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Cualidades o capacidades del hombre, preferentemente entendidas como aptitudes o posibilidades operativas de la parte anímica o alma. En la psicología moderna de signo biologista se evita este concepto filosófico y teológico. Pero es evidente que el hombre tiene una dimensión interior espiritual indiscutible y con ella puede realizar determinadas operaciones, que tradicionalmente se centralizaban en el conocer (Inteligencia), en el querer (Voluntad) y en el sentir (Afectividad), activas o coherentes.
En sentido general también se hace referencia con este concepto a otras cualidades dinámicas: expresividad, actividad, sexualidad, sociabilidad. Y también a otros recursos que son comunes con toda la naturaleza animal: fantasía, memoria, atención, perceptividad.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa