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Movimiento artístico de finales del siglo XIX, predominante en Francia, y que se enfrente al racionalismo de las normas clásicas mediante el juego de la luz, el color y las impresiones de los sentidos.
Sus protagonistas, Manet, Monet, Pissarro, Degas, Renoir, Cézanne, merecieron del periodista el término despectivo de «impresionistas» en la exposición colectiva de sus obras en París en Mayo del 1874, y en alusión al cuadro de Cézanne titulado «Impresión, sol naciente».
El nombre resulto agradable y lo usaron durante mucho tiempo.
Las aportaciones religiosas no fueron muchas en el estilo, que no escuela, de estos protagonistas. Pero ayudaron a dar importancia al sensorialismo y a valorar el arte como expresión de sentimientos y no solo de realidades pictóricas.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa