Esta expresión traduce las dos palabras Yehwáh Tsidh·qé·nu, que se hallan en Jeremías 23:6 y 33:16.
Jeremías 23:5, 6 es una profecía mesiánica que habla del futuro rey que sale del linaje de David para †œ[ejecutar] derecho y justicia en la tierra†. Como representa a Dios en su función de gobierno (como David y otros reyes ungidos de Dios que se sentaron †œsobre el trono de Jehová†; 1Cr 29:23), la profecía dice: †œY este es su nombre con el cual se le llamará: Jehová Es Nuestra Justicia†. No hay ninguna base para alegar, como algunos han hecho, que este nombre signifique que Jesús, el Mesías, y Jehová son el mismo, que forman un solo Dios. En efecto, en Jeremías 33:14-16 se registra una profecía mesiánica de carácter similar, en donde se aplica idéntica expresión a Jerusalén, al decir: †œY esto es lo que se le llamará: Jehová Es Nuestra Justicia†. En ambos casos la expresión muestra que el nombre de Dios, Jehová, colocado tanto sobre su rey prometido como sobre su capital escogida, es una garantía de su justicia. Por otra parte, el derecho y la justicia que emanan o se expresan de estas fuentes son el resultado de la devoción completa a Jehová y a su voluntad divina, y traen consigo su bendición y guía.
Fuente: Diccionario de la Biblia