(gr., anastasis, levantamiento, egeiro, levanto, resucito, o despierto, anistemi, levanto, o resucito). No hubo testigos de la resurrección de Jesús de Nazaret. Lo que los discípulos vieron fue la aparición del resucitado Jesús. Ellos también vieron la tumba vacía. En realidad, solamente los discípulos fueron testigos de las apariciones de Jesús; mas tanto los discípulos como los demás vieron el sepulcro vacío. En el NT, hay seis relatos de lo que sucedió después de la resurrección de Jesús (Mateo 28; Marcos 16; Lucas 24; Juan 20; 21; Act 1:1-11; 1Co 15:1-11).
La evidencia de la resurrección como un evento dentro de la historia puede ser enumerada de la siguiente manera:
1. La tumba de Jesús fue encontrada vacía.
El cuerpo nunca fue localizado o presentado por aquellos quienes según se afirma lo robaron o por ninguna otra persona.
2. Los discípulos vieron a Jesús cuando ellos estaban totalmente despiertos y cuando ellos dudaban que él estuviera vivo.
3. No hay intento alguno de describir la resurrección en sí, y no existe confabulación obvia entre los varios escritores para adulterar o adornar su material.
4. Hombres que eran cobardes llegaron a ser predicado res intrépidos, predicaron el evangelio y vieron vidas cambiadas por ese Señor viviente.
Para Jesús, la resurrección corporal significó resucitación con transformación, esto es, lo que era un cuerpo físico y mortal se convirtió en cuerpo espiritual e inmortal, transformado por el poder de Dios.
Dios levantó a Jesús de los muertos y de ese modo lo vindicó como el verdadero Mesías. La manera de la muerte de Jesús dio la impresión de que Dios lo había rechazado, porque ser colgado sobre un árbol significaba estar bajo maldición divina (Deu 21:23; Act 2:36; Act 4:11; Rom 1:3-4; Rom 4:25; Gal 3:13). Dios causó que la nueva era empezara en la resurrección (1Co 15:20, 1Co 15:23). Jesús es la primicia de la cosecha de la era venidera.
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano