Diccionario Strong
δικαιόω
dikaióo
de G1342; rendir (i.e. mostrar o considerar como) justo o inocente: justificar.
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Diccionario Tuggy
δικαιόω. (fut. δικαιώσω; tiempo futuro voz pasiva δικαιοθήσομαι; 1 tiempo aoristo ἐδικαίωσα; 1 tiempo aoristo voz pasiva ἐ δικαιω̈́θην; tiempo perfecto voz pasiva δεδικαίωμαι). Hacer acepto, declarar justo, exculpar, tratar como justo, justificar, limpiar. A.T. בָּתַן pu.; Eze 21:18(Eze 21:13). זָכָה qal.; Miq 6:11. זָכָה pi. Sal 72:13(Sal 73:13). צָדַק hi., Gén 38:26. צָדַק pi., Job 33:32. צָדַק hi., Éxo 23:7. צָדַק hithpa. Gén 44:16. צָדֶק Isa 42:21. רִיב Miq 7:9. שָׁפַט ni., 1Sa 12:7. N.T.
A) La obra de Dios. Hacer acepto, justificar, declarar justo : Rom 3:26; Rom 3:30; Rom 4:5; Gál 3:8.
B) Resultado en el hombre. Ser justificado, ser declarado justo : Mat 12:37; Hch 13:39; Rom 2:13; Rom 3:20; Rom 3:24; Rom 3:28; Rom 4:2; Rom 5:1; Rom 5:9; 1Co 4:4; Gál 2:16-17; Gál 3:11; Gál 3:24; Gál 5:4; Tit 3:7; Stg 2:21; Stg 2:24-25; Textus Receptus Rev 22:11.
C) Liberar, hacer puro : Hch 13:38(Hch 13:39); 1Co 6:11.
D) Se comprueba que Dios tiene razón: Luc 7:29; Rom 3:4; 1Ti 3:16.
E) Otros usos. Ser justificado, declarar justo : Mat 11:19; Luc 7:35; Luc 10:29; Luc 16:15; Luc 18:14.
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Diccionario Swanson
(Swanson 1467)
δικαιόω (dikaioō): vb.; ≡ DBLHebr 7405; Strong 1344; TDNT 2.211-1. LN 34.46 poner a cuentas con, justificar, vindicar, declarar justo, es decir, hacer que alguien tenga una buena relación (Rom 3:24); 2. LN 88.16 mostrar que se está en lo correcto, demostrar algo como moralmente justo (Rom 3:4); 3. LN 56.34 absolver, declarar inocente, poner en libertad, es decir, limpiar de una transgresión (Hch 13:38); 4. LN 37.138 poner en libertad, liberar del control de (Rom 6:7); 5. LN 36.22 obedecer órdenes justas (Luc 7:29)
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Diccionario Vine NT
dikaioo (δικαιόω, G1344), primariamente considerar ser justo. Significa, en el NT: (a) mostrar ser recto o justo; en la voz pasiva, ser justificado (Mat 11:19; Luc 7:35; Rom 3:4; 1Ti 3:16); (b) declarar ser justo, pronunciar a alguien justo: (1) por parte del hombre, con respecto a Dios (Luc 7:29; véase Rom 3:4 más arriba); con respecto a sí mismo (Luc 10:29; Luc 16:15); (2) por parte de Dios con respecto a los hombres, que son declarados ser justos ante él sobre la base de ciertas condiciones por él establecidas.
De manera ideal, el total cumplimiento de la ley de Dios sería la base para quedar justificado ante él (Rom 2:13). Pero ningún caso así ha tenido lugar en la experiencia meramente humana, y por ello nadie puede nunca quedar justificado sobre esta base (Rom 3:9-20; Gál 2:16; Gál 3:10-11; Gál 5:4). En base de esta presentación negativa en Romanos 3 , el apóstol prosigue para mostrar que, en consecuencia con el carácter recto de Dios, y con vistas a la manifestación de dicho carácter, él es, por medio de Cristo, como «propiciación por medio de (en, instrumental) … su sangre» (Gál 3:25), «el que justifica al que es de la fe de Jesús» (Gál 3:26), siendo la justificación la absolución legal y formal de toda culpa por parte de Dios como Juez, siendo el pecador pronunciado justo al creer en el Señor Jesucristo. En Gál 3:24 : «siendo justificados» está en tiempo presente continuo, indicando el proceso constante de justificación en la sucesión de aquellos que creen y son justificados. En Gál 5:1, «justificados» está en aoristo, o tiempo puntual, lo que indica el tiempo definido en el que cada persona, al ejercitar la fe, fue justificada. En Gál 8:1, la justificación es presentada como «no hay condenación». El que sea la justificación lo que está a la vista en este pasaje queda confirmado por los capítulos anteriores y por Gál 8:34. En Gál 3:26, la frase «que justifica» es el participio presente del verbo, lit: «justificante»; similarmente en Gál 8:33, donde se usa el artículo: «Dios es el que justifica», que, más lit: es, «Dios es el justificante», estando el énfasis en la palabra «Dios».
La justificación es primaria y gratuitamente por la fe, consiguiente y evidencialmente por las obras. Con respecto a la justificación por las obras, la pretendida contradicción entre Santiago y Pablo existe solo en apariencia. Hay armonía entre ambas perspectivas. Pablo tiene en mente la actitud de Abraham hacia Dios, su aceptación de la palabra de Dios. Esto era algo solo conocido por Dios. La Epístola a los Romanos se ocupa del efecto de esta actitud hacia Dios, no del carácter de Abraham ni de sus acciones, sino del contraste entre la fe y la ausencia de ella, esto es, la incredulidad, cf. Rom 11:20. Santiago (Rom 2:21-26) se ocupa del contraste entre la fe real y la falsa fe, una fe estéril y muerta, que no es fe en absoluto.
Aún más, los dos escritores se ocupan de diferentes épocas en la vida de Abraham: Pablo, los acontecimientos registrados en Génesis 15 ; Santiago, los de Génesis 22 : Contrástense las palabras «creyó» en Gén 15:6 y «obedeciste» en Gén 22:18.
Además, los dos escritores usan los términos «fe» y «obras» en sentidos algo diferentes. Para Pablo, la fe es la aceptación de la palabra de Dios; Santiago la usa en el sentido de la aceptación de ciertas afirmaciones acerca de Dios (Gén 22:19), que pueden no afectar la conducta de uno. La fe, tal como la presenta Pablo, resulta en la aceptación por parte de Dios, esto es, la justificación, y se manifiesta activamente. Si no es así, como dice Santiago: «¿Podrá la fe salvarle?» (Stg 2:14). Para Pablo, las obras son obras muertas; Santiago trata de obras vivas. Las obras de las que habla Pablo podían ser totalmente independientes de la fe; las mencionadas por Santiago solo pueden ser llevadas a cabo allí donde hay una fe real, y dan evidencia de su realidad.
Y así es con la justicia, o justificación: Pablo está ocupado con una relación correcta con Dios, y Santiago con una conducta recta. Pablo da testimonio de que los impíos pueden ser justificados por la fe, Santiago lo da de que solo el que obra correctamente justificado. Véanse también bajo JUSTICIA y JUSTO.
Fuente: Varios Autores