GENERACION ETERNA

Ésta es la frase usada para referirse a la relación intertrinitaria entre el Padre y el Hijo según se enseña en la Biblia. La generación señala que existe entre el Padre y el Hijo una paternidad divina antes de la encarnación (cf. Jn. 1:18; 1 Jn. 4:9), existiendo de esta manera una distinción de personas en la Divinidad (Jn. 5:26), y que entre estas personas hay una superioridad y una subordinación de orden (cf. Jn. 5:19; 8:28). Lo eternal refuerza el hecho de que la generación no es meramente económica (es decir, por el propósito de la salvación humana como en la encarnación, cf. Lc. 1:35), sino esencial, y de tal manera que no puede ser construida dentro de las categorías de una generación humana o natural. Esto no significa que hubo un tiempo en el que el Hijo no existió, como proclama el arrianismo. Ni debe esperarse una absorción final del Hijo. Tampoco el hecho de que el Hijo sea una persona distinta significa que esté separado en esencia. Ni la subordinación implica inferioridad. En virtud de la generación eterna, y no a pesar de ella, el Padre y el Hijo son uno (Jn. 10:30). Se han levantado objeciones contra esta declaración argumentado que es retórica, sin sentido y contradictoria. Sin embargo, corresponde a lo que Dios nos ha mostrado de sí mismo en su propio ser eternal, y si conlleva algún elemento de misterio (como debería esperarse), ha sido correctamente descrito por O.A. Curtis (The Christian Faith, p. 228) como «no solamente concebible» sino «también como una de las concepciones más fructíferas en todo el pensamiento cristiano». Encuentra su expresión credal en las frases «engendrado por su Padre antes que todos los mundos» (niceno) y «engendrado antes de los mundos» (Atanasio).

Véase también Unigénito.

Geoffrey W. Bromiley

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (275). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología