Suele llamarse así la literatura judía escrita en el período que media entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, de tipo en gran parte apocalíptico y sapiencial. Ese lenguaje no es preciso, pues bastantes libros bíblicos del Antiguo Testamento cristiano (como Sab) son posteriores a otros de la literatura intertestamentaria. En este contexto se suele emplear también la palabra de «apócrifos» del Antiguo Testamento; pero tampoco esa palabra es precisa, pues muchos de los textos judíos de ese tiempo no han querido ser ni han sido nunca apócrifos. Por eso sería quizá mejor hablar de literatura «peritestamentaria», es decir, que está en el entorno de los dos testamentos. Los textos básicos han sido publicados por A. Diez Macho (ed.), Apócrifos del Antiguo Testamento I-V, Cristiandad, Madrid 1982-1984.
PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007
Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra
Con esta palabra se designa el conjunto de la literatura judía, de tipo religioso, que surgió en la época «entre» el Antiguo y el Nuevo Testamento, o sea, en los slglos 1 a.C. y 1 d.C. Se trata de una literatura muy rica y variada, de hondo contenido téológico – , que nos permite captar el ambiente espiritual que respiró Jesucristo y la 1glesia primitiva. Por otro lado, se trata de una literatura extraña, que en gran parte sólo ha sido descubierta recientemente y que hasta ahora ha estado casi únicamente reservada a los especialistas. Podríamos dividirla en tres grupos:
está en primer lugar la obra de los rabinos, ávidos de recoger las tradiciones orales que más tarde se pondrían por escrito en la Misná y en el Talmud, pero que fundamentalmente tiene su origen en esta época inicial del judaísmo rabínico. El segundo grupo lo forman los «tárgumes» o traducciones al arameo del texto bíblico, acompañadas frecuentemente de comentarios actualizantes; entre los tárgumes conocidos actualmente destacan los del Pentateuco (Targum de Onkelos o de Babilonia, Targum Yerusalmi) o de Palestina, Targum Neophiti y el Targum de Jonathan sobre los profetas. Finalmente, están los escritos apocalípticos, muy abundantes, como los Libros de Henoc, el Libro de los Jubileos, los Salmos de Salomón, los Testamentos de los doce patriarcas, el Testamento de Moisés, el Apocalipsis siríaco de Baruc y el cuarto Libro de Esdras.
A pesar de no tener un carácter estrictamente bíblico y ser específica de la comunidad esenia, también es considerada como «intertestamentaria» por algunos autores la literatura propia de Qumrán (Regla de la comunidad, Reglamento de la Guerra, Documento de Damasco, etc.).
También incluyen algunos en la literatura intertestamentaria las obras de Josefo y de Filón de Alejandría.
A. Ortiz García
Bibl.: A. Paul, Intertestamento, Verbo Divino, Estella 81gg3; A. Díez Macho, Apócrifos del Antiguo Testamento: E. Schurer, Historia del Pueblo judío en tiempos de Jesús, Cristiandad, Madrid 1985; Verbo Divino publica una colección dedicada a la literatura midrásica, en colaboración con la Institución de San Jerónimo.
PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995
Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico