INJERTO

Injerto (gr. enkentrizí‡, «injertar»). La palabra aparece 6 veces en Rom_11 El arte de injertar olivos era sin duda conocido para los lectores de Pablo. Las ramas de olivo mejorado se podí­an injertar en los troncos de olivos silvestres, y se lo hací­a para combinar la reserva de fuerza y resistencia que tení­an las raí­ces de éstos con el vigor juvenil y el potencial de mayores y mejores frutos que se encontraba en el injerto. Sin embargo, en la figura de Pablo este proceso está invertido: los retoños de olivos silvestres fueron injertados en el tronco del olivo cultivado. Por lo tanto, no podí­an, de acuerdo con la naturaleza, producir nada, excepto frutos silvestres, y no debemos suponer que Pablo creí­a otra cosa. Sin embargo, su figura no se debe llevar demasiado lejos. Pero era adecuada para sus propósitos: los gentiles podí­an ser una parte de Israel y con ellos participar de las bendiciones del pacto original (Rom 11:17-19, 23, 24). Las observaciones de Sven Linder pueden arrojar algo de luz sobre la figura que usa Pablo: en Grecia, los injertos de ramas de olivo silvestre en árboles cultivados son a menudo una etapa en el proceso de desarrollar un olivo sano y fructí­fero. De acuerdo con esta práctica, una rama silvestre se injerta en la raí­z de un olivo viejo, porque los retoños silvestres crecen más rápidos que los de árboles cultivados. Cuando el retoño ha crecido hasta formar un tronco firme, se podan sus ramas y se les injertan yemas de árboles cultivados. Tan 579 pronto como se afirman estos injertos, se corta el tronco viejo. Bib.: PJB 26 (1930):41-43.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Término usado por Pablo para decir que los gentiles fuimos «injertados» al pueblo de Dios, cuyas ramas originales eran los judí­os: (ro.11:17). Y nos amonesta a no ensoberbecernos, sino teme: Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a tí­ tampoco te perdonará: (Rom 11:21).

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

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Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Acción de colocar una rama —con alguna yema— de un árbol del que se sabe que produce buen fruto en el tronco o rama de otro que da fruto de inferior calidad, con el fin de que quede unido a él y brote con su savia. A menudo se lleva a cabo el injerto con vistas a combinar las caracterí­sticas ventajosas tanto de la rama injertada (su buen fruto) como del tronco en el que se hace el injerto (su vigor y fuerza). Cuando las ramas injertadas han arraigado, producen la misma clase de fruto que el árbol del que han sido tomadas aunque se nutren de un tronco diferente.
Cuando el apóstol Pablo escribió a la congregación de Roma, comparó a los cristianos que no eran judí­os con las ramas de un acebuche que se injertaron en el olivo de un huerto para reemplazar las ramas naturales que habí­an sido desgajadas. No hay duda de que este modo de injertar serí­a †œcontrario a la naturaleza†. Las ramas naturales correspondí­an a los judí­os, quienes perdieron la oportunidad de estar entre los que tení­an la perspectiva de alcanzar el Reino mesiánico en los cielos debido a su falta de fe. El que se injertaran ramas de acebuche (cristianos gentiles) en el olivo de huerto para reemplazar a las †œramas naturales† no era motivo para que los gentiles tuvieran ideas encumbradas, ya que solo mediante fe podrí­an seguir en ese lugar. Por otra parte, el injerto de ramas de acebuche en el olivo de huerto ilustra la unión perdurable que como resultado existe entre entre los judí­os y los gentiles como miembros asociados del †œIsrael de Dios†. (Ro 11:17-24; Gál 3:28; 6:16; compárese con Jn 15:1-6; véase OLIVO.)

Fuente: Diccionario de la Biblia