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Figura mítica de los cuentos infantiles y populares, representada siempre en forma femenina, agradable, bondadosa y dadivosa. No se conoce el origen del término. Acaso se relacione con el término de «hado» latino (fatum). Es palabra usada en los relatos populares, al menos desde el siglo XVI y fue recogida con profusión por los grandes recopiladores de cuentos (Mdme D’Alnoy en «Contes de feés», por Ch. Perrault, por los Hermanos Grimm). La idea de seres femeninos benévolos se repitió en muchas leyendas y mitologías celtas, germánicas y orientales desde el siglo VII en la literatura.
Es agradable su uso con los niños en los relatos ficticios. Pero conviene delimitar su alcance y siempre separar sus bondades de las transcendentes del mensaje religioso, a fin de que en la mente infantil se perfile clara la diferencia entre lo religioso y lo fantástico. Sería irreverente que asociaran la figuras de la Virgen María y de las santas celestas con las mágicas referencias a las hadas bienhechoras. (Ver Hados)
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa