíos de Babilonia contaban los años de acuerdo con los del cautiverio de Joaquín (Ez. 1.2). Después de la muerte de Nabucodonosor, en 561 a.C., su sucesor Amel-Marduk (* Evil-merodac) mostró favor especial a Joaquín, y lo sacó de la prisión para llevarlo al palacio real (2 R. 25.27–30; Jer. 52.31–34). El hijo mayor de Joaquín, Salatiel, padre de Zorobabel, nació en 598 a.C. En 1 Cr. 3.18 se menciona otro hijo, Senazar.

Bibliografía. C. F. Pfeiffer, °DBA, pp. 383; A. Lods, Los profetas de Israel, 1958, pp. 132ss; B. M. Ubach, “Joaquín”, °EBDM, t(t). IV, cols. 561–562; J. Bright, La historia de Israel, 1966, pp. 292–353; M. Noth, Historia de Israel, 1966, pp. 244–264; G. E. Wright, Arqueología bíblica, 1975, pp. 254–262.

D.J. Wiseman, Chronicles of Chaldaean Kings, 1956, pp. 33–35.

D.J.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico