GRADOS

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Nivel, escalones o estadios intermedio ordenados en una sociedad o en un proceso de formación escolar, o educativo, de aprendizaje o de maduración.

La hábil organización por niveles ha sido siempre un tema de reflexión y un apoyo imprescindible para la eficacia en la tarea catequí­stica grupal. Es la condición para que los grupos resulten homogéneos cuando se siguen metodologí­as expositivas o activas en que deben trabajar asociados diversos participantes. La determinación oportuna de los grados o escalones y la adaptación de las personas a sus niveles madurativos aseguran la tarea educadora.

El problema que se puede plantear y que no siempre es fácil resolver es la determinación de los criterios de la gradación y perspectiva desde la cual se configuran los grupos. Los niveles académicos pueden apoyarse más en bases intelectuales instructivas, supuesto que sus objetivos se configuran según planes de aprendizaje.

Pero la tarea catequí­stica es diferente de la tarea del aprendizaje cultural escolar, por lo que hay que extremar el tacto para lograr la armoní­a grupal, en la que jugarán aspectos afectivos, sociales y también caracteriales y convivenciales. Por eso no hay criterios fijos y absolutos que puedan ser asumidos como indiscutibles.

Entre graduar un movimiento scout y unos grupos parroquiales, entre graduar un catecumenado adulto y unos niños que se preparan a la primera comunión, las variables son diferentes. Por eso hay que dejar al sentido común de los organizadores la elección de las formas de graduación que resulten más convenientes. Sólo habrá que reclamarles la atención a los objetivos como condición de acierto suficiente.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

(heb. ma˓alôṯ, de ma˓a, ‘subida’, ‘ascenso’, cf. lat. gradus; gr. bathmos, ‘grada’ (así LXX), ‘ascenso’). El que la sombra retrocediera diez grados fue la señal por la cual el Señor confirmó a Ezequías su recuperación de una enfermedad mortal (2 R. 20.8–11; cf. Is. 38.8). Josefo (Ant. 10.29) sugirió que las gradas del palacio real pueden haber constituido algún tipo de reloj de sol, pero para conocer en forma detallada todo lo concerniente al incidente y sus posibles interpretaciones, véase C. F. Keil, The Books of the Kings, 1854, pp. 463–465 y S. Iwry, “The Qumrân Isaiah and the End of the Dial of Ahaz”, BASOR 147, 1957.

Esta palabra se encuentra también en los títulos de los Sal. 120–134, que en °vrv2 se describen como “cánticos graduales” y se dice que eran entonados por las procesiones de peregrinos mientras ascendían el mte. Sión durante las grandes festividades relacionadas con el templo (* Salmos).

El término aparece una vez en el NT (1 Ti. 3.13), donde la palabra gr. significa “buena posición” o “posición honrosa” (cf. °ba, °nbe). Según Arndt quizá estemos aquí ante un término vinculado con los misterios, indicativo de un “grado” en el viaje del alma hacia el cielo.

J.D.D.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico