EVODIA Y SINTICA

«Ruego a Evodia y ruego a Sintique, que sean de un mismo sentir en el Señor.»
Léase Filipenses 4. Las mujeres hicieron un gran papel en la introducción del Cristianismo en el mundo pagano. Pablo, desde el comienzo de sus cartas a sus últimas palabras de despedida, nos da nombres de mujeres, que tení­an gran influencia en la vida de la Iglesia. En Roma solamente hay Febe, de Cencrea, Marí­a «la cual ha trabajado mucho por nosotros», Trifena y Trifosa «las cuales trabajan en el Señor»; vimos a Persida, que merece un comentario similar y Julia, una hermana de Nereo. Vimos especialmente a Priscila en varios puntos. A Lidia. Y aquí­ se nos mencionan a dos mujeres de influencia, Evodia y Sintique, de las cuales Pablo dice también que «han combatido conmigo juntamente en el evangelio, con Clemente y otros colaboradores».

Las dos serí­an de los primeros convertidos de Filipos, cuando Pablo llegó a la ciudad. Se ofrecieron a ayudar a Pablo, de modo evidentemente eficaz. No ya una llamarada de entusiasmo, sino trabajo persistente, tenaz, difí­cil, perseverando en sus esfuerzos para establecer la iglesia de Filipos.

No tenemos idea de la causa de la disensión entre Evodia y Sintique. Lo que sí­ sabemos, que los efectos de la misma tení­an que ser destructores para la iglesia. No sabemos si habí­a diferencias doctrinales entre las dos o un puntillo o celos de carácter personal. Otra vez vemos al maligno azuzando a una hermana contra otra, como en el pasado habí­a jugado con Caí­n. Todo ello era en deterioro de la obra y el crecimiento de la congregación.

¿Qué hace Pablo sobre ello? ¿Encogerse de hombros, y permitir que la pugna continúe indefinidamente. Esto deshonra el nombre del Señor y es un escándalo en la Iglesia. Esto estorba también la obra de la gracia en ambas. Cuando hay reyertas entre personas influyentes se forman facciones en la congregación, pues los unos se ponen en favor de uno y los otros de otro. Estas rencillas habrí­an terminado con la congregación.

Pablo interviene. Los que han sido comprados por el Señor deben persistir unánimes en la mentalidad de Cristo. En el versí­culo mencionado exhorta a que hagan las paces. Esta disensión halla eco en la Epí­stola en otros puntos. Sin duda, Pablo se refiere también a la misma cuando dice en el capí­tulo 2: «Por tanto, si hay alguna exhortación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espí­ritu, si algún afecto entrañable y compasivo, completad mi gozo, siendo de un mismo sentir, teniendo el mismo amor, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por rivalidad o por vanagloria; antes bien en humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a sí­ mismo (v v. 1-3).

Hemos de suponer que esta disensión se resolvió, pero podrí­a haberse transformado en una conflagración que habrí­a destruido la iglesia. Esto ha ocurrido más adelante en numerosas ocasiones.

Es por esto que las advertencias del apóstol son válidas incluso hoy. Nos impulsan a procurar que estas contiendas se apaguen por todos los medios posibles y se efectúe la reconciliación y restablezca la unidad.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión :
1. ¿Qué mujeres tuvieron un papel importante en la propagación de la Iglesia de Cristo?
2. ¿Cuál era la relación entre Evodia y Sintique?
3. ¿Qué hizo Pablo para resolver sus diferencias?

Fuente: Mujeres de la Biblia