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Actitud personal y social de situar las realidades humanas en su justa situación y valor, sin darlas más importancia que la que tienen. Es lo contrario a la intransigencia y al rigor, a la severidad, a la dureza y a la intransigencia.
En una cultura móvil como la existente en el mundo occidental se convierte en un criterio pedagógico: tolerancia, convivencia, respeto, capacidad de adaptación a las personas y la situación. Se dice en la pedagogía constructivista que es eje transversal la flexibilidad y la tolerancia, pues hay pocas cosas que sean absolutas en la vida y el hombre por naturaleza tiende a acomodarse a las diversas situaciones por las que atraviesa.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa