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Capacidad de una persona y de un instrumento para realizar una acción o una función.
La idoneidad se adquiere por el doble camino del cultivos de las cualidades naturales con las que se cuenta y el desarrollo de los conocimientos que es preciso poseer para dar a los demás, cultura, paz, seguridad, valores, virtudes, conocimientos.
El educador tiene que poseer la idoneidad suficiente para la función que ejerce. El catequista debe hacerse idóneo para su tarea. Y debe ser comprensivo cuando se le reclaman pruebas o signos de su idoneidad para la seria misión que va a ejercer.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa