egipcio hik shasu, gobernantes extranjeros. Pueblo de origen semita que invadió y conquistó Egipto en los inicios del siglo XVIII a.C., fundador de la XV y la XVI dinastías. Llegaron a Egipto por el nordeste, a través de la península del Sinaí, desde Asia, se apoderaron de la ciudad de Menfis e impusieron tributo a los egipcios, pues contaban con un importante poderío militar. Josefo, historiador judío del siglo I de nuestra era, citando a Manetón, dice que a estos invasores los llamaban los egipcios h., lo que en una época se tradujo por †œreyes pastores†, posiblemente por tratarse de nómadas que vivían del pastoreo de animales, oficio repugnante para los egipcios, que practicaban la agricultura desde hacía mucho tiempo; por tanto, hoy se piensa que el nombre, más bien, significa †œgobernantes extranjeros†. Los h. no eran unsolo pueblo, eran una horda de nómada y cananeos, sin nombre, pero con caballos, carros de guerra, de lo que carecía el ejército egipcio, arcos y flechas mejores mucho mejores. Esto, además de la decadencia egipcia, facilitó la invasión, y el país sucumbió, sin guerrear, en el año 1720 a. C.
Los h. no se asentaron en todo el territorio egipcio, se establecieron en el delta del Nilo y sus alrededores, desentendiéndose del sur. Pusieron su capital en Avaris, en la orilla noreste del delta.
Sin duda en época de los h., se dio la migración de José y de los hebreos hacia Egipto, así como el nombramiento real que recibió José de parte del faraón, el cual llevó a cabo la reforma agraria en Egipto. A los hebreos les asignó el faraón Gosen, región oriental del delta, Gn 45, 10, donde prosperaron.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
ver, AMALECITA, EGIPTO, EXODO, FARAí“N
vet, o HIKSOS. Según la reconstrucción convencional de la historia de Egipto, los hicsos fueron el grupo dominante de Egipto, constituyendo las dinastías XV y XVI, en una fecha que varía con los autores (1650-1542, Gran Enciclopedia Rialp). El término hicsos proviene de Maneto, y su traducción del egipcio es «soberanos de países extranjeros» («hk,. w,sw.t» = Hekayesut). Por lo general se acepta que Jacob y sus hijos se establecieron en Egipto durante la dominación de los hicsos. Sin embargo, la cronología convencional de Egipto está sujeta a grandes problemas, uno de los cuales lo ha constituido el de la identificación de los hicsos. Autores como Velikovsky y Courville han llegado, tras un cuidadoso análisis de fuentes literarias, históricas y monumentales, a identificar a los hicsos con los amalecitas. Hay varios elementos que permiten llegar a esta identificación: (a) Por una parte hay el registro de Maneto, sacerdote egipcio, que afirma que los hicsos, «una raza innoble de oriente», conquistaron Egipto sin dificultad alguna, sin tan siquiera haber librado una batalla. (Citado en Josefo, Contra Apión 1:14.) Esto puede comprenderse dentro del marco del éxodo israelita. En Refidim, los israelitas fueron atacados por Amalec, quedando victoriosos sólo gracias a la intervención divina por la intercesión de Moisés (Ex. 17:8-16). (b) Hay todo un conjunto de tradiciones esparcidas por Arabia acerca del tema de la conquista de Egipto por parte de los amalecitas, como resultado de una migración que emprendieron, empujados por un cataclismo de gran magnitud, hacia Egipto. Así, autores de la temprana Edad Media, como Al-Shamhudi, Masudi, Albufeda, y otros, relatan esta migración de los amalecitas y, también, el «paseo militar» en el que Egipto cayó en manos de los amalecitas como una fruta madura. (c) Hatsepsut, reina de una dinastía posterior a la de los hicsos, dejó una inscripción referente a sus obras de reconstrucción de la tierra expoliada con la rapaz dominación de los hicsos. Ella les da el sugerente nombre de «amu», afirmando que la capital de ellos fue Hauar (Auaris), y que no habían dado culto al dios Ra. Esto identifica a los amu con los hicsos. En base a la cronología revisada, Hatsepsut fue contemporánea de Salomón. (d) En sellos oficiales de las dinastías de los hicsos se han hallado nombres como Apop I, Apop II. Fue Apop I el que, al cabo de unas pocas décadas después de la invasión de los amu, fundó la ciudad de Tebas. En la tradición griega, hubo en Egipto un rey llamado Ogyges que fue el fundador de Tebas. Ahora bien, Apop es una transcripción provisional de los egiptólogos para una inscripción cuyas consonantes admiten la equivalencia «Agog», que entonces concuerda con el registro bíblico acerca del nombre de los reyes amalecitas. Esto explica las menciones a Agag y a Amalec en los exaltados términos con que se hallan en el libro de los Números, mientras el pueblo de Israel se hallaba en el desierto: «Enaltecerá su rey más que Agag» (Nm. 24:7); «Amalec, cabeza de naciones» (Nm. 24:20). Según las tradiciones rabínicas, Amalec se dispuso a conquistar todo el mundo. Se han hallado sellos de los reyes hicsos en Creta, Palestina, Mesopotamia y en otros lugares alejados de Egipto. Así, la fama del rey Ogyges fundador de Tebas, que había llegado a oídos de los griegos, concuerda con el nombre Agag, que se identifica con la línea de faraones Apop. Ello concuerda con la ecuación hicsos = amu = amalecitas. (e) La destrucción de los amalecitas por parte del rey Saúl, y la muerte del último rey Agag a manos de Samuel (1 S. 15) marca en la Biblia el punto de la reaparición de Egipto como potencia. La campaña de Saúl contra los amalecitas fue hacia el sur, lo cual concuerda con el hecho de que las hordas de hicsos que fueron expulsadas por el primer faraón de la restauración egipcia, Ahmose I, no dejaron rastro histórico. Saúl terminó con el poderío amalecita, aunque quedaron todavía partidas amalecitas que se dedicaron a merodear. Un caso interesante es el de un esclavo egipcio de un señor amalecita, lo cual concuerda con esta etapa de transición (1 S. 30:13 ss). La identidad de los hicsos parece ya definitivamente desvelada con los valiosos estudios de Velikovsky, Courville y otros investigadores de fuentes antiguas. Los hicsos-amalecitas entraron en un Egipto indefenso, sin ejército ni organización militar ni política, devastado por las diez plagas y por la mortandad en el mar Rojo, sin Faraón ni recursos de ninguna clase, y cayó fácilmente en manos de la nación amalecita en su búsqueda de nuevos dominios. Esta conquista tuvo lugar en la época del Exodo, alrededor del año 1.441 a.C. La liberación de Egipto de los hicsos-amalecitas tuvo lugar durante el reinado de Saúl en Israel, y la ascensión de Ahmose I al trono de Egipto como primer faraón de la primera dinastía autóctona después de los hicsos, la XVIII, alrededor del año 1020 a.C, se debió a la victoriosa campaña de Saúl, que quebrantó el yugo hicso que mantenía sometido a Egipto. Todos los registros coinciden en la extrema rapacidad de los «reyes-pastores», los faraones hicsos. Su capital estuvo mayormente situada en Avaris, cerca de el-Arish actual. (Véanse AMALECITA, EGIPTO, EXODO, FARAí“N.) Bibliografía: (Véase la Bibliografía en el artículo EGIPTO.)
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
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También designados como hiksos, fueron pueblos o grupos que invadieron Egipto procedentes de Asia Menor, entre 1700 y 1580 a. de C. Formaron las dinastías XV y XVI.
Se les ha solido relacionar con la presencia de grupos semitas en Egipto, como los israelitas o hebreos (apiri en documentos egipcios) de la historia de José.
Al ser superados los hicsos por otra dinastía, los israelitas fueron maltratados y huyeron con mejor o peor fortuna de la esclavitud, dando origen a emigraciones como la promocionada por Moisés para librarse de Ramsés II, hacia el 1250 a. C. (Ver Faraón)
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
Véase EGIPTO, EGIPCIO.
Fuente: Diccionario de la Biblia