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Se denomina en la teología tradicional «fomex pecati» y se entiende como la debilidad natural que quedó en la naturaleza humana después del pecado original. Supone propensión al placer, al poder y al tener (concupiscencia), de modo que espontáneamente la «naturaleza herida» tiene que ser ayudada por la gracia a superar esa propensión al mal
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa