v. Sempiterno, Siempre, Siglo, Vida eterna
Deu 33:27 el e Dios es tu refugio, y .. los brazos e
1Ch 16:34 bueno, porque su misericordia es e
Psa 24:7, 9 y alzaos vosotras, puertas e, y entrará
Psa 45:6 tu trono, oh Dios, es e y para siempre
Psa 119:142 tu justicia es justicia e, y tu ley la
Psa 119:160 verdad, y e es todo juicio de tu justicia
Psa 135:13 Jehová, e es tu nombre; tu memoria
Isa 33:14 ¿quién de .. habitará con las llamas e?
Isa 40:28 no has oído que el Dios e es Jehová, el
Isa 54:8 con misericordia e tendré compasión de
Jer 31:3 con amor e te he amado; por tanto, te
Jer 50:5 pacto e que jamás se ponga en olvido
Dan 7:27 cuyo reino es reino e, y .. le servirán
Hab 3:6 y midió la tierra .. sus caminos son e
Mat 18:8 dos manos .. ser echado en el fuego e
Mat 25:46 al castigo e, y los justos a la vida e
Mar 3:29 jamás perdón, sino que es reo de juicio e
2Co 4:17 un cada vez más excelente y e peso de
2Co 4:18 se ven .. pero las que no se ven son e
Heb 5:9 vino a ser autor de e salvación para todos
Heb 9:12 una vez .. habiendo obtenido e redención
Heb 9:15 reciban la promesa de la herencia e
2Pe 1:11 será otorgada .. entrada en el reino e
Rev 14:6 otro ángel, que tenía el evangelio e para
Eterno/a (heb. Olâm, «por mucho tiempo», «por todo el tiempo»; gr. aion, aionios, «que dura edades», «para siempre», «por los siglos», «eterno»). Término bíblico que denota un período de larga duración, siempre en un sentido relativo con respecto a la naturaleza de las circunstancias o condiciones descriptas por la expresión. Ni ôlâm ni aionios por sí mismas implican un tiempo sin principio ni fin, como sugiere la palabra española «eterno» o «sempiterno». Por cuanto el significado de estas palabras depende de la naturaleza del objeto al que se aplican, el lapso así designado puede no tener principio ni fin, o un principio sin fin, o un principio y un fin; «perpetuo» podría ser una traducción mejor. í”lâm indica un tiempo de duración indefinida cuyos límites son desconocidos o no especificados. Cuando se refiere a Dios significa «eterno» en el sentido absoluto, sin comienzo ni fin, porque Dios sí es eterno (Gen 21:33). Cuando se usa para la vida de los redimidos indica un tiempo con comienzo pero sin fin, el resultado del otorgamiento de la inmortalidad (Dan 12:2). La calidad durativa, indefinida pero sin embargo finita de ‘ôlâm es claramente evidente de Exo 21:6, donde se traduce la expresión como «para siempre». Aquí se especifica que un esclavo que ha servido a su amo por 6 años, pero que al fin de ese período elige voluntariamente unirse a su amo para de allí en adelante servirlo «a perpetuidad», puede hacerlo. Evidentemente, aquí ôlâm tiene principio y tiene fin; se especifica el principio, y el fin de su servicio se supone que terminará con la muerte del esclavo. Véase Infierno (III). En vista de que los escritores del NT eran hebreos por raza y cultura, usaron aionios, el equivalente griego de ôlâm, con el mismo 414 sentido en que habrían usado la palabra ôlâm si hubieran escrito en shebreo. El adjetivo aionios deriva su forma del sustantivo aion («edad», «era», «siglo» o «mundo» considerado desde el punto de vista del tiempo, como en Mat 12:32; 13:22, 39; etc.), y sencillamente significa: «que dura una era» o «de duración indefinida». En cada caso que se use la palabra, es la naturaleza del objeto o la circunstancia que se describe como «eterno» o «sempiterno» lo que determina la significación durativa y terminal de aionios (según el contexto y la analogía de las Escrituras). El concepto popular de que «eterno» (como traducción de ôlâm y aionios) siempre sugiere duración sin fin, no tiene base bíblica.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico