FELIPE DE NERI. SAN

[954](1515-1695)

Fundador de la Congregación del Oratorio en 1575. Es el mejor reflejo de la visión optimista, festiva y alegre de la espiritualidad de Trento.

Hombre gozoso, acogedor, sereno, elegante, en nada quiso una santidad agria, dura, oscura. Su base de acción fue el amor a Dios y la piedad sólida. Se entregó a una vida de servicio alegre.

Sus biógrafos le llamaban el santo del buen humor y eso le hací­a especialmente atractivo ante los jóvenes para hacerles comprender que Dios es belleza, alegrí­a y felicidad, pues es amor.

Su tiempo y su ambiente cultural se prestaban a los excesos, pues las guerras siempre generan amarguras y su tiempo fue violento y duro. Además, los vicios eran muchos en la alta sociedad, incluso eclesiástica. Resultaba un sarcasmo hablar de virtud en ciudades tan corrompidas como Florencia, Venecia o Roma. Sin embargo, San Felipe Neri se convirtió en el educador de su tiempo y construyó un tipo de escuela gozosa, eficaz y juvenil.

En 1515, el 21 de Julio, nació en Florencia. Vivió la infancia en el destierro con sus padres y hermanos y tení­a 10 años cuando regresó a Florencia y se educó en la escuela dominica de S. Marcos. Luego trabajó con un tí­o en San Germán, cerca de Monte Casino, y se gano la vida en su juventud.

En 1534 fue a Roma como preceptor de los hijos de la familia de Galeotto Caccia y frecuentó cursos de Filosofí­a y Teologí­a en la escuela de «La Sabidurí­a».

Se trasladó a vivir con una Hermandad de caridad. Conoció a Ignacio de Loyola y a Francisco Javier, que le invitaron a la Compañí­a. Pronto advirtió que los suyo era otra cosa. Entró en la Sociedad de S. Jerónimo, dedicada a obras de caridad en el Hospital de los Incurables. Vivió en comunidad con varios sacerdotes.

En 1544, en Pentecostés, comenzó a recibir ciertos dones mí­sticos, como la llamada a la caridad heroica recibida mientras hací­a oración una noche en las Catacumbas de San Sebastián. En 1548 colaboró en la fundación de la Cofradí­a Romana de la Stma. Trinidad.

En 1540 se decidió a ser Sacerdote. Recibió las Ordenes menores y el Diaconado. El 23 de Mayo de 1551 fue ordenado sacerdote. Comenzó a pensar en dos obras: la del Oratorio y la Congregación sacerdotal para obras de caridad y educación.

En 1554 ya estaba configurado el Oratorio y se dedicó de lleno con sus colaboradores a la formación de los jóvenes que se le acercaban.

En sus oratorios trabajaban las almas buenas. Hasta el músico más famoso de Roma, Aminuccia, escribí­a cantos para los muchachos. Al morir este artista, le siguió otro amigo suyo, el célebre Palestrina, que escribió durante años muchas de sus sinfoní­as para los chicos y que, cuando le llegó la hora de la muerte, entregó su alma a Dios en los brazos de San Felipe de Neri.

En 1575 Gregorio XII concedió a la Sociedad oratoriana una sede en Santa Marí­a in Vallicella y se formó la Congregación religiosa. El resto de su vida se dedicó a promover esa Sociedad, cada vez más numerosa y modelo de apostolado educador y catequí­stico.

En 1592 cayó enfermo y lo poco que le quedó de vida luchó entre la enfermedad y el celo por su obra. El 26 de Mayo de 1595 falleció.

Fue beatificado el 25 de Mayo de 1615 por Paulo V y canonizado por Gregorio XV el 12 de Marzo de 1622.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa